miércoles, 29 de agosto de 2018

Alonso de Salazar y Frías



Alonso de Salazar y Frías (Burgos, 1564 - ? ,1636) fue un sacerdote e inquisidor español cuya fama se debió principalmente a su participación en el tribunal de la Inquisición española de Logroño que juzgó el caso de las brujas de Zugarramurdi en 1610. En la discusión de la sentencia y sobre todo en la posterior revisión del caso ordenada por el Consejo de la Suprema Inquisición destacó por su oposición a dar credibilidad a las teorías sobre brujería. Su exhaustivo memorial enviado a la Suprema constituyó la base para que la jurisprudencia inquisitorial española fuera escéptica sobre la realidad de la brujería y que fuera muy reticente a aceptar las denuncias por ese tema.
Firma de Salazar y Frías
Alonso de Salazar nació en Burgos en 1564 en el seno de una familia de mercaderes y altos funcionarios. Estudió derecho canónico en Salamanca y Sigüenza y posteriormente se ordenó sacerdote. Fue destinado a las diócesis de Jaén y Toledo donde trabajó a las órdenes del obispo de ambas, Bernardo de Sandoval y Rojas, tío del Duque de Lerma, valido de Felipe III.
Accedió al Santo Oficio en 1609, incorporándose en julio de 1610 al tribunal de Logroño donde los inquisidores Alonso Becerrra Holguin y Juan del Valle Alvarado ya tenían abierto un gran proceso por brujería en el que se mostraron mucho más intolerantes que Salazar. Este proceso fue la primera y última gran causa por brujería que se produjo en España y tuvo lugar en las localidades navarras de Zugarramurdi y Urdax.
A la llegada de Salazar el proceso ya estaba en marcha. Se inició cuando una tal María de Ximildegui afirmó haber participado en aquelarres en presencia de otras personas de Zugarramurdi. Algunos de los denunciados admitieron los hechos y denunciaron a su vez a otras personas. Las coincidencias en los testimonios terminaron de convencer al tribunal de la veracidad de las denuncias. Estos incluían descripciones de las orgías, del aspecto de las apariciones demoníacas y de los ritos llevados a cabo.
En junio de 1610 los inquisidores acordaron la sentencia de culpabilidad de veintinueve de los acusados. Sin embargo, Alonso de Salazar y Frías, quien al haberse incorporado al tribunal en julio del año anterior no había participado en los interrogatorios de los principales inculpados, votó en contra de la condena a la hoguera de María de Arburu por falta de pruebas. Tras la celebración del auto de fe en noviembre de 1611 —en el que dieciocho supuestos brujos y brujas fueron reconciliados, seis fueron quemados vivos y cinco lo fueron en efigie— Salazar comenzó a dudar también de la culpabilidad del resto.1
En los meses siguientes al auto de fe se desató una fiebre por la caza de brujas en toda la región que se materializó en miles de acusaciones. Las dudas de Salazar sobre la culpabilidad de los condenados fueron secundadas por otros importantes clérigos que atribuían las confesiones a la superstición y a la incultura, tales como el obispo de PamplonaVenegas y Figueroa.
Por este motivo, el Consejo de la Inquisición ordenó a Salazar que visitara las montañas de Navarra con el objeto de recabar información y testimonios de primera mano, con órdenes de no forzar las confesiones y no amenazar a los cuestionados. A partir de mayo de 1611 recorrió durante casi ocho meses la zona en plena fiebre de brujería. Recabó miles de testimonios inconsistentes y contradictorios, no pudiendo encontrar ninguna prueba sólida de que los aquelarres hubieran tenido lugar. Los testigos se contradecían y supuestos ungüentos y pócimas resultaron ser falsos. En un informe al Inquisidor General escribió que no había encontrado un solo testimonio sólido de que hubiesen tenido lugar actos de brujería y que las declaraciones de los supuestos testigos por sí solos no debían ser tomados como prueba suficiente.
En el informe final de 1613 denunció la pobre instrucción, ya que no se anotaron los cambios en las declaraciones de los acusados ni sus contradicciones. Concluyó que no era posible determinar que se hubiera producido acto alguno de brujería, ya que los hechos descritos eran con frecuencia imposibles, como volar por el aire o asistir a aquelarres mientras las brujas permanecían en la cama, y que, en caso de que efectivamente hubiese intervención del demonio, resultaba muy difícil explicar que sus actos fueran denunciados de forma tan fácil, incluso con el testimonio de niños pequeños.
