En 1858 el gobierno británico asumió el control de la India proclamando el imperio británico en ella.
Sin embargo no todo el territorio estaba bajo su control absoluto. 565 estados gozaban de una autonomía y estaban bajo el gobierno de príncipes.
Los más importantes, 118, estaban regidos por una especie de reyes llamados Maharajás que tenían jurisdicción plena en sus dominios. Los demás estados principescos eran regidos por terratenientes hereditarios sin jurisdicción civil.
El gobierno británico seguraba sus fuentes de ingresos y sabía como adular a los Maharajás más fieles con títulos y honores. Les construyeron una universidad para principes donde recibían desde pequeños una educación elitista inglesa, el Rajkumar College de Rajkot.
El gobierno británico les había prohibido luchar entre ellos y dejaron sus fortalezas para ir a vivir a modernos y suntuosos palacios construidos por los ingleses.
Sayajirao Gaekwad III, maharajá de Baroda, hizo construir el palacio Laxmi Vilas, en Vadodara en el estado de Gujarat, en su época la construcción privada más grande del mundo con un tren privado y un campo de polo.
Ram Singh , maharajá de Bundi, terminó de construir y embellecer el palacio de Bundi, un edificio inmenso en Rajastán.
Jagatjit Singh (1872-1949), maharajá de Kapurtala vivía en el palacio de Jagtjit, inspirado en el de Versalles rodeado de Rolls Royce y de mujeres jóvenes.
En sus fiestas, los maharajás, lucían sus joyas más fenomenales: esmeraldas, rubíes, diamantes, perlas, oro y plata engarzados en collares, pulseras, turbantes, lujosos adornos para ellos y sus familias. Ropajes de seda e hilo de oro.
Se dedicaban a sus aficiones deportivas como el criquet y el polo siendo famosos Jam Saheb Shri Ranjitsinhji, maharajá de Nawanagar y Sawai Man Singh II, maharajá de Jaipur en sendos deportes.
Otros como Madho Singh II de Jaipur fue al jubileo de la reina Victoria, se hizo llevar agua del Ganges para su uso personal en dos inmensas urnas de plata de 242 kilos cada una.
El maharajá de Bharatpur tenía una flota de Rolls Royce desde los que disparaba los patos en sus cacerías.
Fuente: Revista de Historia National Geographic nº 144.
Sin embargo no todo el territorio estaba bajo su control absoluto. 565 estados gozaban de una autonomía y estaban bajo el gobierno de príncipes.
Los más importantes, 118, estaban regidos por una especie de reyes llamados Maharajás que tenían jurisdicción plena en sus dominios. Los demás estados principescos eran regidos por terratenientes hereditarios sin jurisdicción civil.
Palacio fortaleza de Gwalior que pertteneció a los Sindha que rigieron Gwalior hasta 1948 |
El gobierno británico seguraba sus fuentes de ingresos y sabía como adular a los Maharajás más fieles con títulos y honores. Les construyeron una universidad para principes donde recibían desde pequeños una educación elitista inglesa, el Rajkumar College de Rajkot.
El gobierno británico les había prohibido luchar entre ellos y dejaron sus fortalezas para ir a vivir a modernos y suntuosos palacios construidos por los ingleses.
Sayajirao Gaekwad III, maharajá de Baroda, hizo construir el palacio Laxmi Vilas, en Vadodara en el estado de Gujarat, en su época la construcción privada más grande del mundo con un tren privado y un campo de polo.
Madho Singh II de Jaipur |
Jagatjit Singh (1872-1949), maharajá de Kapurtala vivía en el palacio de Jagtjit, inspirado en el de Versalles rodeado de Rolls Royce y de mujeres jóvenes.
En sus fiestas, los maharajás, lucían sus joyas más fenomenales: esmeraldas, rubíes, diamantes, perlas, oro y plata engarzados en collares, pulseras, turbantes, lujosos adornos para ellos y sus familias. Ropajes de seda e hilo de oro.
Se dedicaban a sus aficiones deportivas como el criquet y el polo siendo famosos Jam Saheb Shri Ranjitsinhji, maharajá de Nawanagar y Sawai Man Singh II, maharajá de Jaipur en sendos deportes.
Otros como Madho Singh II de Jaipur fue al jubileo de la reina Victoria, se hizo llevar agua del Ganges para su uso personal en dos inmensas urnas de plata de 242 kilos cada una.
El maharajá de Bharatpur tenía una flota de Rolls Royce desde los que disparaba los patos en sus cacerías.
Fuente: Revista de Historia National Geographic nº 144.
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