(n. en 1917), alias "Pero", fue un croata fascista y criminal de guerra de la Segunda Guerra Mundial. Antes de la guerra era un estudiante becado en el colegio franciscano de Široki Brijeg en Herzegovina y miembro de la Gran Hermandad de Cruzados.
Pasó algún tiempo estudiando Derecho en Zagreb, donde se convirtió en miembro de la Juventud Ustasha y más tarde en miembro del gobierno fascista Ustasha croata (1941-1945) y uno de los guardias en el campo de concentración de Jasenovac. Como integrante de las fuerzas militares Ustasha ocupó el rango de teniente.
Pasó algún tiempo estudiando Derecho en Zagreb, donde se convirtió en miembro de la Juventud Ustasha y más tarde en miembro del gobierno fascista Ustasha croata (1941-1945) y uno de los guardias en el campo de concentración de Jasenovac. Como integrante de las fuerzas militares Ustasha ocupó el rango de teniente.

Si bien es conocido por haber golpeado a un preso hasta causarle la muerte en marzo de 1943, se destacó por haber ganado un horrendo concurso el cual consistía en matar a la mayor cantidad posible de prisioneros serbios recién llegados al campo de concentración de Jasenovac utilizando un cuchillo llamado "srbosjek". Brzica se jactaba de haber ganado el concurso luego de haber masacrado a la mayor cantidad de prisioneros, mató a 1.360 personas en una sola noche. Algunas otras fuentes afirman que el número de víctimas es menor situandolas entre las 670 y 1100.
Petar Brzica recibió un reloj de oro, vajilla de plata, una banquete compuesto por cerdo asado y vino, entre otros elementos, como recompensa por ganar el "concurso". Escapó a los Estados Unidos luego de la guerra, pero se perdió el rastro acerca de su paradero en la década de 1970, por lo que nunca pudo ser procesado por sus crímenes.
Testimonio de las atrocidades
A continuación se podrá apreciar una cita brindada por Mile Friganovic, uno de los participantes de la masacre del sábado 29 de agosto de 1942, en la cual Petar Pero Brzica asesinó a 1.360 personas en el campo de concentración de Jasenovac:
El Franciscano Pero Brzica, Ante Zrinusic, Sipka y yo apostamos para ver quién mataría más prisioneros en una noche. La matanza comenzó y después de una hora yo maté a muchos más que ellos. Me sentía en el séptimo cielo. Nunca había sentido tal éxtasis en mi vida, después de un par de horas había logrado matar a 1.100 personas mientras los otros pudieron matar entre 300 y 400 cada uno. Y después, cuando estaba experimentando mi más grandioso éxtasis, noté a un viejo campesino parado mirándome con tranquilidad mientras mataba a mis víctimas y a ellos mientras morían con el más grande dolor. Esa mirada me impactó en medio de mi más grandioso éxtasis y de pronto me congelé y por un tiempo no me pude mover. Después me acerqué a él y descubrí que era del pueblo de Klepci cerca de Capljina y que su familia había sido asesinada y enviado a Jasenovac después de haber trabajado en el bosque. Me hablaba con una incomprensible paz que me afectaba más que los desgarradores gritos a mi alrededor. De pronto sentí la necesidad de destruir su paz mediante la tortura y así mediante su sufrimiento poder yo restaurar mi estado de éxtasis para poder continuar con el placer de infligir dolor. Lo apunté y lo hice sentar conmigo en un tronco. Le ordené gritar: ‘¡Viva poglavnik [caudillo] Pavelic!’, o te corto una oreja. Vukasin no habló. Le arranqué una oreja. No dijo una palabra. Le dije otra vez que gritara ‘¡Viva Pavelic!’ o te arranco la otra oreja. Le arranqué la otra oreja. Grita: ‘¡Viva Pavelic!’, o te arranco tu nariz y cuando le ordené por cuarta vez gritar ‘¡Viva Pavelic!’ y lo amenacé con arrancarle el corazón con mi cuchillo, me miró y en su dolor y agonía me dijo: ‘¡Haga su trabajo, criatura!’ Esas palabras me confundieron, me congeló, y le arranqué los ojos, le arranqué el corazón, le corté la garganta de oreja a oreja y lo tiré al pozo. Pero algo se rompió dentro de mí y no pude matar más durante toda esa noche. El franciscano Pero Brzica me ganó la apuesta porque había matado a 1.360 prisioneros y yo pagué sin decir una palabra.
Después de la guerra, huyó a las autoridades del Reino Unido.Los yugoslavos nunca fueron capaces de capturarle; es probable que cambió su identidad y murió en el extranjero. Su nombre aparece en una lista de 59 nazis que viven en los Estados Unidos en la década de 1970, dado al Departamento de Inmigración y Naturalización por una organización judía. En 2007, Brzica aún no ha sido encontrado.
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