Así, tras la revisión a fondo del caso ordenada por el Consejo de la Suprema Inquisición Salazar se arrepintió completamente de la sentencia que él también había firmado al considerar que se había cometido una "terrible injusticia".2 Salazar escribió en su informe final lo siguiente:3
Cometimos culpa el tribunal... [al no reconocer] la ambigüedad y perplejidad de la materia. Cometimos [defectos] en la fidelidad y recto modo de proceder... en que no escribíamos enteramente en los procesos circunstancias graves... ni las promesas de libertad que les hacíamos, careaciones entre sí... y otras sugerencias para que acabasen de confesar toda la culpa que queríamos, reduciéndonos nosotros mismos a escribir sólo para llevar mayor consonancia de hacerlos culpados y delincuentes. Tanto que también por esto dejamos de escribir muchas revocaciones.
En 1614 la Suprema promulgó unas "instrucciones" o criterios de obligado cumplimiento, que seguían fielmente las recomendaciones dadas por Salazar y que formaron la base de la jurisprudencia posterior en la materia. Entre ellas se incluyeron métodos para recabar testimonios fiables basados en hechos empíricos y no en meros testimonios de segunda mano. También se desacreditó el Malleus Maleficarum, que había sido el manual seguido hasta entonces por el Santo Oficio sobre brujería y que se basaba en leyendas y casos sin confirmar. Además se siguieron recomendaciones de Salazar de mantener en lo posible la discreción sobre estos casos para evitar el contagio y la paranoia sobre la existencia de brujería. Según el propio Don Alonso, hacia 1617 pudo informar al Alto Tribunal de que la paz se había impuesto de nuevo en las tierras de Navarra.
El proceso de las brujas de Zugarramurdi se vio espoleado por la fiebre por la caza de brujas que estaba teniendo lugar en toda Europa, muy especialmente el sur de Alemania. Poco antes, en 1609, había tenido lugar un gran proceso por brujería en Labort, al norte de la frontera con Francia en el país vasco francés, llevado a cabo por el juez Pierre de Lancre, en la que fueron quemadas cerca de 80 brujas y brujos. Este proceso sin duda influyó para desatar la fiebre al sur de la frontera.
La Inquisición fue siempre muy escéptica en temas de brujería, pero fueron las Instrucciones de 1614 inspiradas por Salazar las que pusieron fin definitivamente a los grandes procesos por brujería en España. A partir de entonces y salvo contadas excepciones, las acusaciones de brujería se saldaron con absoluciones o penas simbólicas. En algunas ocasiones fue la inquisición la que paralizó procesos iniciados por la justicia civil como el de 1616 en Vizcaya, donde el propio Salazar evitó que se quemara ninguna bruja.
Salazar y Frías se destaca como un faro del racionalismo en la rigurosa España de la época, y así fue reconocido por autores posteriores, principalmente por el folklorista danés Gustav Henningsen, que en 1980 publicó su extensa obra The Witches' Advocate (El abogado de las brujas), considerada una de las mejores obras sobre brujería en España. También Julio Caro Baroja trató su figura en Las Brujas y su Mundo.
Según Carmelo Lisón Tolosana, "la argumentación de Salazar en sus escritos a la Suprema está caracterizada por lo que podríamos calificar como su positivismo, en el sentido de que prefiere el hecho concreto, substantivo frente a la ideación imaginativa; trata de averiguar el qué y el cómo en el aquí y el ahora, de tejas abajo, relegando otros argumentos en esencia teológicos a un segundo plano. Guiado por las orientaciones de la Suprema, recoge in situ, como el antropólogo, información empírico-substantiva. [...] En su cálculo referencial antepone la verosimilitud a la opinión generalizada, la racionalidad a la metafísica; quiere hacer ciencia".4 Así escribe:5
Volar a cada paso una persona por el aire, andar cien leguas en una hora, salir una mujer por donde no cabe una mosca, hacerse invisible a los presentes, no mojarse en el río ni en el mar, estar a un tiempo en la cama y en el aquelarre, luchar las imágenes como personas sensibles, las apariciones continuas que han tenido de Nuestra Señora y que cada bruja vuelva en la figura que se le antoja y alguna vez en cuerpo o en mosca con lo demás referido, es superior a cualquier discurso.



