martes, 21 de febrero de 2017

GENOCIDIO EN LA PAMPA





La Conquista del Desierto fue la campaña militar realizada por la República Argentina entre 1878 y 1885, por la que ingresó al territorio y derrotó a las tribus, pueblos o naciones  mapuche, ranquel y tehuelche y que tuvo como principales consecuencias la incorporación a la soberanía de la República Argentina de una amplia zona de la región pampeana y de la Patagonia (llamada Puelmapu por los mapuches) que hasta ese momento estaba dominada por los pueblos indígenas vencidos que sufrieron la aculturación, la pérdida de sus tierras y su identidad al ser reubicados por la fuerza en reservas indias, museos o trasladados para servir como mano de obra forzada.
Los hechos son actualmente objeto de debate y visiones diferentes, tanto dentro como fuera de ese país. La posición tradicional argentina sostiene que se trató de una gesta militar y una guerra legítima respecto de la efectiva soberanía de la República Argentina sobre territorios heredados del Imperio español y que respondió a los malones mapuches sobre la frontera.12 Contra la posición tradicional argentina, políticos y periodistas argentinos de la época, denunciaron lo que consideraron un "crimen de lesa humanidad" cometido por el Ejército Argentino.
La posición tradicional de las comunidades mapuche, tehuelche y ranquel sostiene que se trató de una invasión ilegítima de los huincas argentinos sobre territorios ocupados ancestralmente.
La conquista del desierto



