martes, 28 de febrero de 2017

EL DEMOCIDIO TEMPLARIO



 
Quema de Templarios en Francia
El "Pergamino de Chinon", uno de los documentos del volumen Processus contra Templarios presentado por la Santa Sede, corrige la leyenda negra sobre la órden y muestra que todas las acusaciones fueron injurias de Felipe IV en beneficio propio. A pesar de ello, y habida cuenta de que el "Pergamino de Chinon" es anterior a la fecha de las bulas papales de disolución de los templarios, quedó como una expresión de la conciencia personal del papa. En cambio, la postura oficial de la Iglesia es la de la disolución de la Orden. En efecto, el documento de Chinon data de agosto de 1308. Ese mismo mes, el papa promulga la bula Facians Misericordiam, por la que se devolvió a los inquisidores su jurisdicción. En la segunda sesión del Concilio de Vienne, el 3 de abril de 1312, se aprueba la Bula Vox in Excelso, emitida por el propio papa Clemente V el 22 de marzo de 1312, confirmada por la Bula Ad Providam de 2 de mayo de 1312. En ambas se declara la disolución definitiva de la Orden.
Processus contra Templarios establece que:
1.     El papa Clemente V no estuvo convencido de la culpabilidad de la Orden del Temple.
2.     La Orden del Temple, su gran maestre Jacques de Molay y el resto de los templarios arrestados, muchos posteriormente ajusticiados o quemados vivos, fueron luego absueltos por el pontífice.
3.     La Orden nunca fue condenada, sino disuelta, fijando la pena de excomunión a quien quisiera reeditarla.
4.     El papa Clemente V no creyó en las acusaciones de herejía. Por ello, permitió recibir los Sacramentos a los templarios ajusticiados. Sin embargo, fueron ajusticiados en la forma que la jurisdicción canónica establecía para los herejes relapsos (aquellos que, después de confesar, se echan atrás en sus confesiones).
5.     Clemente V negó las acusaciones de traición, herejía y sodomía con las que el Rey de Francia acusó a los templarios. No obstante, convocó el Concilio de Vienne para confirmar dichas acusaciones.
6.     El proceso y martirio de templarios fue un “sacrificio” para evitar un cisma en la Iglesia católica, que no compartía gran parte de las acusaciones del Rey de Francia, y muy especialmente de la Iglesia francesa.
7.     Las acusaciones fueron falsas y las confesiones conseguidas bajo torturas.
A la vista de los documentos históricos cabe concluir que, aunque el papa Clemente V intentara en su fuero interno evitar la condena a los templarios, su debilidad frente a Felipe IV de Francia hizo que continuara con el proceso de disolución de la Orden, que acaba en 1312
Felipe IV de Francia
 El último gran maestre, Jacques de Molay, se negó a aceptar el proyecto de fusión de las órdenes militares bajo un único rey soltero o viudo (Proyecto Rex Bellator, impulsado por el gran sabio Ramón Llull), a pesar de las presiones papales. El 6 de junio de 1306 fue llamado a Poitiers por el papa Clemente V para un último intento, tras cuyo fracaso, el destino de la orden quedó sellado. Felipe IV de Francia convenció (o más bien, intimidó) a Clemente V, fuertemente ligado a Francia, de que iniciase un proceso contra los templarios. La corona francesa estaba muy endeudada con la orden, entre otras cosas, por el préstamo que su abuelo Luis IX solicitó para pagar su rescate tras ser capturado en la Séptima Cruzada. Además, el rey buscaba un Estado fuerte, con el rey que concentrara todo el poder (frente al de la Iglesia y al de las diversas órdenes religiosas, como los templarios)
En esta labor contó con la inestimable ayuda de Guillermo de Nogaret, canciller del reino, famoso en la historia por haber sido el estratega del incidente de Anagni, en el que Sciarra Colonnahabía abofeteado al papa Bonifacio VIII. El Sumo Pontífice murió de humillación al cabo de un mes. También del Inquisidor General de Francia, Guillermo Imberto, más conocido como Guillermo de París; y de Eguerrand de Marigny, quien al final se apoderará del tesoro de la orden y lo administrará en nombre del rey, hasta que se transfiera a la orden de los Hospitalarios.
Para ello se sirvieron de las acusaciones de un tal Esquieu de Floyran, espía a las órdenes tanto de la Corona de Francia como de la Corona de Aragón. Se les acusó de sacrilegioa la cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos: de escupir sobre la cruz, renegar de Cristo a través de la práctica de ritos heréticos, de adorar a Baphomet y de tener contacto homosexual, entre otras cosas.
Felipe despachó correos a todos los lugares de su reino, con órdenes estrictas de que nadie los abriera hasta el jueves, 12 de octubre de 1307, en la que se podría decir que fue una operación conjunta simultánea en toda Francia.  En esos pliegos se ordenaba capturar a todos los templarios y requisar sus bienes.
De esta manera, en Francia, Jacques de Molay, último gran maestre de la orden, y ciento cuarenta templarios fueron encarcelados y sometidos a torturas, mediante la cual consiguieron que la mayoría de los acusados se declararan culpables de los cargos, inventados o no. Algunos incluso confesaron sin tortura, por miedo a ella. La amenaza fue suficiente. Tal fue el caso del mismo gran maestre, Jacques de Molay, que luego admitió haber mentido para salvar la vida.
 