MARIA DE XIMILDEGUI



María de Ximildegui (1588 – ?) fue una mujer española arrepentida de practicar la brujería y que ayudó a desencadenar el proceso inquisitorial en Zugarramurdi acusando de ser brujas a otras mujeres y hombres de la zona.
Era hija de padres franceses y se crio en Zugarramurdi,1 aunque en el año 1604, con dieciséis años, se fue con su padre a Ciboure en Francia. Allí, trabajaba de moza y conoció a otra joven de nombre de Catalina que la inició en la brujería, y con quien mantenía una relación íntima.2 Para poder acudir a los aquelarres, Ximildegi tuvo que renegar de Dios y de la Virgen Maria.3 Desarrolló sus conocimientos de brujería durante un año y medio y finalmente se volvió a Zugarramurdi en 1608, cuando tenía veinte años.
Ximildegui contó que su tiempo pasado en Francia le había convertido en una maestra de brujas, volando en escobas y bailando para el diablo. Y se unió a los encuentros de brujería para untarse pócimas y sustancias psicotrópicas en las cuevas navarrasSin embargo, se acabó arrepintiendo y denunció a otros brujos al Abad de Urdax,4 lo que provocó la llegada de la Inquisición de Logroño a principios de diciembre de 1609, con Alonso de Salazar y Frías como uno de los inquisidores principales del proceso.5
De las personas que Ximildegui acusó de brujería, se encuentran María de Jureteguia,6 y su marido Esteve de Navarcorena, así como otras diez otras personas, en total, cuatro mujeres, seis hombres y dos niños.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_de_Ximildegui

Ravensbrück



Ravensbrück fue el menor campo de concentración en territorio alemán durante la segunda Guerra Mundial. Estaba situado en la zona denominada Ravensbrück, al noreste de la ciudad de Fürstenberg, 90 km al norte de Berlín.
barracas de Ravensbrück.
La construcción de este campo comenzó en noviembre de 1938 por orden de Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS, y fue abierto el 15 de mayo de 1939 con el traslado de prisioneras del campo de concentración de Lichtenburg. En abril de 1941 se incorporó un pequeño campo adyacente para hombres. En junio de 1942 se añadió el llamado "Campo preventivo de menores de Uckermark" para mujeres jóvenes y niñas. Hasta 1945 hubo varias ampliaciones más, de modo que el campo principal de mujeres abarcaba cinco filas de barracones en cuatro calles. Cada barracón estaba repleto, ocupado por muchas más personas de las que realmente cabían, dando lugar a un hacinamiento mortal y absoluto.
Dentro del campo se creó un "recinto industrial" con talleres de producción para trabajos de confección, tejido y cestería. La empresa Siemens construyó a finales del verano de 1942, junto al campo de mujeres, 20 naves industriales para la manufactura de piezas para la industria de armamento. Todos estos trabajos se basaban en utilizar a las prisioneras y prisioneros como mano de obra esclava.
Entre 1939 y 1945 ingresaron como prisioneros alrededor de 132.000 mujeres y niños, 20.000 hombres y 1.000 chicas adolescentes. Los deportados procedían de más de 40 países. Decenas de miles fueron asesinados, murieron de hambre, de enfermedades o a causa de experimentos médicos, como la esterilización. A finales de 1944 las SS instalaron una cámara de gas, donde murieron asfixiados con gas entre 5.000 y 6.000 prisioneros. Se estiman las víctimas en al menos 92.000 personas.
Sus Comandantes fueron Max KögelFritz SuhrenAlbert Sauer. El personal y guardias de las SS llegaron a ser 1.554 contabilizados para el 15 de enero de 1945.
Este campo tuvo una gran profusión de subcampos dependientes de él administrativamente, tales como (por orden alfabético): Ansbach, Barth, Belzig, Berlín, Dabelow, Droegen, Eberswalde, Feldberg, Finow, Genthin, Grüneberg, Hagenow, Hohenlychen, Kallies, Karlhagen, Klützow, Königsberg, Lichtenburg, Malchow, Neubrandenburg, Neustadt, Neustrelitz, Prenzlau, Rechlin, Rostock, Schoenefeld, Stargard y Veltin.
El campo fue liberado por el Ejército Rojo el 30 de abril de 1945.
Por actos cometidos en este campo y otros fue condenada a cadena perpetua Hermine Braunsteiner el 30 de junio de 1981, en Alemania.

