viernes, 26 de enero de 2018

Buenos y malos



Hasta ahora siempre hemos creído que la sociedad está dividida entre buenos y malos.
Los buenos son los guardianes de la paz y de la justicia, los paladines de la democracia y de la bondad y los malos son los asesinos, psicópatas, dictadores sin escrúpulos y genocidas de diversa calaña.
Sin embargo no es oro todo lo que reluce en los países autodenominados demócratas. Tomemos dos ejemplos de países totalmente enfrentados, aparentemente, y paradigmas del bien y del mal absoluto.

Estados Unidos es el paradigma del defensor de los derechos humanos y de la democracia y la alemania nazi el absoluto asesino de judios, homosexuales, gitanos, testigos de jehová, comunistas y de todo aque que se opusiera a su bien amado Fhurer, Adolf Hitler.

Sin embargo a pesar de ser tan opuestos hay más similitudes que, desgraciadamente, nadie quiere ver.
Y aunque las comparaciones son odiosas es necesario echar un vistazo a la historia para demostrar que los malos sí son muy malos pero los buenos tampoco lo son tanto.
Ejemplo politicamente incorrectos de similitudes entre buenos y malos.

Espacio vital. El Lebensraum o espacio vital , término acuñado por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904), establecía la importancia de la relación entre espacio y población, asegurando que la existencia de un Estado quedaba garantizada cuando dispusiera del suficiente espacio para atender a las necesidades del mismo. Esta idea es análoga al Destino manifiesto estadounidense.

Campos de concentración. Los campos de concentración en los Estados Unidos alojaron a unas 120 000 personas, en su mayor parte de etnia japonesa, más de la mitad de las cuales eran ciudadanos estadounidenses y japoneses provenientes de Latinoamérica provenientes en su mayoría de Brasil y Perú que fueron deportados bajo presión del gobierno estadounidense, en establecimientos diseñados a ese efecto en el interior del país, durante 1942 y 1948. Eso a pesar de ser ciudadanos norteamericanos y no tener nada que ver con los ataques japoneses a Pearl Harbor.

Eugenesia:  La eugenesia, entendida como el estudio y práctica de la «mejora» de las características genéticas de las poblaciones humanas a través de la cría y esterilización selectiva, fue practicada en EstadosUnidos muchos años antes de que tuvieran lugar los programas de eugenesia nazi y, de hecho, los programas estadounidenses proporcionaron gran parte de la inspiración para estos últimos.1
Popular a inicios del siglo XX, era considerada un método de establecer orden y uniformidad en la población. Al popularizar la idea de un carácter genético ideal, el movimiento eugenésico proveyó a las personas un fin último que alcanzar. Según las últimas investigaciones, unas 60 000 fueron esterilizadas forzosamente en Estados Unidos entre 1909 y 1979, 20 000 de ellas en California donde existía la Ley de Eugenesia.2

Asesinato masivo de civiles: Nadie pone en duda el asesinato masivo de civiles perpetrado por los nazis pero, ¿lo cometieron los aliados?

Sobre Japón: Los bombardeos estadounidenses dejaron un saldo de unos 500 000 muertos y 5 millones de personas sin hogar.139 Más tarde dirían algunas personas cercanas al emperador Hirohito sobre estos ataques:
Su visión de la destrucción de Tokio el 3 marzo de 1945 fue el comienzo de su convicción de que debíamos entablar un proceso de paz.
Durante estos ataques se realizaron los dos únicos ataques nucleares en la historia; las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron destruidas, dejando un saldo total —sólo en esos dos ataques— de unos 220 000 muertos.
Sobre Alemania: El primer bombardeo de carácter masivo se efectuó sobre la ciudad medieval de Colonia, una de las mayores zonas industriales del país. En la noche del 30 al 31 de mayo de 1942, 1046 bombarderos arrojaron más de 2000 toneladas de explosivos y bombas incendiarias, provocando centenas de incendios individuales. La devastación fue total, destruyéndose más de 3300 casas y 36 fábricas, entre otros. Las víctimas mortales no superaron las 500 pero el ataque dejó a más de 45.000 sin un lugar donde vivir o trabajar. Los británicos perdieron 40 aeronaves. En los días posteriores también fueron atacadas Essen y Bremen.
Los ejemplos más extremos de los ataques masivos sobre la población fueron causadas por la llamada Operación Gomorra111 donde Hamburgo fue destruida con un saldo de más de 34.000 muertos y 900.000 desplazados. El ataque a Kassel se saldó con 10.000 muertos, el de Darmstadt con 12.500 muertos, el ataque a Pforzheim dejó 21.200 muertos, en Swinemünde 23.000 muertos y el Bombardeo de Dresde a su ciudad medieval al final de la guerra, del 13 al 15 de febrero de 1945, dejó entre 18.000 y 35.000 muertos, siendo aún uno de los episodios más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.112

