lunes, 7 de abril de 2014

Fernando Belaúnde Terry

 Fernando Sergio Marcelo Marcos Belaúnde Terry (Lima, 7 de octubre de 1912 - Lima, 4 de junio de 2002) fue un arquitecto, estadista, político y presidente del Perú en dos mandatos no consecutivos: de 1963 a 1968 y de 1980 a 1985.

Fernando Belaúnde Terry
Al tratar de resolver el asunto del petróleo con la International Petroleum Company (IPC), suscribió el Acta de Talara que fue calificada por la oposición de entreguista, lo que propició el estallido de la revolución institucional de la fuerza armada, encabezada por el general Juan Velasco Alvarado, el 3 de octubre de 1968. Derrocado y desterrado a Buenos Aires, pasó después a los Estados Unidos, donde se dedicó a la docencia universitaria. Retornó al Perú en 1978, y aunque su partido no participó en la Asamblea Constituyente de 1978, postuló a las elecciones generales de 1980, en donde fue elegido por segunda vez Presidente Constitucional de forma no consecutiva, para la primera mitad de la década. De inmediato convocó a elecciones municipales y restituyó los medios de comunicación expropiados por la dictadura militar a sus propietarios. Debió enfrentar los efectos desastrosos del Fenómeno del Niño, el surgimiento de los grupos terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA, y el agravamiento de la crisis económica que ocasionó una oleada de huelgas y paros laborales.

El problema más grave que debió enfrentar el gobierno de Fernando Belaúnde fue el accionar de la organización terrorista maoísta Sendero Luminoso, dirigida por Abimael Guzmán. Este grupo declaró la guerra al Estado peruano en el departamento de Ayacucho en mayo de 1980. A partir de 1983, Sendero Luminoso intensificó su campaña, imponiendo un terrorífico régimen de violencia extrema en el sur andino y asesinando indiscriminadamente a miles de campesinos, profesionales, comerciantes y autoridades locales, miles de sus militantes fueron asesinados salvajemente por Sendero Luminoso.
Los hechos más graves sucedidos en este tiempo fue la Masacre de Uchuraccay (26 de enero de 1983) donde ocho periodistas fueron asesinados por los moradores de dicho distrito andino al confundirlos con militantes de Sendero; y la Masacre de Putis, donde cerca de doscientos civiles fueron masacrados por una unidad del ejército al ser confundidos también con militantes de Sendero y enterrados en un conjunto de fosas comunes clandestinas. La reacción del presidente ante estos graves sucesos; sin embargo, fue secreta, dubitativa y en ocasiones dudosa.
Sabido es que el presidente nunca ordenó la entrada en acción de las Fuerzas del Orden cuando en dos oportunidades tuvieron cercado al líder senderista Abimael Guzmán y su cúpula, lo que hubiese determinado el fin de la Guerra Interna (Primero en los Andes Ayacuchanos en 1982 y Segundo en Lima en 1984) por considerar que se podría producir algún exceso, lo que conllevaría a la Comunidad Internacional, a acusar a su gobierno como "asesino".
Ante la escalada terrorista, nunca se diseñó una estrategia tendiente a combatirla, sino simplemente se declaró el Estado de Emergencia y se envió a las Fuerzas armadas y las Fuerzas Policiales a combatir a los alzados en armas. Este hecho agravó mucho el conflicto, pues los uniformados se entregaron a una brutal campaña represiva que costó —de modo similar— miles de vidas.
Las reiteradas violaciones de los derechos humanos en las regiones del conflicto, los crímenes y abusos no divulgados de efectivos militares y policiales peruanos, así como los de Sendero Luminoso, convirtieron al gobierno de Fernando Belaunde en uno de los más violentos de la historia de Perú.
http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Bela%C3%BAnde_Terry#Obras_de_su_gobierno 

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