jueves, 7 de julio de 2011

1990-97 GUERRA CIVIL ENTRE TUTSIS Y HUTUS EN RUANDA, AFRICA


Con la muerte de los Presidentes hutus de Ruanda y Burundi el 6 de abril de 1994 en un atentado contra el avión en el que viajaban, se reanudó la guerra civil que había comenzado en 1990 con la ofensiva del FPR desde Uganda contra el gobierno de Habyarimana. El gobierno ruandés planificó el genocidio de un millón de personas, la mayoría tutsis aunque también hutus moderados partidarios de compartir el poder, ejecutado por el ejército y las milicias interahamwe. Estas matanzas provocaron el desplazamiento de 2 millones de ruandeses dentro y fuera de sus fronteras. La contraofensiva del FPR consiguió invertir la balanza, al colocarse en el poder y provocar la huida masiva de población hutu, facilitada por la "operación turquesa", orquestada por Francia para abrir un corredor hacia Zaire, que permitió la huida, junto con la población, de los responsables del genocidio. En los años posteriores se estableció una calma relativa, interrumpida por diversas incursiones hutus desde el exilio zaireño, hasta que el conflicto iniciado en octubre de 1996 en Zaire Oriental ha avivado las tensiones y ha impulsado el retorno de un millón de refugiados a Ruanda, generando nuevos problemas relativos a la superpoblación y escasez de recursos. (1996, ONU; CIP)El genocidio de 1994 provocó más de 1 millón de víctimas, incluídos mujeres y niños. Las masacres fueron perpetradas por las extremistas milicias hutus interahamwe e impuzamugambi y las Fuerzas Armadas Ruandesas. La minoría étnica de los twas, en algunas ocasiones participó en las matanzas, pero principalmente fue víctima de los ataques de ambos bandos, que ocasionaron el asesinato de miles de twas. La guerra civil trajo consigo graves violaciones de los derechos humanos. Se estima que entre 250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas, sufrieron injurias, enfermedades venéreas, así como problemas psicológicos y exclusión social. Los niños también fueron objetivo militar. Muchos niños nacidos de parejas hutu-tutsi fueron asesinados por sus padres, bajo presión de las milicias radicales. Alrededor del 96% de los supervivientes, testigos de torturas y matanzas de familiares y amigos, sufrieron graves traumas psicológicos. A finales de 1995, en Ruanda había 47.000 huérfanos.
El final de la guerra civil y la victoria del FPR en julio de 1994 provocó el retorno de 700.000 refugiados tutsis a Ruanda y el exilio de casi un millón y medio de hutus a los países vecinos. El conflicto iniciado en octubre de 1996 en Zaire Oriental ha originado el retorno de casi un millón de ruandeses a su país de origen y la huida a otros Estados como Burundi, Tanzania, Uganda y Zambia. A finales de enero de 1997, aún permanecían en Zaire aproximadamente 300.000 refugiados ruandeses, pero los retornos aún proseguían (1997, ACNUR; CIP)

http://www.afrol.com/es/articulos/35074 

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