martes, 31 de marzo de 2015

Nathuram Godse

Nathuram Vinayak Godse (Baramati, India, 19 de mayo de 1910 - Ambala, 15 de noviembre de 1949) asesinó el 30 de enero de 1948 a Mahatma Gandhi, una de las principales figuras del movimiento independentista de la India contra Gran Bretaña.
Gandhi desaprobaba los conflictos religiosos que siguieron a la independencia de la India, defendiendo a los musulmanes en territorio hindú, factor causante del homicidio.
Nathuram fue ejecutado el 15 de noviembre de 1949. Sin embargo, el que se considera como instigador del asesinato, el presidente del partido Mahasabha, Vinaiak Dámodar Savarkar, quedó libre sin cargo alguno por falta de pruebas.

Carrera política

Cuando Godse terminó la educación secundaria, se volvió un activista de Hindu Mahasabha. Fue activista de Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS); su salida de la organización es controvertida.1 Fueron particularmente opositores a las políticas separatistas de la Liga India Muslim. Godse comenzó en un diario Marathi de Hindu Mahasabha llamado Agrani, que cambió de nombre unos años después por Hindu Rashtra.
El Hindu Mahasabha inicialmente respaldaba las campañas de desobediencia civil de Gandhi contra el gobierno británico.
Godse y sus mentores luego cambiaron de opinión y se volvieron contra Gandhi, pues sentían que Gandhi estaba sacrificando los intereses de la India por beneficiar los de los musulmanes. Culparon a Gandhi por la Partición de la India, que dejó cientos de miles de muertos a raíz de la inquietud religiosa.

Nathuram Godse
Godsé mató a Gandhi el 30 de enero de 1948 a las 05:17 de la tarde en la Birla-House, cuartel general del Mahatma en Nueva Delhi. Se acercó a él durante el rezo vespertino, le hizo una reverencia y luego la sobrina-nieta de Gandhi, Manu, que siempre acompañaba al santo, le dijo: "Hermano, Bapu ya está retrasado..." y trató de alejarlo. Él la apartó y disparó a Gandhi tres veces al pecho a quemarropa con una pistola semiautomática Beretta.38. Después del tiroteo, no intentó escapar o amenazar a nadie más, a pesar que aún tenía el arma en la mano. Fue tirado al suelo por el jardinero Raghu Naik y no se resistió. Aunque algunas personas comenzaron a golpearlo, no se defendió.
Nathuram Godse

Después del asesinato de Mahatma Gandhi, fue llevado a juicio el 27 de mayo de 1948. Durante el juicio, no refutó ningún cargo y reconoció abiertamente que había matado a Gandhi luego de una larga exposición de sus razones para hacerlo.2 El 8 de noviembre de 1949, Godse fue sentenciado a muerte.
El equipo jurídico que defendía a Godse fue muy criticado por no haber aportado pruebas de que su cliente estaba mentalmente desequilibrado o de que había sido manipulado por otros.
Entre los que pidieron la conmutación de la pena de muerte para el acusado estaban los hijos de Gandhi, que afirmaban que los dos hombres en juicio eran peones de RSS y que, en cualquier caso, ejecutarlos por la muerte de su padre era deshonrar su memoria y su legado que incluía una firme oposición a la pena de muerte. Pese a las apremiantes peticiones de clemencia, el más íntimo compañero del profeta de la no violencia, Jawaharlal Nehru, se negó a intervenir para salvar la vida de Nathuram Godse y Narayan Apté, el otro conspirador.
Al haber sido rechazado el indulto, ambos fueron ahorcados en la cárcel de Ambala al amanecer del 15 de noviembre de 1949.3 Savarkar también fue acusado de conspiración en el asesinato de Gandhi, pero fue absuelto y liberado seguidamente.
http://es.wikipedia.org/wiki/Nathuram_Godse

James Earl Ray

James Earl Ray (Alton, Illinois, Estados Unidos, 10 de marzo de 1928Nashville, Tennessee, 23 de abril de 1998) fue declarado culpable del asesinato de Martin Luther King, Jr, ocurrido el 4 de abril de 1968.
James Earl Ray provenía de una familia pobre del oeste medio de EE.UU. Abandonó los estudios a los 15 años y sirvió al ejército en Mongolia. Después de varios delitos fue condenado a 20 años de prisión, por ser un delincuente habitual. Su padre y hermanos también purgaron condenas en prisión por actos delictivos.
Empleó una ventana de baño frente al balcón del motel donde Martin Luther King se encontraba para dispararle. Por las huellas en la escena del crimen y el arma abandonada con sus huellas dactilares se determinó su culpabilidad. Aunque después de juicio y condena pasó la vida tratando de exculparse del asesinato.
Ray fue arrestado en Londres el 8 de junio de 1968 por el asesinato de King el 4 de abril de 1968, y se declaró culpable en Memphis, Tennessee el 4 de marzo de 1969.
En los dos meses entre el asesinato de Martin Luther King y su captura viajó por diferentes países entre Canadá, Portugal, Sudáfrica. Fue capturado en aeropuerto Heathrow de Londres empleando un pasaporte canadiense falso, cuando se encontraba en camino a Rodesia (entonces practicaba la segregación racial). El FBI determinó que en ese tiempo Ray gastó más de diez mil dólares en viajes.
Se le condenó a cumplir 99 años de prisión, evitando así la posibilidad de una pena de muerte, aunque era altamente improbable que se le hubiera ejecutado aun cuando hubiese sido condenado a muerte. Ello se basa en la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1972 en el caso de ' ' V Furman. Georgia ' '.
Se retractó de su confesión durante los tres días posteriores a su condena, y afirmaba que una persona con el alias 'Raoul' estaba implicada, como su hermano Johny, pero no él mismo.
En una entrevista concedida a la revista Playboy (in depth = a fondo) a inicios de 1970s acepta someterse a un examen de detector de mentiras; la revista publicó junto con la entrevista el resultado del examen, el cual fue positivo, aunque carecía de valor legal.
Ray y otros seis convictos se escaparon de la prisión Estatal Brushy Mountain en Petros, Tennessee el 10 de junio de 1977, poco después de que Ray testificase que no disparó a King en la House Select Committee on Assassinations, pero fue encarcelado nuevamente el 13 de junio y devuelto a prisión. Por dicho intento de evasión se le aumentó la condena alcanzando 100 años.
Ray murió a causa de complicaciones relacionadas con una enfermedad renal, provocada por la hepatitis C. La hepatitis C la contrajo probablemente como resultado de una transfusión de sangre, tras recibir una puñalada mientras se encontraba en la Prisión Estatal de Mountain Brushy.
En 1997, Dexter King, hijo de Martin Luther King, se encontró con Ray, y públicamente le dio apoyo para conseguir un juicio justo. Lloyd Jowers fue llevado a un tribunal civil procesado como parte de una conspiración para asesinar a Martin Luther King. Jowers se declaró culpable, y la familia de King se otorgó cien dólares como retribución, señal que demostraba que no estaban allí por razones económicas. El Dr. William Pepper luchó como abogado de James Earl Ray hasta su muerte, y entonces continuó en beneficio de la familia King. La familia de King no cree que Ray tuviera algo que ver con el asesinato de Martin Luther King

