martes, 18 de marzo de 2014

Grigori Semiónov

Grigori Mijáilovich Semiónov, a veces erróneamente transcrito como Semenov , (13 de septiembrejul.25 de septiembre de 1890greg. - 30 de agosto de 1946), fue un jefe contrarrevolucionario en la región del lago Baikal y alrededores entre 1917 y 1920, teniente general en 1919. Se lo considera el más importante de los jefes militares financiados por Japón en la región durante la Guerra Civil Rusa; famoso por su crueldad y tachado de bandido incluso por los Aliados.
Grigori Semiónov
Tras la Revolución de Octubre comenzó su lucha armada contra el nuevo Gobierno soviético, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), y las autoridades locales con reclutas de variado origen. El frente fluctuó durante el invierno y la primavera de 1918 mientras Semiónov trataba con las demás autoridades antisoviéticas de la región e intentaba recabar el apoyo de los Aliados, que logró como principal fuerza opuesta al nuevo Gobierno de Lenin. Respaldado financieramente por Francia y Gran Bretaña, su principal influencia y fuente de dinero y armas fue, sin embargo, Japón, del que se convirtió en agente en la zona en la práctica.
Aprovechando la revuelta de la legión Checoslovaca, logró finalmente avanzar contra los soviéticos y tomar Chitá, donde instauró su dominio de terror sobre la región, sostenido gracias al continuo apoyo japonés y al control de la red de ferrocarriles.
Durante el periodo de entreguerras residió en el norte de China, siempre cercano a los japoneses y tras la Segunda Guerra Mundial fue capturado por los soviéticos, condenado y ejecutado en Moscú.
 Las tropas bajo su mando fueron descritas como un «hatajo de bandidos para detener trenes y forzar pagos, sin importar qué clase de carga o en favor de quién es la carga». El comandante de las tropas estadounidenses destacadas en Siberia, general Graves, describió al jefe cosaco como «un asesino, un ladrón y un canalla disoluto... que no podría haberse mantenido en Siberia ni una semana sin la protección de Japón.»
En septiembre, tras la revuelta de los checoslovacos, logró al tercer intento avanzar definitivamente hacia Siberia y tomar Chitá (6 de septiembre ). Semiónov instaló su «corte» en su tren blindado, «el terrible», dando rienda suelta a sus fantasías de poder y a sus planes de dirigir un gran ejército mongol contra los bolcheviques. A pesar de compararse con Napoleón y Gengis Kan, Semiónov no volvió a dirigir sus tropas tras la conquista de Chitá, negándose además a enviarlas al frente de los Urales y limitándose a utilizarlas en correrías por la región bajo su control.

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