Actualmente en los archivos vaticanos se encuentra el pergamino de Chinon, que contiene la absolución del papa Clemente V a los Templarios.17 Aun cuando este documento tiene una gran importancia histórica, pues demuestra la vacilación del papa, nunca fue oficial y aparece fechado con anterioridad a las Bulas Vox in excelso, Ad providam y Considerantes, donde se procedió a la disolución de la Orden y a la distribución de sus bienes.

El Proceso a la Orden del Temple, nunca existió, su nombre se debe a la pantomima, que realizaron el Rey de Francia y el Papa Clemente, con la ayuda de la Inquisición para repartirse las riquezas y bienes de la Orden del Temple.
El 13 de Octubre de 2007, 700 años después, renace la Orden del Temple.
El 25 de Octubre de 2007, el Vaticano, publica los documentos de "Processus contra Templarios".
El "Folio de Chinon" demuestra que el papa Clemente V, dio la absolución al Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay y a Godofredo de Charnay, permitiéndoles "recibir los sacramentos cristianos y ser acompañados de un capellán" hasta ser quemados en la hoguera.


FUENTES

 https://es.wikipedia.org/wiki/Caballeros_templarios
http://www.ordendeltemple.com/Proceso/ProcesoOrdenTemple.htm

PERPETRADORES

FELIPE IV el Hermoso
PAPA CLEMENTE V
INQUISICIÓN (DOMINICOS)

EL GENOCIDIO CATARO



Los primeros cátaros aparecieron en Lemosin enbre 1012 y 1020. Algunos fueron descubiertos y ejecutados en la hoguera según algunos historiadores  en Tolosa y otros en Orleans el 28 de diciembre de 1022 por orden del rey Roberto II de Francia llamado el Piadoso . La creciente secta fue condenada en los sínodos de Charroux (Vienne) (1028) y Tolosa (1056). Se enviaron predicadores para combatir la propaganda cátara a principios del siglo XII. Sin embargo, los cátaros ganaron influencia en Occitania debido a la protección dispensada por Guillermo, duque de Aquitania, y por una proporción significativa de la nobleza occitana. El pueblo estaba impresionado por los Perfectos y por la predicación antisacerdotal de Pedro de Bruys y Enrique de Lausana en Perigord.
El catarismo se basaba en una interpretación dualista del Nuevo Testamento (rechazaban el Antiguo por ser una crónica de la creación del mundo material por el falso Dios, también denominado Demiurgo). De este modo defendían la existencia de dos principios supremos: el 'Bien' y el 'Mal', siendo el primero el creador de los espíritus y el segundo el del mundo material.
Para ellos el mundo era una plasmación de esta dualidad en la que vagaban las almas (espíritus puros creados por el Dios bueno) envueltas en sus cuerpos (materia creada por el Dios malo). Rechazaban el concepto del infierno, siendo el equivalente a éste el propio mundo en el cual las almas debían purificarse a través de sucesivas reencarnaciones hasta alcanzar un grado de autoconocimiento que les llevaría a la visión de la divinidad escapando del mundo material al paraíso inmaterial.
Simón de Monfort

Para llegar a este estado predicaban una vida ascética y contemplativa. A los que la seguían se les denominaba «Perfectos» y se les consideraba una especie de herederos o continuadores de las prácticas de los apóstoles teniendo el poder de absolver de los pecados a través de la ceremonia del consolamentum, único sacramento en la religión cátara