http://es.wikipedia.org/wiki/James_Earl_Ray

sábado, 28 de marzo de 2015

Juan de Oñate

Don Juan de Oñate y Salazar (Pánuco, Zacatecas (Nueva España), 1550Guadalcanal, provincia de Sevilla, España, 3 de junio de 1626) fue un explorador y colonizador novohispano, recordado por haber sido gobernador colonial de la provincia de Nuevo México en el virreinato de la Nueva España y por haber participado en las primeras expediciones de exploración en el Suroeste de Estados Unidos, además de ser el fundador de varios asentamientos en la región.
Juan de Oñate

Primeros años

Juan de Oñate nació en 1550 en la ciudad de Pánuco, Zacatecas (Nueva España). Fueron sus padres Cristóbal de Oñate, conquistador vasco del noroeste mexicano y fundador de ciudades, y Catalina de Salazar y de la Cadena,1 :30 hija de Gonzalo de Salazar, un funcionario que trabajaba en la Tesorería Real de la Nueva España. Su antecesor Cadena había luchado en la batalla de las Navas de Tolosa, y fue el primero en romper la línea de defensa que protegía a Mohámmad Ben Yácub. A la familia se le concedió un escudo de armas, y a partir de entonces fueron conocidos como los Cadena.2 Juan de Oñate perteneció por nacimiento a la Ilustre Casa de Haro, que fueron Señores de Vizcaya.
Desde muy joven tomó la carrera de las armas y encabezó campañas militares contra los rebeldes indios chichimecas que habitaban en el norte de la Nueva España y asolaban los asentamientos españoles. Entre campaña y campaña se dio tiempo para prospectar en busca de placeres (minas) de plata.
Contrajo nupcias con Isabel de Tolosa Cortés de Moctezuma, hija de Juan de Tolosa y Leonor Moctezuma y, por ello, nieta de Hernán Cortés y de la princesa Isabel Moctezuma (una de las hijas del emperador azteca Moctezuma Xocoyotzin). Tuvieron dos hijos, Juan de Oñate Cortés (1580) y María de Oñate Cortés (1582).

Colonización de Nuevo México

El 21 de septiembre de 1595, el rey Felipe II le concedió permiso (capitulación) para colonizar el territorio que hoy son los estados de Nuevo México y Texas, en los Estados Unidos. El permiso tenía como objetivo principal difundir la fe católica entre los nativos americanos y establecer nuevas misiones. Sin embargo, muchos colonos españoles se enlistaron con la intención de encontrar minerales de plata, oro o piedras preciosas. Después de muchas demoras, la expedición partió al iniciar el año 1598. El 30 de abril la avanzada tomó posesión para España del territorio más allá del río Grande (el río Bravo para los mexicanos) y en los primeros días del mes de mayo ya vadearon el río en el punto llamado Paso del Norte (actualmente lugar en donde se ubican las ciudades fronterizas de El Paso y Ciudad Juárez). A finales de mayo, ya en territorio de la actual Texas, hicieron contacto con los nativos de la región.

Fundación de la colonia Pueblo de San Juan

Ese verano la partida continuó remontando el valle del río Bravo hasta alcanzar el norte del actual estado de Nuevo México, donde acampó entre los indios pueblo. En julio la expedición estableció su primer asentamiento en Pueblo de San Juan, que él bautizó como San Juan de los Caballeros, en la confluencia entre los ríos Grande y Chama, desalojando a los antiguos pobladores y tras haber extendido el camino real en casi 1000 km. En tanto llegaba el resto de la caravana, Oñate exploró las áreas vecinas para consolidar la posición del asentamiento entre los nativos de las tribus hopi y zuñi e inició la construcción de un templo dedicado a San Francisco y la correspondiente misión (Es necesario resaltar que la iglesia católica construida en el lugar fue el primer templo cristiano construido en los actuales Estados Unidos; en los siguientes 25 años serían edificadas 50 iglesias en el hoy estado de Nuevo México). Fundó la provincia de Santa Fe de Nuevo México y se convirtió en el primer gobernador de la provincia. Gaspar Pérez de Villagrá, un capitán de la expedición, relató la crónica de la conquista de Oñate de los pueblos indígenas de Nuevo México en su épica Historia de Nuevo México (1610).
Amotinamientos, deserciones y disgustos plagaron la nueva colonia cuando las riquezas prometidas no aparecieron a la vista, aunque Oñate las enfrentó con mano dura. Algunos de los colonos exploraron hacia el este, más allá del pueblo de Pecos, en dirección a la actual frontera entre Nuevo México y Texas en busca de búfalos. Es probable que alcanzaran el nacimiento del río Magdalena o Buenaventura (actualmente río Canadian), que se encuentra a unos 40 km al noroeste de la actual ciudad de Amarillo (Texas).
Juan de Oñate visitó los pueblos indios de Acoma así como los pueblos de las tribus hopi y zuñi ubicados más al oeste. Una parte del grupo logró alcanzar incluso las lejanas montañas de San Francisco, en Arizona, encontrando mineral de plata por lo que reclamaron la posesión de los minerales. Oñate regresó a Acoma para castigar severamente una rebelión indígena que dejó 11 colonos muertos.
Oñate se ganó pronto una reputación como un gobernante severo, tanto entre los colonizadores españoles como entre los pueblos indígenas. En octubre de 1598, comenzó una escaramuza cuando los soldados españoles ocupantes de Oñate pidieron suministros a la tribu acoma, exigiéndoles cosas esenciales para que los acoma sobreviviesen al invierno. Los acoma se resistieron y 13 españoles fueron asesinados, entre ellos el sobrino de don Juan de Oñate. En 1599, Oñate respondió; sus soldados mataron a más de 800 pobladores, incluidos mujeres, niños y ancianos, y esclavizaron a los restantes 500, mujeres y niños. Por decreto de don Juan,3 amputaron el pie izquierdo de cada hombre acoma capaz de combatir y aún con vida después de la batalla. Ochenta hombres tenían su pie izquierdo amputado. Otros analistas sitúan la cifra de los mutilados en 24 personas.1 :145

