martes, 1 de abril de 2014

Vigilio

Vigilio (* Roma, ha. 500Siracusa, 7 de junio de 555). Papa nº 59 de la Iglesia católica, de 537 a 555.
Perteneciente a una noble familia romana, es nombrado diácono en el 531 y acompañó al papa Agapito I a Constantinopla en el año 536, lo que le permitió entablar amistad con Teodora, la esposa del emperador bizantino Justiniano I y una seguidora de la doctrina monofisita.


Fue una de las figuras más lamentables de entre todos los papas. Lo habían llevado a la sede de Roma por orden del general bizantino Belisario. Fortalecido por tal apoyo, el nuevo papa, ambicioso y ávido de poder, se comportó con una dureza implacable respecto a su predecesor, el infortunado Silverio, depuesto contra todo derecho.

 


Vigilio, el asesino de su predecesor y tal vez involucrado tambien en la repentina muerte de Agapito, era papa mientras se desarrollaba la gran masacre contra los godos. Gracias a su gran versatilidad se mantuvo dieciocho años en la santa sede, papa locuaz, fue bastante menos remilgado en cuestiones de fe que en lo tocante a satisfacer los deseos de su soberano. Virgilio hizo primero profesión de su fe, si bien a costa de quebrantar sus promesas. En contra de lo que había asegurado no favoreció en modo alguno los propósitos monofisitas de Teodora. Más bien adoptó “desde un principio una actitud integramente digna frente a la corte imperial” ( H. Rahmer, S.J.): si prescindimos del hecho de que tambien aceptó su dinero, nada menos que 700 piezas de oro. Pero además, posteriormente, se sometió al emperador en una contienda teológica ulterior, la llamada disputa de los tres capítulos, que convulsionó primero Oriente y después Occidente.
 Historia criminal del cristianismo. (K. Deschner )

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