sábado, 26 de marzo de 2016

Holocausto en Odesa

El Holocausto en Odesa consistió en el exterminio de los judíos de la ciudad y de las poblaciones cercanas de Transnistria durante el otoño de 1941 y hasta el invierno de 1942 en una serie de asesinatos y masacres durante el holocausto cometidos por tropas rumanas y alemanas. Dependiendo del contexto, se puede referir a los eventos que sucedieron entre el 22 y el 24 de octubre del año 1941, cuando entre 25.000 y 34.000 judíos de Odessa fueron llevados de la ciudad y brutalmente asesinados, siendo fusilados o quemados vivos. El término también puede referirse al asesinato de más de 100.000 judíos de Odesa y de las áreas entre el río Dniéster y el río Bug durante la ocupación alemana y rumana.

Eduard Roschmann
El mismo día en que las tropas de Eje tomaron la ciudad, el 16 de octubre, ocho mil «comunistas» (la mayoría simplemente judíos, de los que solo ochenta mil de los trescientos mil que habían residido en la ciudad se hallaban aún en ella), fueron asesinados en las playas y lanzados al mar.8 La matanza la perpetró el einsatzkommando 11b alemán y una agrupación del SSI (servicio secreto) rumano al mando del coronel Ion Lisievici.

Masacres de octubre 22 al 25 de 1941

Las tropas alemanas y rumanas ocuparon Odessa el 16 de octubre, después de un asedio de dos meses. Los soviéticos hicieron detonar una bomba en el cuartel general de las tropas rumanas el día 22,8 que mató al general Ioan Glogojeanu, comandante rumano, a otros dieciséis oficiales rumanos y a cuatro oficiales de la marina alemana. El edificio había albergado anteriormente la sede del NKVD, que había minado varios edificios antes de la evacuación soviética.9 Inmediatamente los ocupantes de la ciudad culparon a los judíos —a pesar de los avisos que habían recibido sobre el minado de los edificios ya en septiembre—9 y a los comunistas y, las tropas rumanas comenzaron las represalias esa misma noche. Antonescu ordenó el fusilamiento de doscientos comunistas por cada oficial muerto y de otros cien por cada soldado fallecido en la explosión para el día siguiente, así como la toma de un rehén judío de cada familia.9
Al día siguiente, el 23 de octubre, cinco mil civiles judíos y comunistas fueron fusilados y luego ahorcados en las calles de la ciudad.9 Más de diecinueve mil judíos fueron llevados a nueve bodegas de pólvora en el puerto y sumariamente fusilados, después de lo cual las bodegas fueron incendiadas. Algunos de los prisioneros fueron quemados vivos.1
Por la tarde, otros veinte mil quinientos judíos —fundamentalmente mujeres, niños y ancianos— fueron conducidos por el 10.º Regimiento de Ametralladoras fuera de la ciudad en una larga columna en dirección a Dalnic.9 Aquellos que no pudieron sostener el ritmo de la marcha fueron asesinados.9 Cuando llegaron al lugar, se les ató en grupos de entre cuarenta a cincuenta personas, se les arrojó a unas zanjas antitanque cavadas durante el asedio de la ciudad y se les acribilló.9 Ante lo ineficiente del método y para ahorrar munición, se encerró a los supervivientes en los cuatro grandes almacenes del lugar (de unos veinticinco metros de largo por diez o quince de ancho), a unas cinco mil personas en cada uno.9 Los soldados ametrallaron a los civiles a través de aberturas practicadas en las paredes.9 Como los disparos no habían acabado con todos, los soldados decidieron introducir paja en los edificios, sellarlos, rociarlos con gasolina y queroseno, prenderles fuego escalonadamente y disparar a todo aquel que tratase de escapar.10 La matanza duró casi toda la noche y algunos judíos, para evitar morir abrasados, solicitaron a los soldados que los rematasen a tiros.10 Algunos oficiales lanzaron granadas soviéticas al interior de los almacenes.10 Al día siguiente, a la misma hora que había tenido lugar la explosión en el cuartel general rumano, se voló uno de los almacenes.10 No hubo supervivientes.10
Estas masacres fueron llevadas a cabo bajo las órdenes de dos oficiales rumanos, el teniente coronel Nicolae Deleanu y el teniente coronel C.D. Nicolescu. Los soldados alemanes también participaron en el tiroteo.1
Antonescu ordenó entonces la reunión de los judíos supervivientes en un gueto y su posterior deportación, alegando problemas de seguridad si continuaban en la ciudad —en realidad, la gran mayoría eran niños, ancianos y mujeres—.11 Entre treinta y cinco mil y cuarenta mil judíos que quedaron fueron trasladados a un gueto en el barrio de Slobodka, donde la mayoría de los edificios estaban destruidos, y de les dejó a la intemperie y sin comida durante diez días, entre el 25 de octubre y 3 de noviembre, por lo cual muchos murieron.2 3 Privados de comida y agua, se los trasladó en ferrocarril al campo de Berezovca.12 Los cadáveres de aquellos que morían en los trenes se descargaban y se quemaban en enormes hogueras para evitar una epidemia de tifus.12 Ante el intenso frío, las autoridades rumanas tuvieron que paralizar temporalmente la deportación que concluyó a comienzos de febrero de 1942 con la expulsión de 33 643 personas.12 Únicamente 479 niños menores de siete años permanecieron en la ciudad, a la espera de que las autoridades encontrasen mujeres que los acompañasen en los trenes.13 En abril, se decidió enviarlos al orfanato del campo de Mostovoi, un campo de exterminio, para someterlos a trabajos forzados.13

Más masacres

El 28 de octubre se inició otra masacre cuando entre cuatro y cinco mil judíos fueron conducidos a establos y fusilados. El 13 de noviembre, durante un consejo de ministros, Antonescu preguntó sobre la severidad de las represalias contra los judíos en Odesa, que el gobernador de Transnistria confirmó.14
A finales de diciembre, entre cuarenta y cincuenta mil mil judíos fueron asesinados en el campo de concentración de Bogdanovka por guardias rumanos, policías y civiles ucranianos de Golta y alemanes étnicos locales. Unos diez mil judíos más fueron llevados en una marcha de la muerte a tres campos de concentración cerca de Golta: Bogdanovka, Domanovka y Acmecetca. Los que sobrevivieron el viaje fueron asesinados dos meses más tarde.15
En enero de 1942, el exterminio terminó con la muerte de los que se quedaron en Slobodka. Entre el 12 y el 23 de enero los últimos 19.582 judíos fueron transportados en vagones de ganado a Berezovka y desde allí hasta los campos de concentración en Golta. Dieciocho meses después casi todos ellos habían muerto.15
Después de la derrota del Eje en Stalingrado, el ministro de Defensa, general Pantazi, solicitó a Antonescu que se llevase a cabo una operación para ocultar las pruebas de la matanza, que entonces Antonescu fingió desconocer, a pesar de haberse realizado por orden suya.14

https://es.wikipedia.org/wiki/Holocausto_en_Odesa 

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