Expedición a las Grandes Llanuras en busca de Quivira (1601)

Partieron más expediciones en busca de minerales preciosos con la intención de llevar prosperidad a la colonia, y a finales del año 1600 la colonia fue reforzada. Sin embargo, una serie de dificultades, que incluían el frío invierno y la escasez de alimentos, continuaron.
El 23 de junio de 1601, Oñate, guiado por Jusepe, el único sobreviviente de la expedición Umana y Leyba, partió al frente de una gran expedición a la región de las Grandes Llanuras en busca de la mítica Quivira para conseguir riquezas y una salida al mar. Llevaba 130 soldados españoles y 12 sacerdotes franciscanos (al igual que la expedición de conquista de América del Sur que sometió a los aztecas), una comitiva de 130 indios, soldados y sirvientes, y 350 caballos y mulas. Oñate viajó hacia el este a través de las llanuras de Nuevo México. Como ya le había pasado a Francisco Vázquez de Coronado, en 1540, se encontró con apaches en lo que hoy es Panhandle de Texas. Procedió después hacia el este, siguiendo el valle del río Magdalena (el río Canadian), en el actual estado de Oklahoma. Dejando el río atrás en una zona arenosa donde sus carretas de bueyes ya no podían pasar, fue campo a través, volviéndose la región cada vez más verde, con más agua y arboledas de nogales y robles.4 :250-267
Jusepe probablemente llevó a Oñate por la misma ruta que había tomado con Umana y Leyva seis años antes. Encontraron un campamento de nativos a los que Oñate llamó escanjaques. Estimó su población en más de 5.000 personas que vivían en 600 casas redondas,4 :257 de unos 27 m de diámetro y cubiertas con pieles de búfalo curtidas. Eran cazadores, de acuerdo con Oñate, que dependían de los búfalos para su subsistencia y que no plantaban cultivos.
Los escanjaques dijeron a Oñate que un gran asentamiento de sus enemigos, los indios rayados (por las pinturas o tatuajes), se encontraba a unos veinte kilómetros de distancia, en una región llamada Etzanoa. Por lo tanto, parece posible que los escanjaques se hubieran reunido en gran número, ya fuese por temor a los rayados o para llevar a cabo una guerra contra ellos. Trataron de conseguir la ayuda de los españoles y sus armas de fuego, alegando que los rayados eran los responsables de la muerte de Humana y Leyva unos años antes.
Los escanjaques guiaron a Oñate a un gran río a pocos kilómetros de distancia y se convirtió en el primer europeo en describir la pradera de pastos altos. Habló de una tierra fértil, mucho mejor que la que habían atravesado antes, y de que el pasto era «tan bueno que en muchos lugares el pasto era lo suficientemente alto como para ocultar un caballo».5 4 :253 Probó el pasto y lo encontró de buen sabor, semejante a una fruta que sabía como la papaya.
Cerca del río, Oñate, los españoles, y sus numerosos guías escanjaques vieron a tres o cuatro centenares de rayados en una colina. Los rayados avanzaron, arrojando tierra en el aire, una señal de que estaban listos para la guerra. Oñate rápidamente les indicó que no quería pelear e hizo la paz con este grupo de rayados, que resultó ser amable y generoso. A Oñate le gustaban más los rayados que los escanjaques. Estaban «unidos, pacíficos y establecidos» y mostraban respeto a su jefe, llamado Catarax, a quien Oñate detuvo como guía y como rehén, aunque tratándolo bien.6
Caratax llevó a Oñate y los escanjaques al otro lado del río a un asentamiento en la orilla oriental, a una o dos millas del río. El asentamiento estaba abandonado y sus habitantes habían huido. Tenía unas 1200 casas, todas establecidas a lo largo de la orilla de otro río, de buen tamaño, que desembocaba en el grande [el Arkansas]. Según lo describió, el asentamiento de los rayados parecía un asentamiento similar a los que había visto Coronado en Quivira sesenta años antes. El caserío disperso; las casas redondas, con techos de pasto, lo suficientemente grandes como para dormir diez personas en cada una, y rodeadas de graneros grandes para almacenar el maíz, frijol y calabaza que crecían en sus campos. Oñate evitó con dificultad que los escanjaques saqueasen la ciudad y los mandó de regreso a su campamento.
El día siguiente, Oñate, sus españoles y los indígenas que le acompañaban desde Nuevo México procedieron adelante otros ocho kilómetros, cruzando a través de un territorio densamente poblado, aunque sin ver muchos rayados. En ese punto, el coraje de los españoles les abandonó. Obviamente, había muchos rayados cerca y los españoles fueron advertidos de que los rayados reunían un ejército. La discreción parecía mejor que el valor. Oñate calculó que serían necesarios al menos 300 soldados españoles para hacer frente a los rayados, y se volvió con sus soldados para regresar a Nuevo México.
Oñate se había preocupado porque lo atacasen los rayados pero, en cambio, fueron los escanjaques los que le atacaron cuando comenzaba el regreso. Oñate describió una batalla campal con 1.500 escanjaques –probablemente una exageración– en la que muchos españoles fueron heridos y murieron muchos indios. Después de más de dos horas de lucha, Oñate se retiró del campo de batalla. El jefe de los rayados, Caratax, había sido liberado en un ataque sobre los españoles y Oñate liberó a varias mujeres cautivas, pero retuvo a varios muchachos, a petición de los sacerdotes españoles para que pudiesen ser instruidos en la fe católica. La causa del ataque pudo haber sido el secuestro de Oñate de mujeres y niños, aunque sólo se tiene la descripción española de la batalla y lo que ellos consideraron fueron los motivos que la causaron.4 :264
Oñate y sus hombres regresaron a Nuevo México, adonde llegaron el 24 de noviembre 1601, sin incidentes de importancia, aunque volvían decepcionados al no haber encontrado riquezas. En tanto Oñate andaba en busca de riquezas fáciles las condiciones en la colonia de Nuevo México se deterioraban, la tierra era pobre, los nativos eran problemáticos y no habían encontrado ninguna mina que valiera la pena. Lentamente, la colonia comenzó a ser abandonada por los colonos, con excepción de los más devotos seguidores de Oñate.