Doble Rasero. No siempre se trata a todo el mundo con la misma vara de medir. Los intereses muchas veces priman sobre la justicia. Un claro ejemplo está en la llamada “operación Paperclip” 
En total, más de 700 científicos (junto con sus familias) fueron llevados secretamente a Estados Unidos. Ninguno de ellos calificaba para un visado de entrada en los Estados Unidos, pues todos habían servido a la causa nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Por tal motivo, numerosos documentos tuvieron que ser reescritos para limpiar el nombre de los científicos involucrados. Gran parte de las informaciones concernientes a la Operación Paperclip aún están clasificadas como secreto absoluto.  

Limpieza étnica. Sin entrar en estudios sobre que nación del mundo es considerada la más genocida, no cabe duda de que la Alemania nazi originó un antes y un después en lo que a genocidios se refiere. Sin embargo estaríamos ciegos si solo viésemos genocidio o limpieza étnica en las crueldades de las SS y otros grupos asesinos de la segunda guerra mundial.

La colonización de américa y las guerras indias en EEUU demuestran claramente que no solo los nazis eran los malos. Como ejemplo, véase el episodio de la masacre de Wounded Knee.

Venganza: al terminar la segunda guerra mundial, los aliados comprobaron in situ todo el horror de los campos y de la barbarie nazi. Esto provocó un sentimiento de odio feroz hacia todo lo alemán que se tradujo en otra barbarie más, esta vez procedente de los buenos. Esto se estudia y refleja en el libro “continente salvaje” de Keith Lowe

 Fuente: Wikipedia
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martes, 16 de enero de 2018

