jueves, 22 de mayo de 2014

Pedro Pascual de Uhagón ( Director de la mina de carbón en Arnau (Asturias)

La Real Compañía Asturiana de Minas podía ejercer una paternal y aparentemente dadivosa tutela de sus trabajadores, pero también mostrar una extremada dureza. Tales actitudes fueron permanentes a lo largo de toda su historia, si bien especialmente acusadas con algunos directores, como Pedro Pascual de Uhagón, que sometió, casi podríamos decir que a sangre y fuego, las virulentas huelgas de 1903, 1912-1913 y 1917. Del férreo proceder de Uhagón hay prueba en su correspondencia dirigida a Louis Hauzeur tratando la huelga minera de 1912-1913, momento en que la organización socialista parecía al fin recuperada de los varapalos iniciales. Fue un paro terriblemente enconado para el que la RCAM se preparó almacenando carbón adquirido en el mercado para no verse obligada a detener también la fábrica por inanición, a causa de la inactividad de la mina. La compañía se mostró intransigente y no accedió a readmitir a un dirigente obrero que había sido despedido, incluso a pesar de los intentos de negociación de Manuel Llaneza, líder del Sindicato Minero constituido en 1910 y que, por tanto, tendría en este conflicto uno de sus bautismos. Esto actuó como espoleta sobre un ambiente explosivo que se venía preparando por la reiterada negativa de la empresa a reconocer no ya las peticiones de las organizaciones obreras, sino siquiera a las mismas como interlocutoras. Siendo tal la cerrazón, puede pensarse que Uhagón pretendía en realidad desencadenar la huelga buscando hacer un drenaje del movimiento obrero semejante al de 1903, que garantizara varios años de tranquilidad posterior:

“Como ya le decía a V. en mi carta anterior, en un año o año y medio no hay que pensar en hacer contratos, pues tenemos seguro el carbón de esta mina, dado que, después de la última huelga parece podemos contar con un par de años de tranquilidad obrera” (Uhagón a Hauzeur, 5-11-1913, AHAZ, L 1004, p. 495).

Claro que también parece que no esperaba un nivel de organización tan acabado en sus adversarios, ni que las tres semanas de duración del conflicto que auguraba al principio se iban a convertir en más de medio año, a pesar del recurso que hizo la RCAM a todos sus influencias con la Guardia Civil, la judicatura y ciertos ámbitos políticos (AHAZ, L 1004, p. 140 y ss.).
 
http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-249.htm

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