Expedición a la parte baja del río Colorado (1604-05)

La última gran expedición de Oñate fue hacia el oeste, partiendo desde Nuevo México hasta alcanzar el valle inferior del río Colorado.7 La partida, de cerca de tres docenas de hombres, salió del valle del río Grande en octubre de 1604. Viajaron a través de las tribus zuñi, los pueblos hopi, y el río Bill Williams hasta alcanzar el valle del río Colorado; luego descendieron el valle del río hasta llegar a su desembocadura en el golfo de California en enero de 1605, antes de regresar por el mismo camino hacia Nuevo México. El evidente propósito de la expedición era encontrar un puerto por el que Nuevo México pudiese ser abastecido, como una alternativa a la laboriosa ruta por tierra que había que seguir desde la Nueva España.
La expedición a la parte baja del río Colorado fue importante ya que es la única incursión europea en esa región, de la que se tiene constancia, entre la expedición de Hernando de Alarcón y Melchor Díaz, en 1540, y la visita de Eusebio Francisco Kino a partir de 1701. Los exploradores no vieron evidencias del prehistórico lago Cahuilla, que debe haber surgido poco después en el Salton Sink. Pensaron equívocamente que el golfo de California continuaba indefinidamente hacia el noroeste, dando lugar a la creencia, que fue común en el siglo XVII, de que las Californias eran una isla.
Los grupos nativos que observaron que vivían en la parte baja del río Colorado, fueron, de norte a sur, los amacava (mojave), bahacecha (identificación incierta), osera (posiblemente hablantes Piman, en la confluencia del río Gila con el Colorado, en un lugar más tarde ocupado por los quechan), alebdoma (Halchidhoma; vistos por Oñate aguas abajo de la unión del Gila, pero posteriormente informó aguas arriba a partir de ahí, en la zona donde Oñate había encontrado a los bahacecha), coguana (kahwan), agalle y agalecquamaya (halyikwamai), y cocapa (cucapá). En cuanto a las áreas que los exploradores no habían observado directamente, dieron informes fantásticos sobre las razas de monstruos humanos y áreas que dijeron eran ricas en oro, plata y perlas.

Años posteriores

Quienes abandonaron la colonia de San Juan Pueblo regresaron a la Nueva España narrando las malas condiciones en que habían vivido y los abusos que habían visto, por lo que el gobierno español inició una averiguación sobre la situación en la colonia de Nuevo México y sobre el trato que Oñate daba a los indios. En el año de 1606, el rey Felipe III ordenó a Oñate acudir a la Ciudad de México para ser investigado y responder las acusaciones en su contra, por lo cual renunció a su empresa en 1607 por motivos financieros y las condiciones de la colonia. Sin embargo, permaneció en Nuevo México hasta establecer el pueblo de Santa Fe. Fue nombrado un nuevo gobernador y Oñate fue convocado nuevamente a la Ciudad de México en 1608. En 1613 finalmente Juan de Oñate se presentó para enfrentar las acusaciones de haber usado una fuerza excesiva durante la rebelión en Acoma en la que colgó a dos indios y ejecutó amotinados, desertores y adúlteros. Fue juzgado y condenado por crueldad con los indígenas y colonos. Se le desterró de Nuevo México a perpetuidad y de la Ciudad de México por cuatro años.
Pasó el resto de sus días tratando de limpiar su nombre, y, en segunda instancia, fue absuelto de todos los cargos. Con el tiempo, Oñate fue a España, donde el rey le nombró jefe de los inspectores de minería de toda España. Según la investigación de Eric Beerman titulada «The death of an old conquistador. New Light on Juan de Oñate» (publicada en la New Mexico Historical Review), murió en Guadalcanal, hoy provincia de Sevilla, el 3 de junio de 1626.
A veces se le refiere como «el último conquistador».1 :Título del libro