EL DESASTRE DE ANNUAL



La batalla de Annual (episodio más conocido en la historiografía española como Desastre de Annual) fue una gravísima derrota militar española ante los rifeños comandados por Abd el-Krim. Se produjo el 22 de julio de 1921 cerca de la localidad marroquí de Annual.
Esta derrota condujo a una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif y a una de las más importantes crisis políticas entre las que socavaron los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII. Puede decirse que los problemas generados por Annual fueron causa directa del golpe de Estado y la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Mapa con los combates entre españoles y tropas rifeñas en Marruecos que dieron como resultado el Desastre de Annual
El 12 de febrero de 1920, el general Manuel Fernández Silvestre tomó posesión del cargo de Comandante General de Melilla. Poco más tarde, el ejército a su mando desarrolló un avance progresivo en territorio rifeño no sometido, con la idea de llegar hasta la bahía de Alhucemas, centro de operaciones de las cabilas más belicosas. La empresa era arriesgada, ya que los soldados españoles, en su mayoría procedentes de reclutas forzosas, estaban muy poco entrenados, mal pagados y alimentados, pésimamente armados (con fusiles y artillería pesados y anticuados) y peor calzados (abarcas y alpargatas), se desmoralizaban enseguida y tenían verdadero pavor a los rifeños. Había asimismo serios problemas de corrupción tanto a nivel de intendencia y oficialidad como entre la tropa, que vendía sus propios fusiles y municiones a los rifeños.nota 1
Sin embargo, entre mayo de 1920 y junio de 1921, Silvestre protagonizó un espectacular progreso, rápido e incruento: avanzó 130 kilómetros sobre el Rif en un total de 24 operaciones, estableciendo 46 nuevas posiciones sin apenas sufrir bajas;nota 2ocupó Tafersit, adelantó el frente hasta el río Amekrán y obtuvo la sumisión de las cábilas de Beni UlixekBeni Said y Temsaman, llegando a acuerdos con sus cabecillas, ofreciéndoles dinero a cambio de su amistad.
Todos en España creían que se alcanzaría en breve la bahía de Alhucemas, pacificándose definitivamente el territorio. Pero tal ilusión pronto se derrumbó de manera cruenta. Silvestre había cometido el error de no desarmar a las tribus rifeñas cuya lealtad había comprado, y precisamente por esto extendió mucho más de lo prudente sus líneas de abastecimiento. Las fuerzas de la comandancia de Melilla se distribuyeron entre nada menos que 144 puestos y pequeños fuertes o blocaos, a lo largo de 130 kilómetros de zona ocupada, con una parte de ellos dedicados, además, a tareas puramente burocráticas. Los blocaos se situaban siempre aprovechando los lugares altos, pero a pesar de que desde estas posiciones se podían dominar amplias zonas, normalmente no había agua, lo que obligaba a ir a por ella con reatas de mulas periódicamente, a veces a diario (conocidas entre los soldados como «aguadas»). La distancia entre estos emplazamientos era variable, de 20 a 40 kilómetros, según el terreno, y con fuerzas tan repartidas no era posible hacer frente de manera eficiente a un ataque del enemigo. Las condiciones de los soldados, ya de por sí malas, eran pésimas en estos blocaos.