https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Ravensbr%C3%BCck

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Campos_de_concentraci%C3%B3n_nazis

Hermine Braunsteiner



Hermine Braunsteiner-Ryan (VienaAustria16 de julio de 1919 – BochumAlemania19 de abril de 1999) fue una guardia femenina de campo de concentración y la primera criminal de guerra nazi que fue extraditada de los Estados Unidos. Participó en persona en dolorosas y crueles muertes de mujeres y niños.
Hermine Braunsteiner
Nació en Viena, la hija más joven de una familia de clase trabajadora estrictamente católica. Su padre Friedrich Braunsteiner era apolítico, un chófer de una fábrica de cerveza o carnicero. Su madre María se dedicaba a limpiar. Hermine Braunsteiner era una mujer alta, rubia y de ojos azules que acudió durante ocho años al colegio. Estaba frustrada por no haber llevado a cabo su aspiración de ser enfermera y trabajó como criada. Entre 1937 y 1938, trabajó en Inglaterra en la casa de un ingeniero estadounidense.
En 1938 la unificación de Alemania y Austria (Anschluss), la convirtió en ciudadana alemana, volviendo a Viena. Más tarde, ese año, se mudó y encontró trabajo en las fábricas de aviones Heinkel en Berlín.24
Presionada por su casero, presentó su candidatura para un trabajo mejor pagado como supervisora de prisioneros (como guardia, podía cuadruplicar sus ingresos). Comenzó su entrenamiento el 15 de agosto de 1939 como Aufseherin a las órdenes de Maria Mandel en el Campo de prisioneros de Ravensbrück.126
Tras algunos años, debido a desencuentros con su supervisora María Mandel, solicitó un traslado.2
El 16 de octubre de 1942 retomó su labor en una fábrica en Majdanek, un suburbio de LublinPolonia que era a la vez campo de exterminio y Arbeitslager.1
En enero de 1943 fue promovida a asistente de guardia1 de Elsa Ehrich, junto con otras guardianas.7 Sus abusos y su sadismo tomó diferentes formas en el campo de exterminio, implicándose en el proceso de selección de mujeres y niños que debían ser enviados a las cámaras de gas y azotando a varias mujeres hasta la muerte. En compañía de Elsa EhrichHildegard LächertMarta UlrichAlice OrlowskiCharlotte Karla Mayer-WoellertErna Wallisch o Elisabeth Knoblich, llegó a matar mujeres a pisotones, ganándose por ello el apodo de "la yegua pisoteadora" (en polaco "Kobyła", o en alemán "Stute von Majdanek").
En 1943, recibió la cruz del mérito de guerra de segunda clase por su trabajo.1
En enero de 1944, Hermine Braunsteiner recibió órdenes de regresar a Ravensbrück en cuanto comenzaron las evacuaciones en Majdanek. Fue ascendida a guardia supervisora en Genthin un subcampo de Ravensbrück, a las afueras de Berlín.1 Según testigos, allí abusó de algunos prisioneros con un látigo especial que llevaba consigo.[cita requerida]
El 7 de mayo de 1945, Braunsteiner huyó del campo para evitar ser capturada por el Ejército rojo. Tras su huida, volvió a Viena.1 La policía austriaca la arrestó y la entregó a las autoridades militares inglesas; estando encarcelada desde el 6 de mayo de 1946 hasta el 18 de abril de 1947. Un jurado austriaco de Graz la condenó por torturamalos tratos de prisioneros y Crímenes contra la humanidad y contra la dignidad humana cometidos en Ravensbrück (no en Majdanek); fue sentenciada a tres años de prisión, donde ingresó el 7 de abril de 1948 y de donde fue liberada a comienzos de abril de 1950. Una corte civil austriaca le proporcionó amnistía frente a posteriores acusaciones en Austria.1395
Una vez liberada, desempeñó trabajos de bajo nivel en hoteles y restaurantes.2
El estadounidense Russell Ryan la conoció durante unas vacaciones en Austria, ambos contrajeron matrimonio en octubre de 1958, emigrando posteriormente a Nueva EscociaCanadá. Ella entró en los Estados Unidos en abril de 1959, convirtiéndose en ciudadana estadounidense el 19/01/1963.3El matrimonio vivió en MaspethQueens siendo ella una meticulosa ama de casa y una vecina amigable.34