Otra postura argentina cuestiona el accionar del Estado argentino contra las naciones indígenas, tanto por la violencia con que se desarrolló la conquista, como por la imposición unilateral, la insuficiencia de derechos y el objetivo de beneficiar a un grupo de terratenientes. Una opinión más reciente, compartida por las comunidades indígenas, unos sectores argentinos y, estudiosos de otras nacionalidades, sostiene que se trató de un genocidio y un etnocidio institucional.
En un sentido histórico más amplio, el término incluye también a las campañas previas a la Conquista del Desierto, es decir, al conjunto de expediciones militares llevadas a cabo por los gobiernos nacionales y provinciales argentinos que se sucedieron, en contra de los indígenas, antes de la gran campaña de 1879.
Julio Argentino Roca
El Informe Oficial de la Comisión Científica que acompañó al Ejército Argentino dice que 14.000 indígenas resultaron muertos o tomados prisioneras.64 Los prisioneros fueron tanto combatientes como no combatientes. Poco después Roca precisó ante el Congreso de la Nación que se habían tomado como prisioneros a 10 539 mujeres y niños y 2320 guerreros.65 Se estima que la campaña argentina fue causa directa de la muerte de más de mil indígenas (hombres, mujeres y niños).66 Una parte de los sobrevivientes fueron desplazadas a las zonas más periféricas y estériles de la Patagonia. El investigador Enrique Mases ha identificado que muchos de esos prisioneros fueron utilizados como mano de obra sometida en las cosechas de uva y caña de azúcar en Cuyoy el noroeste argentino.67
Unas 3000 personas fueron enviadas a Buenos Aires, donde los separaron por sexo, a fin de evitar que procrearan hijos:68
Para concentrar a los prisioneros se levantó un área cercada con alambre en Valcheta o Comarca del Río Chiquito, lugar que hasta poco antes había sido asiento de una comunidad gennakenk (puelche). La investigadora Diana Lenton afirma que también "hubo campos de concentración en Chichinales, Rincón del Medio y Malargüe".69 Un inmigrante galés fue testigo de aquel encierro y testimonió las condiciones del siguiente modo:
En esa reducción creo que se encontraba la mayoría de los indios de la Patagonia. (…) Estaban cercados por alambre tejido de gran altura, en ese patio los indios deambulaban, trataban de reconocernos, ellos sabían que éramos galeses del Valle del Chubut. Algunos aferrados del alambre con sus grandes manos huesudas y resecas por el viento, intentaban hacerse entender hablando un poco de castellano y un poco de galés: poco bara chiñor, poco bara chiñor” (un poco de pan señor).70
Los prisioneros fueron trasladados a pie por más de mil kilómetros y luego por barco hasta Buenos Aires, donde se estima llegaron unos 3.000 prisioneros. Algunos sobrevivientes han relatado la crueldad del trato, incluyendo el asesinato, la mutilación e incluso la castración de las personas que no podían continuar por el cansancio.70
Al llegar a Buenos Aires, algunos hombres, mujeres y niños prisioneros, fueron obligados a desfilar encadenados por las calles de Buenos Aires. Durante el acto un grupo de militantes anarquistas aplaudieron a los vencidos al grito de "bárbaros son los que les pusieron cadenas”.70
Con posterioridad los prisioneros fueron trasladados a la isla Martín García, desde donde luego de permanecer allí un tiempo fueron llevados nuevamente a Buenos Aires y recluidos en el Hotel de Inmigrantes.70 El gobierno roquista dispuso entonces que los niños y las mujeres fueran entregados para trabajar forzadamente como sirvientes de familias ricas. El diario El Nacional dio cuenta publicitando las entregas:
ENTREGA DE INDIOS. Los miércoles y los viernes se efectuará la entrega de indios y chinas a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de Beneficencia
El Nacional70
El mismo diario describe aquellas escenas del siguiente modo:
La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia.
El Nacional70
La mayoría de los hombres murieron en la isla Martín García, donde aún hoy se preserva parte del llamado Barrio Chino, al que fueron confinados los prisioneros. Los investigadores Mariano Nagy y Alexis Papazian publicaron un artículo titulado "El campo de concentración de Martín García. Entre el control estatal dentro de la isla y las prácticas de distribución de indígenas (1871-1886)". El estudio menciona que hallaron unos 500 documentos que "nos permitían analizar la sistematicidad e intencionalidad genocida". Ambos investigadores descubrieron que a los prisioneros se les suprimía la identidad imponiéndoles nuevos nombres y se los clasificaba en tres categorías: "inútiles, depósito y presos". La documentación examinada también establece que muchos prisioneros, referidos habitualmente como "indios y chusma", fueron entregados como esclavos a familias de la élite porteña: "de la lectura de las cartas de solicitud de indios se desprende que para algunos miembros de las clases dominantes, ser favorecidos con unos cuantos indígenas no era una meta difícil de conseguir".71
El historiador Juan Carlos Depetris en un estudio sobre el "Confinamiento de pampas y ranqueles en los ingenios de Tucumán" concluye que:
El gobierno nacional no deseaba adoptar el sistema de reservas indígenas aplicado por Estados Unidos para afincar a los derrotados. Más aún, procuraba por todos los medios borrar cualquier vestigio de tribu como entidad, temiendo las sublevaciones en masa o los pedidos y reclamos orgánicamente expresados. Se creyó más conveniente y menos oneroso diseminarlos por pequeños grupos de establecimientos rurales de varias provincias del interior y aún en la ciudad de Buenos Aires donde, divorciados por completo de la autoridad de sus caciques y "sometidos al trabajo y al ejemplo de otras costumbres, modificarían las propias, abandonando el lenguaje nativo como instrumento inútil".72
Depetris comenta en su artículo la argumentación del general Eduardo Pico en su informe anual como gobernador del territorio de La Pampa correspondiente a 1896, para justificar la decisión de no establecer reservas indígenas:
...conceder tierras con tal fin (se refiere a reservas indígenas) sería retrogradar a la época en que el cacicazgo sustraía a la población indígena al contacto con la gente civilizada... Las tribus no pueden, no deben existir, dentro del orden nacional.
General Eduardo Pico, 189673
 

PERPETRADORES DESTACADOS

Martin Rodriguez
Federico Rauch
Jose Felix Aldao
Juan Ramón Gonzalez de Balcarce
José Ruiz Huidobro
 Manuel Virto
Jose Albino Gutierrez
Julio Argentino Roca
Adolfo Ansina 
Manuel Bulnes 
Pantaleón Argañaraz
Ramón Maza 
Eugenio del Busto 
Julio de Vedia
Emilio Mitre

FUENTES

https://es.wikipedia.org/wiki/Conquista_del_Desierto

No hay comentarios:

Publicar un comentario