Así las cosas, en mayo de 1921, el grueso del ejército español estaba en el campamento base instalado en la localidad de Annual. Desde allí Silvestre esperaba realizar el avance final sobre Alhucemas. Entre Melilla y este campamento había tres plazas fuertes separadas unos 31 km entre sí, y en torno a él un anillo formado por otros pequeños fortines, cada uno con una guarnición que variaba entre 100 y 200 soldados. En la costa se habían ocupado las dos posiciones de Sidi Dris, cercana a la desembocadura del río Amekrán, y Afrau, algo más a retaguardia.
Hasta este punto apenas se había disparado un solo tiro, aunque se guardaban las distancias con las tribus hostiles, y en las pequeñas escaramuzas que se producían apenas si hubo algunas bajas.

La ocupación de Abarrán
Artículo principal: Combate de Abarrán

A finales de mayo, una delegación de la cabila de los Tensamán convenció a Silvestre para que cruzara el río Amerkan y estableciera una posición en el monte Abarrán, en contra de las órdenes de su jefe, el Alto Comisario de España en Marruecos, general Berenguer.
Un contingente de 1500 hombres, al mando del comandante Villar, llegó a la posición la mañana del 1 de junio de 1921, estableciendo una base fortificada. Al mando de la posición quedó el capitán Juan Salafranca Barrio, cuyas fuerzas consistían en la harka amiga de Tensamán, unos 200 policías indígenas y 50 soldados españoles, y Villar se volvió a Annual. Cuando los rifeños comenzaron el ataque a las 18:00, la harka de Tensamán se les unió, así como muchos de los policías rifeños. Los españoles sufrieron 141 bajas,nota 3 incluyendo a todos los oficiales, a excepción del teniente de artillería Diego Flomesta Moya, al que los rifeños dejaron vivo para que arreglase los cañones y les enseñase a usarlos, negándose a ello, lo mismo que a ser curado de sus heridas, y a comer, por lo que murió de hambre en cautividad el 30 de junio.nota 4
Defensa de Sidi Dris
Decidido por el éxito, Abd el-Krim dirigió entonces sus tropas contra la posición costera Sidi Dris, a la que llegó la madrugada del día siguiente, 2 de junio. Sidi Dris fue asaltada durante 24 horas, siendo rechazados por la defensa realizada por el comandante Julio Benítez Benítez, que tuvo 10 heridos (él mismo incluido), por 100 rifeños muertos.1 El 22 de julio de 1921 la posición sufrió un nuevo asedio que duró tres días, al cabo de los cuales las tropas de Abd el-Krim se hicieron con el lugar, falleciendo casi la totalidad de la guarnición española.2
Abd el-Krim gana adeptos
A pesar del fracaso de Sidi Dris, la toma de Abarrán demostró a los rifeños la vulnerabilidad de los españoles. Abd el-Krim no dudó en exhibir los cañones y el material tomados, convenciendo a los rifeños que unidos podrían derrotar a Silvestre y obtener un gran botín, de modo que en pocos días los efectivos de su harka pasaron de 3000 a 11 000 hombres.
Silvestre, creyendo que se trataba de acciones aisladas, no adoptó ninguna medida especial. Ocupó en respuesta Igueriben el 7 de junio de 1921, manteniendo de ese modo una posición adelantada entre Izumma y Yebbel Uddia, con la idea de defender el campamento de Annual por el lado sur. Después marchó a Melilla, para entrevistarse con su superior, el Alto Comisario Berenguer, y solicitarle refuerzos, municiones, víveres para la población y dinero para comprar a los rifeños antes de iniciar la ofensiva final.
El desastre