El cazanazis Simon Wiesenthal había seguido su pista por medio mundo hasta Queens.310En 1964, Wiesenthal alertó al New York Times de que Braunsteiner podría haberse casado con un hombre llamado Ryan y viviría en Maspeth. El periódico asignó a Joseph Lelyveld, por aquel entonces un joven reportero, la tarea de encontrar a "la señora Ryan". El reportero la encontró sin demasiada dificultad, más tarde escribió que ella le recibió diciendo: "Dios mío, sabía que esto sucedería, has venido".59
El señor Ryan explicó que ella había ejercido solamente un año en "Majdanek", pasando ocho de los meses del año en la enfermería del campo. "Mi mujer, señor, no mataría ni a una mosca" dijo; "no hay una persona más decente en la tierra, ella me dijo que aquello fue un servicio que tuvo que hacer, era un servicio obligatorio".9
El 22 de agosto de 1968 las autoridades estadounidenses revocaron su ciudadanía por no haber purgado sus crímenes de guerra; se le retiró la nacionalidad en 1971 tras un juicio para evitar la deportación.23
Un fiscal de Duesseldorf comenzó a investigar su comportamiento durante la guerra y en 1973 el gobierno alemán solicitó su extradición acusándola de su responsabilidad compartida en la muerte de 200.000 personas.1211
El jurado norteamericano inmediatamente denegó la nulidad de la extradición, que tuvo su origen en que la normativa impide extraditar un ciudadano estadounidense a Alemania debido a que los cargos eran delitos políticos cometidos por una ciudadana "no alemana" fuera de las fronteras de la República Federal Alemana.2 Durante todo el año, se sentó junto a su marido escuchando a supervivientes mientras daban su testimonio contra la antigua guardiana de las SS. Los testigos describieron los azotamientos y las palizas mortales.12
El juez certificó la extradición al Secretario de Estado el 1 de mayo de 1973 y el 7 de agosto de 1973 Hermine Braunsteiner Ryan era la primera criminal nazi extraditada desde Estados Unidos a Alemania.2
Estuvo en prisión preventiva en Düsseldorf en 1973 hasta que su marido entregó la fianza. La corte alemana rechazó el argumento de no tener jurisdicción sobre la acusada, ya que ella no era alemana, sino austríaca; rechazó además el argumento de que los hechos juzgados habían sucedido fuera de Alemania. La corte sentenció que en el momento de cometerse los crímenes ella era ciudadana alemana y, aún más importante, que había sido una oficial del gobierno alemán actuando en nombre del III Reich.12
Hermine Braunsteiner compareció en su juicio en Alemania junto con otros 15 hombres y mujeres antiguos miembros de las SS de Majdanek. Uno de los testigos contra Hermine testificó que ella "agarraba niños de los pelos y los tiraba dentro de camiones que se dirigían a las cámaras de gas." Otros hablaron de sus salvajes palizas. Un testigo habló de Hermine y las botas con tachuelas de acero con las que ella maltrataba a los internos.
El tercer juicio de Majdanek (proceso Majdanek) se celebró en Düsseldorf, comenzó el 26 de noviembre de 1975 y se prolongó 474 sesiones; fue el juicio más largo y caro celebrado en Alema. Todos los imputados, incluyendo Hermine Braunsteiner y Hermann Hackmann, habían sido guardias de las SS en Majdanek. La corte dictaminó falta de pruebas en seis apartados de la acusación y la condenó tan solo por tres: asesinato de 80 personas, inducir al asesinato de 102 niños y colaborar en la muerte de 1000. El 30 de junio de 1981 la corte la condenó a cadena perpetua, un castigo más severo que el de cualquiera de sus compañeros imputados.
Complicaciones relacionadas con la diabetes, incluyendo la amputación de una pierna, la llevó a ser excarcelada de la prisión femenina de Mülheimer en 1996. Hermine Braunsteiner murió el 19 de abril de 1999 en Bochum, Alemania.
Tras la publicidad que rodeó la extradición de Hermine Braunsteiner, el gobierno de los Estados Unidos estableció en 1979 la Oficina de Investigaciones Especiales para buscar criminales de guerra y quitarles la nacionalidad y extraditarlos. Dicha oficina tomó la jurisdicción que ostentaba anteriormente el servicio de inmigración y naturalización.

https://es.wikipedia.org/wiki/Hermine_Braunsteiner