miércoles, 1 de febrero de 2017

EL GENOCIDIO YAZIDI Y EL DAESH

 Los yazidíes, frecuentemente llamados adoradores del diablo, constituyen una secta religiosa de unos 200.000 miembros. Se encuentran repartidos a lo largo de un territorio de una extensión de 300 millas de ancho que se extiende desde las cercanías de Alepo, al norte de Siria hasta el Cáucaso al sur de Rusia. La mayoría de ellos se encuentran en las montañas del norte y centro del Kurdistán y entre las montañas Jebel Sinjar del norte de Mesopotamia. A causa de su misteriosa religión, han sido llamados, erróneamente, adoradores del diablo.

Hacia 1872 d.C. se negaron acudir al servicio militar como reclamaba el gobierno otomano aludiendo a sus reglas religiosas que les impiden mezclarse con gente de otras religiones. Cuando presentaron su petición quedaron exentos del servicio militar, pero pagaron un impuesto en dinero como hicieron los cristianos.
El origen de su religión, según ellos mismos, está en el mismo comienzo de la historia humana. Históricamente sabemos que los yazidíes tienen una tradición por la que proceden de Basrah y del país regado por el bajo Éufrates y que tras su emigración se establecieron en Siria y más tarde en la montaña Sinjar y en el Kurdistán a finales del Siglo XIV.
La tradición cristiana dice que la secta desciende de unos monjes nestorianos muy devotos que, tentados por el demonio abandonaron el convento.
Los yazidíes practican el bautismo y la eucaristía por lo que se cree que estas prácticas han sido tomadas del cristianismo. Así mismo conservan un gran respeto hacia la cristiandad y los santos cristianos. Respetan las iglesias y las tumbas cristianas y besan las puertas y sus muros cuando entran en ellas, pero nunca visitan una mezquita musulmana.
Otra teoría afirma que los yazidíes son de origen persa argumentando que la raíz persa de Yazd que significa Dios.
Los yazidíes han sido perseguidos siempre a lo largo de su historia debido principalmente a que los musulmanes no les consideran pueblo del libro y a que sus ceremonias han dado lugar a fábulas que confunden sus prácticas con orgías nocturnas que les hizo recibir el nombre de “los extintores de la luz “o “cherag sanderañ”. Además está su enérgico rechazo a cumplir el servicio militar. Por eso han sufrido severamente en manos de las autoridades locales.
Una de las persecuciones más crueles que sufrieron los yazidíes fue la de Beg Rawmanduz en 1832 en el distrito de Seihan derrotando al emir de los yazidíes cuando intentó defenderse. Al intentar huir fueron masacrados.

Otras persecuciones fueron dirigidas contra los yazidíes por Lutfee Efendi que con un gran ejército incendió el Jabal Sinjar. Más tarde en 1837 Hafiz Pasa de  Diarbeker esclavizó a los yazidíes de Sinjar. Las masacres se sucedían haciendo que los yazidies buscasen refugio en cuevas donde fueron ahogados por humo o asesinados a cañonazos.
En 1892, los yazidies de Seihan y Sinjar fueron invitados por el general turco Farik Omar Pasa a renunciar a su fe y a su forma de vida nómada. Al negarse, los líderes fueron encarcelados y torturados. Después envió un ejército al pueblo y ordenó asesinar a los hombres y llevarse como esclavas a las mujeres. A los niños los secuestró para convertirlos al islam.

Como consecuencia de estas persecuciones el número de yazidíes se vio reducido de 250.000 en el siglo XV hasta los 200.000 en el XIX.

En la actualidad el Daesh desata un odio genocida contra el pueblo yazidi.

En la madrugada del 2 al 3 de agosto de 2014 atacaron la ciudad de Sinjar destruyéndolo todo y asesinado a 5000 hombres y niños. 7.000 mujeres y niñas fueron secuestradas y vendidas como esclavas sexuales. Los que huían fueron cercados en los montes vecinos muriendo de hambre y sed.

El autoproclamado estado islámico o ISIS, ISIL o DAESH  es un grupo terrorista y genocida convertido en un poderoso ejército que reclama para sí una extensa zona de Irak y Siria.

El Daesh desprecia profundamente a los yazidíes por su religión. En su fanatismo demente, los consideran no solo infieles por no profesar su versión del islamismo, sino "adoradores del diablo". Para ellos, las mujeres y niñas yazidíes son literalmente objetos. Matan ante ellas a maridos, hijos, hermanos. También a las mujeres mayores que ya no tienen valor sexual. Las desposeen de todo bien y les arrancan hasta el último atisbo de dignidad o humanidad. Les dan un ultimátum para convertirse a la religión verdadera. A las más pequeñas, criaturas de 7 o 9 años, las toman como esposas. Las compran y venden una y otra vez, por el equivalente a 10, 15, 20 dólares. O las intercambian por móviles, o entregándolas como regalos. Las violan sin cesar, de uno en uno o en grupos de hasta veinte (la violación, siempre un arma de guerra que destroza a las mujeres y aniquila a sus pueblos), y las someten a todas las vejaciones imaginables, manteniéndolas al límite del hambre y la sed. Esclavas multiuso (desde cocinar y limpiar hasta confeccionar chalecos explosivos), si las atrapan intentando escapar, pueden esperar los castigos más aberrantes.

FUENTES:

Los libros sagrados de los Yazidies de “ Isya Joseph”

Prensa internet

huffingtonpost

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