La caída de Igueriben
El 17 de julio Abd el-Krim, antiguo funcionario de la Administración española en la Oficina de Asuntos Indígenas en Melilla, al mando de la cabila de los Beniurriagel (Ait Waryagar), y con el apoyo de las tribus cabileñas presuntamente aliadas de España, lanzó un ataque sobre todas las líneas españolas.
Igueriben, guarnecida por 350 hombres bajo el mando del comandante Benítez, el defensor de Sidi Dris, no tardó en quedar sitiada. El 17 de julio Abd el-Krim inició el asalto, y la posición cayó el 22 de julio. Durante cinco días, y a pesar del esfuerzo heroico de tres columnas de refuerzo,nota 5 los españoles habían sido incapaces de auxiliar la posición de Igueriben, fracaso que hizo cundir la desmoralización entre las tropas de Annual.
La caída de Annual
Tras estos sucesos se concentró alrededor del campamento gran cantidad de fuerzas rifeñas, mientras que la moral del ejército español caía por los suelos. Al comenzar el asedio de Igueriben había unos 3100 hombres presentes en Annual. Al cabo de dos días se incorporaron 1000 más, y dos días después llegaron otros 900 de refuerzo. Así pues, el 22 de julio Annual acogía a unos 5000 hombres (3000 españoles y 2000 indígenas), con una fuerza de combate de 3 batallones y 18 compañías de infantería, 3 escuadrones de caballería y 5 baterías de artillería. Sobre ellos iban a lanzarse unos 18 000 rifeños 3 bajo el mando de Abd el-Krim, armados con fusilesnota 6 y espingardas.
El campamento de Annual disponía de víveres para cuatro días y municiones para un día de combate, pero carecía de reservas de agua. El general Silvestre, consciente de la imposibilidad de defender la posición, acordó con sus oficiales la evacuación del campamento. Sin embargo, a las 3:45 del día 22 llegó un mensaje de radio del Alto Comisario Berenguer, prometiendo la llegada de refuerzos desde Tetuán. Una hora más tarde el general Silvestre comunicó de nuevo a Berenguer y al ministro de la Guerra, Luis Marichalar y Monreal, su desesperada situación y su decisión de tomar urgentes determinaciones.
Al rayar el alba tuvo lugar una segunda reunión de oficiales, en la que Silvestre dudó entre la evacuación inmediata y la espera de la llegada de refuerzos. Las dudas se despejaron cuando se tuvieron noticias del avance de tres columnas rifeñas de unos 2000 hombres cada una. Ante esta información, el general ordenó evacuar, anunciando su intención de replegarse a los fuertes de Ben Tieb y Dar-Drius, posición esta última, que reunía las características para albergar gran cantidad de tropa y con el abastecimiento de agua muy fácil.
La retirada comenzó a las 11:00 horas: había dos convoyes, uno para retirar los mulos con la impedimenta, y otro para el grueso de la tropa, los heridos y el armamento pesado. Pero para entonces las alturas del norte, que dominaban los caminos de huida ya habían sido tomadas por los rifeños. La gran mayoría de los policías indígenas que las defendían se pasaron al enemigo, matando a sus oficiales españoles.3 De modo que cuando las tropas españolas abandonaron el campamento, comenzaron a recibir disparos. En ese momento comenzó el caos: los dos convoyes de evacuación se mezclaron sin ningún tipo de orden de hombres, mulos y material. En medio de la confusión, los oficiales perdieron el control de la situación. Sin nadie que cubriera su retirada, los hombres trataron de ponerse a cubierto de las balas corriendo hacia delante. Los carros, el material y los heridos comenzaron a ser abandonados; muchos oficiales escaparon ajenos a su deber, y la retirada ordenada no tardó en convertirse en una desbandada general bajo el fuego de los rifeños.
Algunos oficiales y unidades mantuvieron la calma y lograron ponerse a salvo con un número de bajas relativamente pequeño; pero, en su inmensa mayoría, los soldados salieron a la carrera y en completo desorden. El desastre pudo haber sido mayor si los Regulares al mando del comandante Llamas no hubiesen resistido en las alturas del sur. Ello dio tiempo a los huidos para pasar por el angosto paso de Izumar, evitando así una muerte segura a manos de los rifeños. Los Regulares se replegaron por escalones, retrocediendo monte a través en paralelo a la carretera, sin mezclarse con la riada de soldados en fuga. Silvestre, que aún estaba en el campamento cuando comenzó el desastre, murió en circunstancias no esclarecidas, y sus restos nunca fueron encontrados. Mientras una versión dice que, al ver el desastre, fue a su tienda de campaña y se voló la cabeza, otra versión dice que fue abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse. Una última versión cuenta que sus impropias últimas palabras, dirigidas a sus hombres en estampida, fueron: «¡Huid, huid, que viene el coco...!».4
En las cuatro horas aproximadas que duró el desastre murieron un total aproximado de 2500 españoles, a los que hay que sumar los ocupantes, 1500 en total, de las posiciones de Talilit, Dar Buymeyan, Intermedias B y C, Izumar, Yebel Uddia, Mehayast, Axdir Asus, Tuguntz, Yemaa de Nador, Halaun y Morabo de Sidi Mohamed, todos muertos. Quedaron 492 prisioneros españoles de los que sobrevivieron 326. Algunos de ellos fueron liberados al comienzo de la misión de rescate llevada a cabo, entre otros, por los miembros de la Delegación de Asuntos Indígenas Gustavo de Sostoa y Luis de la Corte Lujan; los demás cautivos fueron liberados finalmente el 27 de enero de 1923, tras las negociaciones llevadas a cabo con Abd el-Krim por parte de Horacio Echevarrieta, a cambio de 80 000 duros de 