El estado de Nuevo México tiene derecho a proponer dos personajes de su historia para que formen parte del panteón de los fundadores de Estados Unidos, tal panteón se encuentra en la sede del poder legislativo de Estados Unidos, el Capitolio. Allí en el National Statuary Hall se muestran las estatuas de los personajes que dieron vida a la Unión Americana, estado por estado. Se dice que la propuesta a favor de Juan de Oñate como fundador y colonizador de Nuevo México no prosperó debido a la mano dura que utilizó para reprimir la llamada rebelión de Acoma.
Oñate es honrado por algunos por sus empresas de exploración, pero es vilipendiado por otros, por su crueldad con los indios de Acoma Pueblo. En el Centro de Visitantes del Monumento Oñate (Oñate Monument), localizado al noreste de Española, hay una estatua de bronce erigida en su honor en 1991. En 1998, Nuevo México celebró el 400º aniversario de su llegada. Ese mismo año, algunas personas que se opusieron a la erección de la estatua y a lo que representa, cortaron el pie derecho de la estatua3 y dejaron una nota diciendo: Fair is fair [Lo justo es justo]. El escultor, Reynaldo Rivera, refundió el pie, pero la unión es todavía visible. Algunos comentaristas sugirieron dejar la estatua mutilada como un recordatorio simbólico del incidente de la mutilación de los pies.
En 1997, la ciudad de El Paso contrató a un escultor, John Sherrill Houser, para que realizase una estatua del conquistador. En reacción a las protestas, dos concejales de la ciudad se retractaron de su apoyo al proyecto.3 La estatua de dos millones dólares tardó casi nueve años en construirse y fue guardada en el almacén del escultor en la ciudad de México. La estatua fue terminada a principios de 2006. Se transportó en remolques de plataforma y, dividida en pedazos, fue llevada a El Paso durante el verano y se instaló en octubre. La controversia sobre la estatua antes de su instalación fue el tema de la película documental The Last Conquistador, presentada en 2008 como parte de la serie de televisión P.O.V. de la PBS.8
La ciudad de El Paso dio a conocer la estatua de 18 toneladas y 10 m de altura en una ceremonia el 21 de abril de 2007. Oñate está montado sobre su caballo andaluz, mientras celebra la declaración de La Toma en su mano derecha (la declaración de soberanía realizada el 30 de abril de 1598 en el actual San Elizario, Texas, reclamando las tierras más allá del río Grande para España). La estatua fue bien recibida por los segmentos de la población local y también por el embajador español en los Estados Unidos, Carlos Westendorp. Según Houser, es la estatua ecuestre más grande y pesada (en bronce) del mundo. Algunos miembros de la tribu acoma de Nuevo México estuvieron presentes y protestaron por la estatua.
La Escuela Superior de Oñate («Oñate High School»), en Las Cruces, Nuevo México, fue nombrada en honor de Juan de Oñate.

La ruta seguida por Oñate en las Grandes Llanuras y las tribus encontradas

El camino que siguió la expedición de Oñate y la identidad de los escanjaques y rayados son muy debatidos. La mayoría de las autoridades creen que su ruta le habría llevado a descender el río Canadian, desde Texas hasta Oklahoma, y luego a seguir campo a través hasta el Salt Fork, donde habría encontrado el campamento escanjaque. Finalmente seguiria hasta el río Arkansas y su afluente, el río Walnut, hasta alcanzar Arkansas City, Kansas, donde estaría el asentamiento rayado. Un punto de vista minoritario sería que el campamento escanjaque estaba en el río Ninnescah y que el pueblo rayado estaba en el sitio de la actual Wichita (Kansas).9 Hay evidencias arqueológicas a favor del sitio del río Walnut.10
Los investigadores han especulado sobre si los escanjaques serían apaches, tonkawa, jumanos, quapaw, kaw u otras tribus. Lo más probable es que fuesen caddoanas y que hablasen un dialecto wichita. Se puede estar casi seguro de que los rayados sí eran wichitas Caddo. Sus casas de hierba, el modo disperso del asentamiento, un jefe llamado Catarax, un título wichita, la descripción de sus graneros, y su ubicación, todo está de acuerdo con la anterior descripción que hizo Coronado de los quiviranos. Sin embargo, probablemente no eran las mismas personas que Coronado había conocido. Coronado encontró Quivira 120 millas al norte de los rayados de Oñate. Los rayados hablaron de grandes asentamientos llamados Tancoa –tal vez el verdadero nombre de Quivira–, en esa zona hacia el norte.11 Por lo tanto, los rayados estaban relacionados cultural y lingüísticamente con los quiviranos pero no formaban parte de la misma entidad política. Los wichita en ese momento no estaban unificados, sino que eran más bien un gran número de tribus relacionadas, dispersas en la mayor parte de los actuales estados de Kansas y Oklahoma. Que los rayados y los escanjaques hablasen el mismo idioma, pero fueran sin embargo enemigos, no es inverosímil.

http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_O%C3%B1ate

Francisco Vázquez de Coronado

Francisco Vázquez de Coronado (Salamanca, España, 1510 - Ciudad de México, 22 de septiembre de 1554), fue un conquistador español. Viajó por Nuevo México y otras partes de los actuales Estados Unidos entre 1540 y 1542. Llegó al virreinato de la Nueva España acompañando al primer virrey don Antonio de Mendoza.
Vázquez de Coronado llegó a la Nueva España desde España en 1535 para probar suerte en el Nuevo Mundo. Se convirtió en hombre de confianza del Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza,1 y ascendió rápidamente. Contrajo matrimonio con Beatriz de Estrada, hija del tesorero Alonso de Estrada. El virrey lo nombró gobernador de Nueva Galicia, trasladando su gobernación allí junto con su esposa en 1537.2
Francisco Vázquez Coronado en la Plaza Mayor de Salamanca

