viernes, 28 de marzo de 2014

Francisco Pizarro

Francisco Pizarro González, (Trujillo, Corona de Castilla, 16 de marzo de 14781Lima, Perú, 26 de junio de 1541), fue marqués, explorador y conquistador español del Perú,3 gobernador de Nueva Castilla (actual territorio peruano) con sede de gobierno en La ciudad de los reyes (Lima). Se le recuerda por haber logrado imponerse sobre el Imperio incaico con ayuda de diversos cacicazgos locales, conquistando el mencionado estado imperial cuyo centro de gobierno se ubicaba en el hoy Perú, además de establecer una dependencia española sobre él.

Francisco Pizarro
En 1532 Pizarro zarpa desde la ciudad de Panamá con 180 soldados y desembarcan cerca de Tumbes, en lo que ahora es Perú y que entonces formaba parte del imperio inca llamado Tahuantinsuyo y se extendía desde Colombia hasta Chile con una población de 12 millones de personas. Pizarro tenía intereses de conquista territorial, ya que tenía una autorización del Rey de España Carlos V para ello, y de acumulación de oro, de lo que entregarían una parte al Rey de España. Para los incas el oro estaba ligado más a lo sagrado que a lo económico. Los incas creían que un día dios Viracocha regresaría desde la tierra del sol naciente, un dios que tenía con barba blanca y ojos verdes y se había ido a través del Océano Pacífico para volver en tiempos de gran necesidad. Las cámaras funerarias de los indios mochicas, señores de Sipán, que había vivido en la zona 500 años antes, tenían grandes cantidades de oro y plata, que los incas no narraron esto a los españoles aunque ellos encontraron algunas en su ruta. Los españoles se encontraban a menudo con ruinas de los mochicas, donde procuraban refugio por la noche. Buscaron comida para cocinar y encontraron patatas. Encontraron algunas figuras pequeñas de oro y los guías nativos prometieron llevarlos en busca de más al reino de Atahualpa.
Atahualpa supo que Pizarro había llegado y se dirigía a su reino y espías del rey inca seguían la ruta de Pizarro avisándose desde las distancias con espejos. Los indios tayanes le habían dicho a Atahualpa que los españoles eran dioses, dado su piel blanca, sus barbas, sus brillantes armaduras y que habían venido en grandes naves desde el Océano Pacífico.
Atahualpa creyó estas informaciones de que los españoles eran dioses y lo tomó por un buen presagio. Entonces la zona vivía una guerra civil por la sucesión del emperador Inca Huayna Cápac, muerto por viruela. Había un enfrentamiento entre sus sucesores, los Sapa Inca Atahualpa y su hermano, Huáscar.

Los españoles, al llegar a los núcleos incas vieron que se trataba de una civilización avanzada, con sistemas de irrigación, una rica cultura y un ejército poderoso. Los exploradores habían contado al menos 30.000 guerreros incas, por lo que iniciar una conquista militar sería imposible. La noche del 16 de noviembre de 1532 los españoles rezaron pensando que sería la última vez. A la mañana siguiente los españoles se prepararon para la batalla y se escondieron en un patio a esperar. Posteriormente, vinieron miles de soldados incas desarmados y los rodearon. Luego, vino un desfile de cientos de sirvientes limpiando el camino para el paso del rey Atahualpa, que iba subido en un trono de oro rodeado de sus líderes. Entonces el capellán de los españoles se acercó al trono con una cruz y una biblia y pidió al Rey que se retractara de sus creencias paganas y aceptara el bautismo y la autoridad del Rey de España Carlos V. Atahualpa tomó la Biblia, la examinó sin entender nada de lo que ponía y la arrojó al suelo, lo que fue interpretado como una blasfemia por los españoles y Pizarro ordenó abrir fuego. Los españoles posteriormente sacaron sus espadas e iniciaron una matanza y tomó prisionero a Atahualpa (16 de noviembre de 1532).

Francisco Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa, mientras estuvo prisionero. A pesar de haber recibido el rescate más alto de la historia, lo mandó ajusticiar la noche del 26 de julio de 1533.
Esa noche miles de súbditos de Atahualpa se suicidaron para seguir a su señor al otro mundo.

Tras la muerte de Almagro, Pizarro se dedicó a consolidar la colonia y a fomentar las actividades colonizadoras (envía a su hermano Gonzalo a Quito y a Pedro de Valdivia a Chile)
Sin embargo, los partidarios de Almagro se agruparon en torno a su hijo Almagro el Mozo, los cuales, bajo el mando de Juan de Rada entran en la residencia de Francisco Pizarro en Lima y le dan muerte el 26 de junio de 1541 de una estocada en el cuello.

http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Pizarro

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