domingo, 27 de febrero de 2011

260-241AC PRIMERA GUERRA PÚNICA: ROMA VS CARTAGO


El desencadenante de la primera guerra púnica lo encontramos, en las luchas continuas por la posesión de la isla de Sicilia. En el año 264 a.C. la isla se encontraba dividida entre cartagineses, siracusanos y mamertinos. Siendo los mamertinos atacados y derrotados por los siracusanos al mando de Hierón, le ofrecieron la plaza de Mesina. Los cartagineses, mandados por Aníbal, veían peligrar sus intereses, por lo que se opusieron a esta entrega y ocuparon la ciudad, lo que provocó en los mamertinos la difícil situación de decidir a que enemigo entregar la ciudad. Ante tal dilema, recurrieron con petición de auxilio, a sus vecinos los romanos, que obtuvieron así, el pretexto de iniciar sus conquistas en el mediterráneo y norte de Africa.
Mandó el Senado romano a Apio Claudio con sus legiones a Sicilia, que después de dos intentos, burló la escuadra cartaginesa y llegó a la ciudad de Mesina.
Annón había logrado reforzar la ciudad con unos 50.000 infantes, la mayoría de ellos íberos y celtas y consiguió infringir una primera derrota a los romanos, que no obstante al contraatacar, vencieron definitivamente a los cartagineses. Con la posterior toma de la ciudad de Agrigento, la isla excepto algunas plazas costeras, pasa a poder de los romanos, que viendo la necesidad de conseguir supremacía marítima sobre los cartagineses, prepararon una gran escuadra que obtuvo su primera victoria en las islas Eolias, siguiendo con las conquistas de Cerdeña, Córcega, Malta y Lípari.
Al observar Régulo la fragilidad de Cartago inició la conquista del norte de Africa, después de obtener una gran victoria naval en Ecnomo. Viendo el peligro que se le cernía, Cartago solicitó la paz que fue denegada por los romanos. Ante el inminente peligro, los cartagineses pidieron ayuda al general espartano Jantipo, que consiguió derrotar a Régulo en Clipea y durante cierto tiempo tornar la suerte de la guerra en favor de Cartago.
Después de algunas victorias cartaginesas, los romanos consiguieron nuevamente conquistar Sicilia, a excepción de alguna plaza, que fueron defendidas con audacia por Amilcar Barca hasta que la falta de hombres y dinero para pagar a sus mercenarios, obligaron a Cartago a firmar una paz de condiciones durísimas.

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