Vázquez de Coronado se distinguió por su habilidad para pacificar a los nativos y así en 1538 fue nombrado gobernador de la Audiencia de la Nueva Galicia en sustitución del primer gobernador de la provincia Nuño de Guzmán. En calidad de gobernador apoyó a fray Marcos de Niza a explorar el norte de la Nueva España en misión que le había conferido el virrey Antonio de Mendoza.
En 1528, naufragó en las costas de Florida una expedición encabezada por Pánfilo de Narváez. De ella hubo cuatro sobrevivientes, que atravesaron a pie y durante ocho años el actual suroeste de los Estados Unidos y norte de México hasta llegar a Culiacán Sinaloa, donde encontraron una villa española. De esa expedición, Álvar Núñez Cabeza de Vaca escribió una narración titulada Naufragios. En ella describe sus aventuras y las de sus tres compañeros: Alonso del Castillo Maldonado, Andrés Dorantes de Carranza y un esclavo llamado Esteban (Estebanico). Este último fue el primer hombre nacido en África que puso pie en lo que hoy son los Estados Unidos de América. Estebanico era moro de la etnia bereber y nació en Azemor (Provincia de El Yadida, Marruecos actual), en la costa atlántica del continente africano. Estos náufragos, encontrados en la Nueva España en 1536, transmitieron rumores de los indios de que más al Norte había ciudades colmadas de minerales y riquezas.
Con esos antecedentes fue enviado el fraile Marcos de Niza a un viaje exploratorio en 1539; éste regresó hablando de las riquezas de siete ciudades de oro llamadas Cíbola, de las cuales había oído hablar en su viaje. Esto despertó el interés de Coronado, que decidió partir en busca de esa mítica ciudad.
La expedición tuvo lugar en 1540. En ella tomaron parte unos 800 indios mexicanos y unos 340 españoles que habían aportado dinero propio para financiar la expedición. Vázquez de Coronado hipotecó las posesiones de su mujer y pidió prestados 71 000 pesos de plata para financiar la expedición. Un trabajador de esa época ganaba 100 pesos de plata al mes.2 En la expedición iba una mujer, Francisca de Hoces, con su marido, Alonso Sánchez, que era zapatero en Ciudad de México. En la expedición había 11 capitanes y varios hombres que habían convivido con los indios durante 10 años o más.2 Llevaban 12 cañones, abundante munición, 150 soldados de a caballo y 200 infantes, ganado vacuno y semillas.1

En agosto de 1540 Coronado manda grupos de exploración para informarles sobre todo. Al Este mandará a su nuevo segundo, García López de Cárdenas, explorará el Oeste, en la zona de los indios hopi y encontrará el Cañón del Colorado. El capitán Hernández de Alvarado va hacia el Este con un cacique indígena con mostacho al que apodaron "Bigotes", que presenta a los españoles a varias tribus a lo largo del río Grande. Hernando quiso seguir explorando más pero Bigotes les dijo que estaba cansado y les proporcionaría un guía. Este nuevo guía usaba un sombrero particular, propio de la tribu pawnee, que a los españoles recordaba a un sombrero árabe, y es por esto que lo apodaron "el turco". Encontraron un poblado llamado Tiguex o Tigüez, cerca de la ciudad de Santa Fe, Nuevo México, a orillas del río Grande y Hernando mandó una misiva a Coronado para instalar allí el campamento y reunirse con ellos en ese paraje, próximo al río Grande (río Bravo para los mexicanos), cosa que hizo. Allí los españoles necesitaron ropa y otras cosas, y las tomaron de los indios, incluso ofreciendo dinero a cambio, pero los indios se negaron y, eso, sumado a otros episodios, provocó un levantamiento de los indios de Tiguex que empezaron a matar a los caballos de los españoles. La expedición fue atacada varias veces por los nativos, pero las fuerzas de Vázquez de Coronado las repelieron con éxito. Ese invierno hubo varios enfrentamientos. Algunos han llamado a estos enfrentamientos Guerra de Tiguex.3



 http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_V%C3%A1zquez_de_Coronado

Luego de que los españoles invadieron a los Tiguex y violaron a sus mujeres, quemaron a 50 personas que se habían rendido. Los hombres de Francisco Vásquez de Coronado sitiaron el pueblo Moho y tras meses de sitio, mataron a 200 guerreros que intentaban huir.

Masacres españolas en norteamérica

1539 – Masacre de Napituca:
Tras derrotar a los guerreros Timucuan, Hernando de Soto ejecutó a 200 en la primera masacre de gran escala perpetrada por los europeos en lo que se convirtió en territorio estadounidense.

1541-1542 – Masacre de Tiguex:
Luego de que los españoles invadieron a los Tiguex y violaron a sus mujeres, quemaron a 50 personas que se habían rendido. Los hombres de Francisco Vásquez de Coronado sitiaron el pueblo Moho y tras meses de sitio, mataron a 200 guerreros que intentaban huir.
 
Acoma
1599 – Masacre de Acoma:
En represalia por el asesinato de 11 soldados españoles, Juan de Oñate mató a aproximadamente 800 nativos en Acoma. El rey Felipe III castigó a Oñate por sus excesos.
 
 
 
 
 
1601 – Montañas de Sandia:
Tropas españolas destruyeron 3 aldeas indios en las montañas de Sandia, Nuevo México. De acuerdo con fuentes españolas, 900 indios Tompiro fueron asesinados.
 
1805 – Cañón del Muerto:
Soldados españoles encabezados por Antonio Narbona masacararon a 115 indios navajo en Cañón del Muerto, al noroeste de Arizona.
 
 

jueves, 26 de marzo de 2015

El Holocausto judío en España 1

Es de común pensar que cuando nos referimos al holocausto judío nuestras miradas se posan en el pasado reciente de la alemania nazi. Parece que como si demonios feroces se asentasen en la cultura alemana dispuestos a asesinar judios con brutal y exclusiva vehemencia.
Nada más lejos de la realidad. Y sin pretender exculpar o minimizar la responsabilidad que el pueblo alemán contrajo en tan horrible crimen he pensado que bien podiamos conocer aunque sea brevemente  otra historia del holocausto judio. Esta vez en suelo español y algo más antigua. Simplemente para que no nos creamos mejores que otros pueblos que se hicieron tristemente famosos por su brutal manera de tratar a otras comunidades que no eran de su agrado.