La doctrina cátara chocaba radicalmente con la predicada por la Iglesia Romana. Entre otras cosas:
  1. Negaba la existencia de un único Dios al afirmar la dualidad de las cosas (existencia de un Dios malo).
  2. Negaba el dogma de la Trinidad, rechazando el concepto del espíritu santo y afirmando que Jesús no era el hijo de Dios encarnado sino una aparición que mostraba el camino a la perfección.
  3. Planteaba un concepto del mundo y la Creación diferente (para los católicos el mundo y el hombre son buenos pues son creados por Dios y el pecado viene de la corrupción del hombre en el pecado original).
  4. Propugnaba la salvación a través del conocimiento en vez de a través de la fe en Dios.
Además, el modo de vida ascético predicado y practicado por los Perfectos contrastaba con la corrupción y el lujo ampliamente extendidos en la Iglesia católica, representando una amenaza para la supervivencia de las diócesis católicas en un medio rural empobrecido y cansado de diezmos eclesiásticos.
Por todo ello la Iglesia romana con el papa Celestino III trató de contrarrestar el auge del catarismo mediante una política misionera, multiplicando las fundaciones cistercienses y enviando a predicadores de relevancia como Bernardo de Claraval en el siglo XII.
Ya a finales de dicho siglo, Celestino III fue sucedido por Inocencio III, que por su origen familiar era un gran señor feudal. Creía en la virtud de las armas cuando estaban guiadas por Dios; también era un jurista, formación que había recibido en París y Bolonia. Comprendió que el catarismo había surgido por una carencia de la Iglesia; había pocos clérigos católicos bien instruidos, pocas abadías y obispos; muchos de estos últimos no visitaban sus diócesis más que para recoger impuestos.
El 1 de abril de 1198 escribió a sus arzobispos instándoles a castigar a los herejes cátaros. En 1199 se equiparó la herejía al crimen de lesa majestad; en lo sucesivo, los herejes obstinados serían proscritos y sus bienes confiscados. Esta disposición se extendió a Occitania en julio del año 1200. Instituyó legados y les otorgó plenos poderes: derecho de excomunión, de pronunciar interdicto, de hacerse obedecer por los prelados y, en caso necesario, de sustituirlos por hombres más decididos. Su principal misión consistía en reformar el clero local y combatir la herejía.

El desarrollo de esta Guerra Santa o cruzada es con frecuencia relatado por la historiografía en tres fases diferenciadas: una primera etapa, a partir de 1209 y que destacó por episodios de gran violencia como el de la matanza de Béziers, enfrentó a las fuerzas reunidas por señores vasallos de los Capetos provenientes principalmente de Isla de Francia y del Norte, comandadas por Simón de Montfort, con parte de la nobleza tolosana encabezada por el conde Ramón VI de Tolosa y la familia Trencavel que, siendo aliados y vasallos del rey de Aragón Pedro II el Católico, invocaron a la participación directa en el conflicto del monarca aragonés, que resultó derrotado y muerto en el curso de la batalla de Muret en 1213.
En una segunda fase la muerte de Simón de Montfort en el sitio a Toulouse tras el retorno del conde Raimundo VII de Tolosa y la consolidación de la resistencia occitana apoyada por el conde de Foix y fuerzas aragonesas, decidieron la intervención militar de Luis VIII de Francia a partir de 1226 con el apoyo del papa Honorio III que culminó con el Tratado de Meaux-Parísde 1229, en el que se pactó la integración del territorio occitano en la corona francesa.
En una tercera y última etapa los abusos de la Inquisición provocaron numerosas revueltas y sublevaciones urbanas y decidió una última tentativa de Raimundo VII a la que tuvo que renunciar a pesar del apoyo de la corona inglesa y de los condes de Lusignan, terminando con la toma de las últimas fortalezas de Montsegur y de Queribus en 1244.
El 21 de julio de 1209 los cruzados se apostaron delante de Béziers; Simón de Montfort al frente del ejército cruzado atacó la ciudad y exterminó a una parte de la población sin tener en cuenta su filiación religiosa y pronunciando, según la crónica que escribió Cesáreo de Heisterbach más de 50 años después de los hechos, la frase:
¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!
Atribuida a Arnaldo Amalrico, quien fuera legado papal e inquisidor.
Esta primera matanza, de 7000 a 8000 personas, que tuvo lugar principalmente en la iglesia de la Madeleine, no entraba en las costumbres de la época. Está considerada más bien un golpe de efecto o instauración de terror entre la población: causar pánico para evitar resistencia en los señores del Mediodía, según algunos cronistas, aunque otros resaltan el comportamiento y carácter cruel del jefe militar de la cruzada.
Tras la conquista de Béziers, la cruzada avanzó hacia Carcasona, la masacre de Beziers causó efecto y todas las fortalezas y burgos iban capitulando sin ofrecer resistencia.
La primera y más evidente consecuencia de la cruzada tuvo lugar en el plano religioso. El movimiento cátaro, aún sin dejar de ser minoritario y pese haber sido perseguido en otras partes de Europa, había alcanzado a lo largo del siglo XII una influencia creciente en la avanzada y tolerante sociedad del Languedoc, incrementando su número de fieles, particularmente, entre los miembros de la nobleza. Como consecuencia de la guerra y la represión posterior el movimiento fue desorganizado y entró en decadencia; aunque logró sobrevivir en áreas periféricas del reino de Aragón y de Bosnia, su influencia acabó desapareciendo de Europa Occidental hacia principios del siglo XIV (definitivamente con la conquista turca de Bosnia). La Iglesia Romana consolidó así su posición hegemónica antes de que la amenaza herética se extendiera a toda la sociedad languedociana o a otros territorios. Además en el curso del conflicto nacieron dos instrumentos que le serían fundamentales en los siglos siguientes: la Inquisición y la Orden de los Hermanos Predicadores.