El asedio de Monte Arruit

Las pocas fuerzas que pudieron salir vivas, bajo el mando del general Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, retrocedieron hasta Dar Drius, posición bien fortificada y con agua disponible. Sin voluntad de resistencia, creyendo que todo estaba perdido, se replegaron hacia Barbel y Tistuin. En la marcha, al llegar al río Igan, se produjo una nueva huida de oficiales, seguida de la estampida de sus tropas. En medio de aquella desbandada, el Regimiento de «Cazadores de Alcántara», 14 de Caballería, mandado por el teniente coronel Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, hermano del futuro dictador, trató de proteger la retirada enfrentándose a las oleadas de indígenas primero con sus ametralladoras y después con sucesivas cargas de caballería. Su sacrificio fue enorme, pues de los 691 jinetes que lo componían, 471 murieron, lo que supuso un 70 por ciento de bajas. Pero gracias a su acción muchos soldados que huían tuvieron tiempo de ponerse a salvo.45 El teniente coronel Primo de Rivera recibió a título individual la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar española, y en 2012 el Consejo de Ministros concedió la Laureada Colectiva al Regimiento,6siendo entregada por Juan Carlos I de España el 1 de octubre de 2012.7
Finalmente, tras seis días de agotadora marcha, alcanzaron el campamento de Monte Arruit, una posición más difícil de defender pero más fácil de socorrer que Dar-Drius. Aquí, los 3017 hombres de Navarro intentarían recomponerse, pero pronto Monte Arruit fue también cercado, y cortados sus suministros. El 2 de agosto cayó Nador, siendo su guarnición la única que, tras rendirse, fue respetada por los rifeños. Con la caída de esta plaza quedó sentenciado el destino tanto de Monte Arruit como de Zeluán, asediada desde el 24 de julio. Ésta se rindió el 3 de agosto, siendo los supervivientes asesinados, y los oficiales, el capitán Carrasco y el teniente Fernández, quemados vivos.8
Navarro desistió de intentar una huida desesperada hacia Melilla, negándose a abandonar a sus heridos. Al agotamiento físico había que sumar la desmoralización de la tropa, en algunos momentos al borde de la insurrección, y la carencia de agua (sólo tenían los bloques de hielo que dos aviones dejaban caer sobre la posición). El 31 de julio una granada destrozó el brazo de Fernando Primo de Rivera, que fue operado sin anestesia, y murió el 5 de agosto por causa de la gangrena. Vistas las condiciones, el general Berenguer, Alto Comisario de España en el protectorado, autorizó la rendición formal el 9 de agosto, a pesar de que ese día llegó de la Península un refuerzo de 25 000 soldados. Se pactó con los rifeños la entrega de las armas a cambio de respetar la vida de los soldados. Una vez aceptadas las condiciones por los hombres de Abd el-Krim, los españoles salieron de la posición y amontonaron sus armas. Los heridos y enfermos comenzaron a alinearse en la puerta del fuerte, preparándose para la evacuación. Pero cuando se dio la orden de partir, los rifeños atacaron a los indefensos españoles, degollando a casi todos. Sobrevivieron 60 hombres de los 3000 que se refugiaron allí, y salvó la vida el general Navarro de casualidad. Los cadáveres fueron recogidos y enterrados en los cementerios de Monte Arruit, Zeluán y Melilla por el ejército español con la colaboración de los Hermanos de La Salle, quienes, además, instalaron en su colegio (situado en el Cerro de Santiago) un hospital que permitió a Cruz Roja curar y atender a los soldados heridos.9
Cadáveres encontrados en Annual.

Resultados


Pronto corrió la noticia de la victoria rifeña, y tanto las cabilas como parte de las fuerzas marroquíes al servicio de España se sumaron a la guerra santa proclamada por Abd el-Krim.nota 7Ninguna ayuda llegó desde Melilla, situada a unos 40 km, y así las pocas unidades que aún conservaban la disciplina se vieron obligadas a retirarse bajo el constante acoso enemigo hasta Melilla. Se produjo así una espantosa retirada en la que los rifeños asesinaron y torturaron a los heridos, enfermos y a la población civil dejada atrás Las guarniciones de las posiciones murieron tras duros combates. Lograron escapar vivos los defensores de Afrau, rescatados por la Armada y el destacamento de Metalsa, que logró llegar a las posiciones francesas de Hassi Ouzenga tras perder dos terceras partes de sus efectivos. En Dar Quebdana, el comandante pactó la rendición, pero en cuanto ésta tuvo lugar él y sus hombres fueron descuartizados.
Tan terrible derrota se saldó, según el expediente Picasso, con 13 363 muertos (10 973 españoles y 2390 indígenas). El número de bajas rifeñas es desconocido. No obstante, las cifras seguramente fueron inferiores, ya que los registros eran a menudo hinchados para cobrar más soldadas y recibir más suministros. El comandante Caballero Poveda (1984) calculó el total de bajas españolas en 7875 hombres. Indalecio Prieto calculó en 8668 los españoles muertos o desaparecidos en octubre de 1921. Por último, Juan Tomás Palma Romero (2001, p. 169-171) estimó en 8180 los muertos o desaparecidos. En todo caso, había tantos cadáveres que se decía que, del segundo día en adelante, los buitres sólo comían de comandante para arriba. A las pérdidas humanas se añadieron las de material militar (20 000 fusiles, 400 ametralladoras, 129 cañones, aparte de municiones y pertrechos) y la destrucción de las infraestructuras (líneas férreas y telegráficas, hospitales, escuelas, cultivos, etc.) construidas con el dinero y el esfuerzo español a lo largo de doce años.
Los restos mortales de los fallecidos se encuentran en el "Panteón de los Héroes" del Cementerio Municipal de la Purísima Concepción de Melilla (España).