La Revuelta antijudía de 1391 fue una revuelta popular dirigida contra los judíos (historiográficamente se la ha denominado con el término "pogromo"[1] y en hebreo: גזירות קנ"א‎, Gzeirot kana,[2] [3] "pogromo" o "conversiones forzadas del 5151" -año correspondiente en el calendario hebreo-) que se inició el 6 de junio de ese año en la ciudad de Sevilla. Hubo saqueos, incendios, matanzas y conversiones forzadas de judíos en las principales juderías de las ciudades de casi todos los reinos cristianos de la Península Ibérica: las coronas de Castilla y Aragón y en el reino de Navarra. Las revueltas más graves fueron las iniciales, que comenzaron en Sevilla y se propagaron a Córdoba, Toledo y otras ciudades castellanas.[4
Las causas más profundas derivan de la crisis del siglo XIV, que, además de sus efectos económicos y sociales,[5] en la Corona de Castilla había dado lugar a la Primera Guerra Civil Castellana y el establecimiento de la Casa de Trastámara, enfrentada desde 1390 a un momento especialmente delicado: la llegada al trono de Enrique III de Castilla en minoría de edad (11 años); a lo que se sumaba la relación entre la monarquía autoritaria y los judíos, sobre todo la percepción social de esa relación.
Toda Europa sufría desde hacía medio siglo la peste de 1348, de devastadoras consecuencias demográficas (se calcula que murió la tercera parte de la población del continente), socioeconómicas y políticas. En la búsqueda de explicación al fenómeno fue habitual recurrir a todo tipo de causas imaginarias, como atribuirlo a un castigo divino a los cristianos por permitir la presencia de la raza deicida (los judíos) entre ellos; o culpar directamente a los judíos de envenenar los pozos de agua para propagar la peste (atribuyéndoles el propósito de destruir la cristiandad). El deterioro de la convivencia, alterada también por la fama que tenían los judíos de ricos y el afán de robarles,[4] llevó al estallido de revueltas antijudías, incluyendo la matanza de miles de judíos, que comenzaron en la Europa central y se extendieron hasta España.
La causa desencadenante inmediata de la revuelta sevillana fueron las predicaciones antijudías que desde hacía quince años (1376) venía efectuando el arcediano de Écija, Ferrán Martínez, que incitaba a la población de Sevilla contra los judíos.[9] A los protagonistas del tumulto, seguidores del predicador, se les conocía como matadores de judíos.[10] A los motivos religiosos, se sumó la percepción de impunidad de los que asaltaban y destruían las sinagogas, a causa de la situación política (vacío de poder durante la minoría de Enrique III).[4]
Las matanzas de judíos se extendieron a otras ciudades, primero del valle del Guadalquivir (Córdoba, Andújar, Montoro, Jaén, Úbeda, Baeza, etc.) y luego de la Meseta Sur (Villa-Real -hoy Ciudad Real-, Cuenca, Huete, Escalona, Madrid, Toledo -18 de junio-, etc.) y otras zonas castellanas (Burgos, Logroño -12 de agosto-, etc.) y de la Corona de Aragón (Valencia -9 de julio-, Orihuela, Játiva, Barcelona -5 de agosto-, Lérida -13 de agosto-, Mallorca, etc.) donde había también notables predicaciones antijudías: las de San Vicente Ferrer (su lema era bautismo o muerte[11] ). Hay autores que niegan que Vicente Ferrer estuviera en Valencia en 1391 y que insisten en que nunca aprobó la violencia, aunque sí que pensaba que aquel quebranto era una buena oportunidad para intensificar la catequesis.[12]
En el momento de los pogromos, las Cortes de Castilla estaban reunidas en Madrid. Al enterarse de los acontecimientos, se decidió enviar un procurador a cada ciudad con una carta, redactada en los términos más apremiantes posibles, en la esperanza de que se consiguiera contener la revuelta; objetivo que sólo se consiguió parcialmente.[4

Sevilla

A mediados del siglo XIV, entre 6.000 y 7.000 familias judías vivían en Sevilla; muchas de ellas se dedicaban a la industria y el comercio. Su riqueza suscitaba la envidia y el odio de la población. Los judíos estaban frecuentemente expuestos a los ataques y al maltrato.
Un primer motín estalló el 15 de marzo de 1391, durante el cual varios judíos fueron asesinados; pero los nobles, que los protegían, pronto sofocaron la sublevación. Tres meses después, el 6 de junio, la población enfurecida atacó masivamente las juderías, saqueando y quemando las casas. Más de 4.000 judíos fueron asesinados, aunque la mayor parte se vio obligada a aceptar el bautismo para salvar sus vidas.[9]

Córdoba

Dos días después de que empezara la revuelta de Sevilla, se inició la de Córdoba. Con el pretexto de obligar a los judíos a convertirse al cristianismo, una multitud, entre la que se encontraban clérigos y criados de las casas nobles, irrumpió en la judería y en el castillo, saqueando y matando a los judíos.[4] La matanza se prolongó durante tres días, en los que fueron exterminados la práctica totalidad de los judíos cordobeses. Los que no fueron asesinados fueron obligados a la conversión.
Toledo
A finales del siglo XIV, Toledo era una ciudad con una significativa población judía y musulmana. Había diez sinagogas y cinco centros de estudio y oración o madrazas, a las que quizás haya que añadir dos más de las que existe noticia documental. De estas diez, casi todas fueron destruidas tras el pogromo de 1391, y sólo se han podido identificar con seguridad el Templo Nuevo, Sinagoga Nueva o Sinagoga Mayor, convertida en la Iglesia de Santa María la Blanca[17] y la Sinagoga del Tránsito, que aloja en la actualidad el Museo Sefardí.[18] El 18 de junio de 1391 las revueltas llegaron a la ciudad, y la judería de Toledo fue atacada en las penumbras de la noche de manera similar a otras ciudades del reino. Entre las víctimas de la matanza se encontraban destacados artesanos, poetas y hombres de letras.

Barcelona

El 5 de agosto de 1391, día que se festejaba Santo Domingo, fue asaltada y destruida la judería o call de Barcelona, que para la época contaba con el 15% del total de la población de la ciudad (Benjamín de Tudela, a su paso por la ciudad en el siglo XI, la describió como una comunidad santa de hombres sabios y prudentes y grandes príncipes). Se produjeron unas 300 muertes.

http://es.wikipedia.org/wiki/Revuelta_antijud%C3%ADa_de_1391

El Holocausto judío en España 2

Los Estatutos de limpieza de sangre.

