viernes, 3 de junio de 2011

1218-1221 QUINTA CRUZADA


La Quinta Cruzada (12171221) fue un conjunto de acciones militares provenientes de Europa Occidental para retomar Jerusalén y el resto de Tierra Santa derrotando en primer lugar al poderoso estado ayubí de Egipto. El papa Inocencio III y su sucesor, el papa Honorio III convocaron los ejércitos cruzados liderados por las enormes fuerzas militares del rey Andrés II de Hungría (1175 - 1235) y por los batallones del príncipe austríaco Leopoldo VI de Austria (1176 – 1230), que realizaron una incursión contra Jerusalén, dejando finalmente la ciudad en manos de los musulmanes.
Más tarde, en 1218, un ejército dirigido por el alemán Oliver de Colonia, y un ejército mixto de soldados holandeses, flamencos y frisios dirigidos por Guillermo I de Holanda se unieron a la cruzada. Con el fin de atacar el puerto de Damietta, en Egipto, se aliaron en Anatolia con el selyúcida sultanato de Rüm, que atacó a los ayubidas en Siria, en un intento de liberar a los cruzados de luchar en dos frentes.
Inocencio III
Después de ocupar Damietta, los cruzados marcharon en julio de 1221 al sur, hasta El Cairo, pero fueron repelidos después de que sus fuentes de suministro les obligaron a una retirada forzosa. Un ataque nocturno del sultán Al-Kamil causó un gran número de pérdidas de los cruzados, y, finalmente, la rendición del ejército. Al-Kamil acordó un acuerdo de paz de ocho años con los contendientes europeos.

https://es.wikipedia.org/wiki/Quinta_Cruzada


Ataque fracasado a El Cairo, Egipto.La V Cruzada fue organizada por Inocencio III y partió en 1218.
 Como la IV Cruzada tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damietta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.Aunque muy afectado por el imprevisto fin de la Cuarta Cruzada, Inocencio III no cejó en su desempeño de agrupara toda la cristiandad occidental y, bajo la autoridad papal, conducirla a la conquista de los Santos Lugares. El IV Concilio de Letrán(1215) aprobó la predicación de una nueva cruzada. La muerte sorprendió a Inocencio III apenas iniciados los preparativos (1216). Su sucesor, Honorio III, prosiguió la empresa. Participaron en ella Andrés II de Hungría, el duque Leopoldo VI de Austria, Guillermo de Holanda y Juan de Brienne, rey titular de Jerusalén, entre otros. En un principio la expedición tuvo como objetivo la conquista de Palestina, pero no habiendo logrado expugnar el Monte Tabor, los cruzados se trasladaron hacia Egipto, donde tomaron Damieta y obtuvieron un cuantioso botín. Alramado, el sultán ayubita les propuso la paz, que el cardenal pelagio, legado pontificio, creyendo fácil la conquista de todo el país, rechazó, contra el parecer de Juan, partidario de canjear Damieta por Jerusalén. Los expedicionarios marcharon sobre El Cairo, pero los continuos ataques de que eran objetos y la crecida del Nilo les obligaron a emprender la retirada. Los supervivientes, para salvar su vida y su libertad, hubieron de devolver Damieta al sultán (1221).

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