Epílogo: Expediente Picasso

Artículo principal: Expediente Picasso
El desastre de Annual provocó una terrible crisis política. El gobierno de Allendesalazar se vio obligado a dimitir, y en agosto de 1921, el rey Alfonso XIII encarga a Antonio Maura formar un gobierno de concertación nacional del que formaron parte todos los grupos políticos. Este gobierno estuvo dividido entre quienes deseaban una intervención más decidida en Marruecos y los partidarios del abandono. Llegó a decir Indalecio Prieto en las Cortes:
Estamos en el periodo más agudo de la decadencia española. La campaña de África es el fracaso total, absoluto, sin atenuantes, del ejército español.
El ministro de la Guerra ordenó al general Juan Picasso elaborar un informe conocido como Expediente Picasso, en el que, a pesar de diversas acciones obstructivas, se señalaban múltiples errores militares, calificando de negligente la actuación de los generales Berenguer (Alto Comisario) y Navarro (2º Jefe de la Comandancia General de Melilla) y de temeraria la del general Silvestre.
Se rumoreaba que el Rey había animado, con el telegrama: «Olé los hombres», la penetración irresponsable de Silvestre hasta puntos alejados de Melilla sin contar con una defensa adecuada en la retaguardia.
Pero la crisis política continuaba. El gobierno de Maura cayó en marzo de 1922 y tras él los gobiernos de Sánchez Guerra y García Prieto. Antes de que el informe Picasso se debatiera en el Pleno de las Cortes, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923, decidido a poner fin a la deriva política.
Con respecto al Rif, Abd el-Krim extendió su dominio por todo el protectorado español, creando la República del Rif, que llegó en 1924 a la cumbre de su poder. Sin embargo, su éxito y sus ataques al Marruecos francés determinaron el giro de la política de Primo de Rivera, hasta entonces pasiva y de contención, frente al problema del Rif. España se entendió con Francia para hacer frente común a los rifeños y pasó a la ofensiva. Con el éxito rotundo del Desembarco de Alhucemas, en 1925, Primo de Rivera obtuvo una posición fuerte que le permitió pacificar la zona en menos de un año y restituir la autoridad española en el Protectorado.

El desastre de Annual en la literatura

Las primeras obras significativas sobre el desastre de Annual fueron publicadas al año escaso de la derrota. Las más destacadas fueron Las responsabilidades del desastre, Ecce Homo, Prueba documental y apuntes inéditos sobre las causas del derrumbamiento y consecuencias de él, de Víctor Ruiz Albéniz (1922) y Del desastre al fracaso. Un mando funesto, de Francisco Hernández Mir (1922), ambas publicadas en Madrid en 1922. Cabe destacar así mismo la obra del teniente coronel Eduardo Pérez Ortiz (2010) 18 Meses de Cautiverio. De Annual a Monte-Arruit. Crónica de un testigo en la que describe su experiencia durante el Desastre y el posterior cautiverio.
La dictadura de Primo de Rivera relegó los sucesos de Annual a un segundo plano. Aun así, la obra de Hernández de Herrera y García Figueras (1929) Acción de España en Marruecos explicaba el desastre de Annual con una solidez documental y una minuciosidad extraordinarias. Aún hoy día es considerado uno de los mejores y más detallados trabajos acerca de la acción española en el Protectorado marroquí.
El Desastre de Annual fue un tema de importancia para la narrativa. En 1928 se publicó la obra de José Díaz-Fernández (2007) El blocao, y poco antes de la caída de Alfonso XIII vio la luz la célebre novela Imán, de Ramón J. Sender (1930), quizá el relato más estremecedor y terrible de la tragedia del ejército español. En 1939 se publicó, en inglés, la famosa trilogía autobiográfica de Arturo Barea (2012)La forja de un rebelde, en cuyo segundo tomo se recogen las experiencias del autor, sargento de Ingenieros, durante su servicio militar en África entre 1920 y 1924.
Durante la dictadura franquista, las referencias históricas a la batalla fueron escasas y, en último término, justificadoras. Así ocurría en 1948 cuando Maura Gamazo y Fernández Almagro (1999) publicaron Por qué cayó Alfonso XIII. Evolución y disolución de los partidos históricos durante su reinado y la extraordinaria recopilación documental de Manuel Galbán Jiménez (1965) sobre las causas del desastre de Annual en España en África. La pacificación de Marruecos. Las escasas obras que hicieron frente a la interpretación oficial del régimen procedieron del exilio republicanoEspaña y Marruecos, de Indalecio Prieto (1956)La España de mi vida. Autobiografía, de Ángel Ossorio y Gallardo (1941), y La pequeña historia, de Alejandro Lerroux (1945), también Fernández de la Reguera y March (1969) le dedicaron un volumen en sus Episodios nacionales contemporáneos llamado El Desastre de Annual.