 CRONICA DE LOS HECHOS Y PERPETRADORES



1022. Primera quema de cátaros en Toulouse con el papa Benedicto VIII en el solio pontificio.
1147. El papa Eugenio III evía varios legados pontificios a los territorios cátaros para evitar su expansión.
1167. Primer concilio cátaro en la localidad de Saint Félix de Caraman (hoy Saint Félix de Lauragais
1178 El legado Enri de Marcy se presenta en Toulouse para combatir a los cátaros pero debe huir temiendo por su vida. Organiza una red de espias que pronto consigue nombres.
1184. Lucio III declara heréticos a los cátaros en el sínodo deVerona
1191-1198. Celestino III impulsa la presencia de numerosos predicadores y la fundación de monasterios cistercienses en sus territorios. Envía a Bernardo de Claraval que fracasa en su cometido de convertir a los herejes.
1203. Esclarmonde de Foix convirtió Montségur en el centro del catarismo occitano e incluso creó una comunidad de mujeres cátaras.
1198. Inocencio III escribe a los obispos instándoles a castigar a los cátaros.
1199. Inocencio III declara crimen de estado la herejía cátara.
1203. El papa envía a Raul de Frontfroide y Pedro de Castelnau a Toulouse para arrancar al conde un juramento para acabar con la herejía cátara.
1204. Pedro II de Aragón rechaza atacar a sus súbditos cátaros a pesar de la petición de Inocencio III.
1209. Inocencio III emprende contra el catarismo una cruzada y su sucesor Honorio III (1216-1227) ordena a los frailes dominicos la persecución de la herejía iniciando un genocidio en toda regla al mando de Arnaldo Amalrico.
Raimundo Roger de Trencavel defiende heroicmente Carcassona contra los cruzados franceses. A pesar de haberles rendido la ciudad, el legado papal Arnaud Amauryy el caballero Simón de Montfort, faltando a su palabra, lo retuvieron a la fuerza en el campamento de los cruzados y, posteriormente, lo encerraron en las mazmorras de su propio castillo, despojándolo de todos sus títulos y bienes en nombre de la Iglesia católica. Dos meses después murió, supuestamente de disentería, tal vez envenenado por orden del nuevo vizconde de Carcasona, Simón de Montfort.
1238. Federico II de Alemania decretó que los herejes cátaros fuesen quemados en la hoguera.

GENOCIDAS

Enrique de Marcy
Arnaldo Amalric, Amalarico, Amalrico, Amaury o Almeric
Simón IV de Monfort
Inocencio III



FUENTES

WIKIPEDIA 

http://amodelcastillo.blogspot.com.es/2014/03/la-matanza-de-beziers.html 

http://www.mundohistoria.org/revista/mh-magazine-2/los-c-taros-cristianismo-no-deseado

https://granmisterio.org/2015/05/06/el-exterminio-de-los-cataros/ 

http://www.loscataros.com/rutas/la-persecucion-de-los-cataros/38.html 

http://www.guillermobertoldi.com/index.php/blog/item/36-el-genocidio-c%C3%A1taro-1244.html