Fueron el mecanismo de discriminación legal hacia las minorías españolas conversas bajo sospecha de practicar en secreto sus antiguas religiones - marranos en el caso de los ex-judíos y moriscos en el de los antiguos musulmanes- que se estableció en España durante el Antiguo Régimen. Consistían en exigir (al aspirante a ingresar en las instituciones que lo adoptaban) el requisito de descender de padres que pudieran asimismo probar descendencia de cristiano viejo. Surgen a partir de la revuelta de Pedro Sarmiento (Toledo, 1449), a consecuencia de la cual se redactó la Sentencia Estatuto y otros documentos justificativos, que a pesar de ser rechazados incluso por el papa Nicolás V, tuvieron una gran difusión en gobiernos municipales, universidades, órdenes militares, etc.
Su principal problema, y que causó el rechazo inicial por el papado, era el hecho de que presuponían que ni siquiera el bautismo lavaba los pecados de los individuos, algo completamente opuesto a la doctrina cristiana.
Posteriormente, y para justificar una segregación de posiciones de poder (incluido el económico) que podían adquirirse durante la Colonización española de América los estatutos se emplearon para impedir que los españoles libremente pudiesen asentarse en las Américas, limitando su emigración.
Los estatutos de pureza de sangre tardaron siglos en caer en desuso. Tan tarde como 1804, el rey Fernando VII estableció que ningún caballero de orden militar se podía casar sin que un consejo estableciera la pureza de sangre de la cónyuge

 Ferrán Martínez (Fernando, Ferrand, o Ferrant), conocido por su cargo de arcediano de Écija, fue un clérigo español del siglo XIV, uno de los más importantes predicadores antisemitas. Se hizo enormemente popular por sus sermones y predicaciones en los que insistentemente excitaba el odio contra los judíos, a los que atribuía toda clase de vicios, y a través de ellos fue el mayor impulsor de la revuelta antijudía de 1391. A pesar de su cargo de arcediano en Écija, vivía en Sevilla, como vicario general de Pedro Gómez Barroso Albornoz (el primer cardenal-arzobispo de Sevilla, sobrino del también cardenal y arzobispo Gil de Albornoz).

En 1390, en un intervalo de tres meses, murieron tanto el rey como el arzobispo. El nuevo rey, Enrique III de Castilla, tenía sólo once años, con lo que tuvo que ejercerse la regencia por su madre. El cabildo catedralicio nombró a Ferrán Martínez vicario general. Fortalecido de tal manera, emitió el 8 de diciembre de 1390 una orden a todos los párrocos de su diócesis, bajo pena de excomunión, con instrucciones para destruir todas la sinagogas existentes en sus parroquias y enviar a Sevilla todos los candelabros rituales, libros en hebreo y rollos de la Ley que se encontrara en ellas. Los primeros en obedecer fueron los de Écija y Alcalá de Guadaira, a las que siguieron otras localidades.
Los judíos sevillanos volvieron a quejarse al rey el 15 de diciembre de 1390. Este envió una carta al cabildo catedralicio días después, haciendo a sus miembros responsables de todos los daños que habían sufrido los judíos, y mandándoles reconstruir o reparar a sus propias expensas las sinagogas destruidas o dañadas. También les daba órdenes estrictas de deponer a Ferrán Martínez de sus cargos y enviarlo a donde no pudiera hacer más daño. Aunque el cabildo parecía dispuesto a obedecer al rey, el arcediano, todavía máxima autoridad del arzobispado, se impuso con el argumento de que en materia eclesiástica no estaban sujetos al rey, ni podía exigirles la reconstrucción de las sinagogas. Su posición tenía el respaldo de la reina regente y del pueblo de Sevilla.
En marzo de 1391 se produjo el primer levantamiento antijudío, con varias muertes; aunque la revuelta más importante ocurrió varios meses después, el 6 de junio, cuando la judería de Sevilla fue asaltada y miles de judíos fueron asesinados u obligados a convertirse al cristianismo. Los protagonistas del tumulto, seguidores de Ferrán Martínez, eran conocidos como matadores de judíos.[1] El movimiento se extendió por toda la Corona de Castilla y por la de Aragón.
Antes de morir, cedió toda su fortuna al Hospital de Santa María de Sevilla, que él mismo había fundado. Se le veneró popularmente como santo

Vicente Ferrer
Vicente Ferrer fue uno de los más destacados predicadores antisemitas de su época. Su lema era bautismo o muerte. De los judíos dijo que eran animales con rabo y que menstrúan como las mujeres. Afirmaba que los judíos tienen entre otros el más oculto y abominable oprobio pues les sale de la cara aquel exangüe olor y amarillez de su rostro (...) La señal de Caín está puesta sobre ellos y es el olor que exhalan. Fue impulsor del pogromo de 1391 en el barrio judío de Valencia, donde actualmente se ubica la plaza San Vicente Ferrer; y en Toledo consiguió la transformación de la Sinagoga Mayor de Toledo en la Iglesia de Santa María la Blanca. Como resultado, bien de sus predicaciones, bien de la violencia de la revuelta antijudía de 1391, una gran cantidad de judíos se convirtieron al cristianismo, originándose a partir de entonces una importante comunidad de cristianos nuevos. Hay autores que niegan que Vicente Ferrer estuviera en Valencia en 1391, y que insisten en que nunca aprobó la violencia, aunque sí que pensaba que aquel quebranto era una buena oportunidad para intensificar la catequesis.
Su trabajo se vio facilitado por su conocimiento intenso del hebreo, las tradiciones, y las Escrituras. 

http://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Ferrer_%28santo%29 
 http://www.ciberecija.com/NOTICIAS/abril05/abril_27_pag1.htm
http://yadbeyad.wordpress.com/2009/06/21/la-matanza-de-la-juderia-sevillana/ 
http://chrismielost.blogspot.com/2011/05/sobre-el-fanatismo-religioso-los-coptos.html 

Bibliografía