miércoles, 6 de julio de 2011

1904-05 GUERRA RUSO JAPONESA


Tanto el emperador japonés, Matsu-hito, como el zar ruso, Nicolás II Romanoff, abrigaban propósitos expansionistas: ampliar territorio equivalía a obtener más y mejores puertos y ventajas comerciales; ambos ambicionaban anexar a Corea. Con una soberbia que no sólo le impedía ver que su pueblo moría de hambre, que su país decaía por los efectos de una economia estancada, y que Japón había alcanzado un desarrollo tecnológico y militar similar al de Occidente, Romanoff hostigó al país del Sol Naciente hasta que la flota nipona destrozó a la rusa en Port Arthur, en 1904, y, simultáneamente, se apoderó de Corea. La guerra duró solo un año. Se combatió por tierra en Manchuria, pero el aniquilamiento de los barcos rusos en Tsushima obligó al zar a declararse vencido, y en septiembre de 1905 su delegado firmó la rendición. Japón obtuvo derechos ferroviarios en Manchuria, los puertos de Dairén y Port Arthur, la península de Liao­tung, la mitad de la isla de Sahalín y el reconocimiento ruso de su derecho a Corea.
Tras la victoria japonesa en la guerra con China, la presión de Rusia, apoyada por Alemania, había obligado al Japón a devolver Port Arthur y Manchuria a China. Rusia, incumpliendo la promesa hecha a Japón, ocupó Manchuria tras la revuelta de los Boxers chinos y obtuvo el arrendamiento de Port Arthur como base naval libre de hielos que permitía a su flota de extremo oriente un puerto libre de hielos.
La ocupación de Manchuria por Rusia significaba una amenaza para Corea, cuyo gobierno era tributario del Japón. La infiltración de agentes rusos en Corea trajo como resultado que el gobierno coreano, deseoso de librarse de la tutela japonesa, les concediera una base naval próxima a las costas del Japón.
El gobierno japonés, considerando la penetración rusa en Manchuria y Corea una amenaza a su seguridad, requiere a Rusia para que abandone Manchuria en cumplimiento de los acuerdos de 1900. Rusia dilata las conversaciones diplomáticas durante 2 años. Japón harto de esperar en vano la respuesta rusa, rompe relaciones diplomáticas el 6 de febrero de 1904.
En la noche del 7 al 8 de febrero de 1904, la flota japonesa se acerca de noche a Port Arthur y sus torpederos penetran en la rada del puerto para atacar a la flota rusa. Pillados de improviso, la mitad de los grandes buques rusos del Pacífico son hundidos o averiados. Sólo se salvan cuatro acorazados y algunos cruceros.
A los pocos días cuatro ejércitos japoneses desembarcan en Corea y la Península de Lin Tao, donde se encuentra Port Arthur. En Corea los japoneses ocupan el territorio y llegan hasta el río Yalú, límite entre ésta y Manchuria. En las batallas de Siui Ju y Kinchao los rusos son derrotados y obligados a replegarse hasta el interior de Manchuria. En las proximidades de Port Arthur, los japoneses derrotan a los rusos en las sangrientas batallas de Wafang y Liao Yang. Port Arthur estaba ahora cercada.
Entretanto, los restos de la flota rusa del Pacífico, tanto de Port Arthur como de Vladivostock son destruidos en diversos encuentros. Los ejércitos japoneses se lanzan al asalto de Port Arthur cuya guarnición se defiende heroicamente. Fuerte a fuerte, posición a posición, los japoneses van estrechando el cerco. Ahora sus cañones pesados tienen a su alcance a los restos de los buques rusos supervivientes que son sistemáticamente hundidos.
En un último intento de rescatar Port Arthur, 160.000 rusos con más de 800 cañones atacan en Sha-Ho a 260.000 japoneses con 1.200 cañones. A pesar de que inicialmente un movimiento de flanqueo ruso sobre un ala japonesa parecía tener éxito, éste fue rechazado y, al finalizar la batalla el desastre ruso era inconmensurable. 60.000 rusos muertos, heridos o prisioneros jalonaban el campo de batalla. Las pérdidas japonesas fueron también numerosas. Port Arthur se rindió en febrero de 1905.
Mientras los japoneses penetraban profundamente en el interior de Manchuria, avanzando hacia su capital, Mukden, la flota rusa del Báltico se aproximaba hacia Port Arthur. Cerca de Mukden los rusos, con 350.000 hombres y 1.200 cañones, hicieron su último esfuerzo para contener a los 550.000 hombres y 1.500 cañones del victorioso ejército japonés. La humillante derrota fue aún más sangrienta que la anterior. Ahora la misma Siberia estaba amenazada.
La flota rusa del Báltico avanzaba ya entre Japón y China cuando fue interceptada cerca de la Isla de Tsushima por la flota japonesa. Aunque de fuerzas equivalentes, el genial uso táctico de la flota japonesa por el Almirante Togo destruyó por completo el poderío naval ruso. La revolución de 1905, que estalló en Rusia obligó a ésta a pedir la paz. Rusia sembraba el germen de la caída del zarismo y Japón era reconocido por todo el mundo como una gran potencia militar. El poder ya no era sólo blanco.

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