Los concilios:
Concilio de Nicea: 312
300 obispos asistentes resolvieron romper todo lazo
de relación con los judíos. Entre otras cosas, la Pascua (Semana Santa) debía ser observada en una fecha fija, separada del calendario judío. En el Concilio el emperador Constantino se dirigió a los obispos: Nosotros no deseamos tener nada en común con este pueblo tan aborrecible, dado que el Redentor ha marcado otro sendero para nosotros. Los edictos hechos contra los judíos en el Concilio de Nicea fueron los precursores de los que habrían de seguir en concilios posteriores.
El tercer y cuarto concilios de Orleans promulgaron leyes que prohibían a
los judíos el derecho de aparecer en las calles durante las festividades cristianas dado que su presencia sería una especie de ofensa para el cristianismo.
IV concilio de Toledo: 633
Las leyes contra los judíos fueron en general bastante duras. Hubo un amplio debate y varias modificaciones respecto a los anteriores concilios. La prohibición de ejercer cargos públicos se extendió a los nacidos de padres judíos. Además se confirmó la prohibición para los judíos de poseer, comprar o recibir como obsequio esclavos cristianos. Incluso se promulgó un canon que establecía que aquel que ayudara a los judíos, fuera laico, sacerdote u obispo, sería excomulgado y recibiría el anatema.
XVII Concilio de Toledo. 694
Insatisfecho el rey Égica con las decisiones del Concilio anterior contra los judíos y de la falta de entusiasmo de los obispos, convocó uno nuevo que se inició el 9 de noviembre en la Iglesia de Santa Leocadia, sin que se haya podido establecer cuantos obispos asistieron.
El rey justificó la convocatoria sobre la base de un complot de los judíos contra los reyes de todo el orbe, e incluso aseguró que en algunos territorios los judíos se habían rebelado y puesto de acuerdo con los judíos marroquíes para hacer de España un estado mosaico.[1] El rey indicó que sabía por confesiones de judíos conversos que los hebreos hispanos habían conspirado con los de otros lugares para rebelarse juntos contra los cristianos. Égica aludía a su piedad para con los judíos y exhibía como prueba que les había permitido conservar sus esclavos cristianos si ellos se convertían al cristianismo. Aseguraba que los judíos conversos habían continuado en sus creencias secretamente, y proponía terminar con ellos convirtiéndolos en esclavos, excepto en la Narbonense, donde la epidemia de cólera que asolaba la provincia había provocado un descenso alarmante de población y donde los judíos solo serían condenados a entregar sus propiedades al dux.
Los obispos confirmaron lo dicho por el rey y en su nombre ordenaron que fueran desposeídos de todas sus propiedades y convertidos en esclavos junto con sus mujeres e hijos. En adelante, no podrían ser manumitidos ni, en su condición de esclavos, se les permitiría practicar su religión. Los esclavos cristianos de los judíos serían liberados y el rey designaría a algunos de tales esclavos cristianos para que recibieran a los judíos esclavizados, con la condición de que pagaran los impuestos que antes pagaban los israelitas, incluido el impuesto especial sobre los judíos. Así mismo, perderían la custodia de sus hijos, que serían dados para educar a familias cristianas
IV concilio Laterano: 1215
Convocado por Inocencio III. Este Concilio fue para dejar decisivas y desastrosas implicaciones a la vida judía medieval. El mundo cristiano estaba aproblemado por la herejía de los albigenses en el sur de Francia, y por la reconquista musulmana de la Tierra Santa. El Concilio Laterano IV fue convocado para repudiar a los albigenses, considerados de estar influenciados por los judíos, y para llamar a una nueva Cruzada. Contra este antecedente de preocupación con los enemigos del mundo cristiano, el Concilio promulgó decretos en contra de los judíos, incluyendo ropas distintivas y restricciones de sus derechos básicos. En algunos países llevaban fija en el pecho una insignia con la forma de una rueda: roja, amarilla o de otros colores. En otros, era un sombrero amarillo puntiagudo o un sombrero de vestir rojo en forma de cuerno.
Ridiculizados, los judíos se encogían en signo de abyecta humildad y servilismo. Totalmente indefensos, fueron condenados por los cristianos para ser los parias de la humanidad y obligados a sufrir el desprecio, el odio, el saqueo y la proscripción, así como golpes y asesinatos de todo el que quisiera. El Concilio Laterano IV, expolió el proceso con la exclusión de los judíos de la sociedad medieval. En el Primer Concilio, los lazos con el judaísmo fueron debilitados, y en el Cuarto Concilio Laterano, el judaísmo fue legalmente suprimido.
Concilio de Viena 1311
En el concilio de Viena, en 1311, se decretó que ningún judío debiera ser admitido en un establecimiento público de baño, en un mesón, o en una casa de hospedaje para viajeros. El judío debía ser evitado como alguien herido de plaga, cuyo aliento es infeccioso, como un peligroso seductor cuya habla alberga el veneno del escepticismo y la incredulidad. Eran los comienzos del apartheid.
La ferocidad del antisemitismo de la Iglesia no cejó con el paso del tiempo.
Juan Crisostomo
El obispo de Constantinopla y doctor de la Iglesia Juan Crisóstomo (347-407) fue el primero y más fanático de los antisemitas cristianos. Su odio hacia los judíos no tiene parangón. Está reconocido como el más grande de todos los predicadores cristianos y usó su oratoria para poner los cimientos de gran parte del futuro antisemitismo de la Iglesia. Después de algunos de los sermones de Crisóstomo en 388 su rebaño de feligreses incendió varias sinagogas. Como antisemita, Lutero (1483-1546) fue tan sólo un
poco menos virulento que Crisóstomo: Los judíos envenenan, son asesinos rituales, usureros; son parásitos de la sociedad cristiana; son peor que demonios; es más difícil convertirlos a ellos que al propio Satanás; están destinados al infierno. Son, en verdad, anticristo. Sus sinagogas debieran ser destruidas y sus libros decomisados; debieran ser
obligados a trabajar con las manos; más aun, debieran ser expulsados por los príncipes de sus territorios. En su último sermón, predicado solo días antes de su muerte, arengaba a que los expulsaran de toda Alemania. Este último sermón fue ampliamente difundido por la propaganda nazi en Alemania en los años previos a la II Guerra Mundial y a las matanzas en los campos de concentración.
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Cris%C3%B3stomo
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Cris%C3%B3stomo
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