Véase también

·        Guerra del Rif
·        Dámaso Berenguer
·        Desembarco de Alhucemas


Fuente principal: Wikipedia

Mas información:  Web 01 
                              Web 02
                              Web 03




lunes, 8 de enero de 2018

ACCIDENTES DE TOKAIMURA



Accidentes de Tokaimura

En la localidad de Tōkai-mura de la (Prefectura de Ibaraki, Japón), a unos 125 km de Tokio se produjeron dos accidentes nucleares de considerable importancia. Uno en 1997 y el otro dos años más tarde, en 1999.
A las 10.00 del 11 de marzo de 1997 en la planta de procesamiento de desperdicios de baja radiactividad de la corporación Dōnen (Corporación de Desarrollo Nuclear) se declaró un incendio haciendo sonar las alarmas. La reacción de los operarios llegó a los cuatro minutos cuando arrojaron un metro cúbico de agua sobre el fuego, extinguiéndolo.

Consecuencias

Aunque parecía que el peligro había pasado y la situación estaba controlada a las 18.04 de ese día hubo una explosión en esa misma planta que destrozó algunos muros y ventanas del edificio.
Como consecuencia 37 trabajadores de los 112 que estaban en ese momento trabajando en la planta fueron expuestos a niveles de radiación ligeramente superiores a los normales (60 millones de becquerel) aunque sin llegar a ser peligrosos.

Accidente de 1999

Sin embargo el accidente que se produjo el 30 de septiembre de 1999 en una planta de reciclaje de combustible nuclear de la empresa JCO fue todavía más grave.
A las 12.00 soltaron las alarmas de la planta y en un primer momento se desalojaron las casas más cercanas y se estableció un perímetro de seguridad de 350 m. A las 23.00 viendo la magnitud del problema las autoridades decidieron establecer un perímetro de 10 km y recomendar a las 310.000 personas que vivían dentro de él que no saliesen de sus casas. Este es el peor desastre en instalaciones nucleares en Japón antes de Fukushima.
La empresa reconoció que la causa había sido una sobrecarga de uranio: habían aplicado 16 kg del elemento químico cuando el máximo era 2,3. Pero este error no hubiera podido cometerse si se hubiera aplicado la medida de prevención de riesgos laborales obligatoria de no usar recipientes que pudiesen contener una medida mayor a la masa crítica.

Consecuencias

·        Se llegaron a alcanzar niveles de hasta 15.000 veces el límite de lo permisible para la vida. Otros informes señalaron que esa cifra alcanzó las 40.000.
·        Se prohibió pescar y beber en las aguas cercanas al accidente.
·        Se prohibió la cosecha de cualquier explotación agrícola.
·        49 personas entre población y trabajadores sufrieron daños de diversa gravedad y dos de ellas murieron a causa de la exposición a la radiactividad.

Responsabilidades


Como resultado seis altos cargos de la empresa JCO fueron condenados a penas de entre dos y tres años de cárcel por negligencia. y a responder por los daños causados a la sociedad y a los gastos por mantenimiento de limpieza en la planta.