lunes, 27 de octubre de 2014

Valeriano Weyller

Valeriano Weyler y Nicolau (Palma de Mallorca, 17 de septiembre de 1838Madrid, 20 de octubre de 1930) fue un noble, político y militar español, marqués de Tenerife y duque de Rubí, grande de España, capitán general de Cuba durante la sublevación independentista de José Martí y Máximo Gómez. Fue famoso por su denostada política de Reconcentración.

Valeriano Weyller
Nombrado Capitán general de Cuba en febrero de 1896 por Cánovas del Castillo, sustituyó al general Martínez-Campos, con órdenes de zanjar los intentos independentistas por la fuerza de las armas. En el breve período que ocupó esta capitanía general solo consiguió frenar un tanto la lucha de los independentistas, y su mayor éxito fue la muerte en una escaramuza del lider rebelde, lugarteniente general Antonio Maceo, pero a pesar de estos los "mambises" cubanos estos siguieron siendo particularmente fuertes en el centro y el oriente de la isla, donde las largas campañas de verano destruyeron las fuerzas españolas al son de las enfermedades y las tácticas guerrilleras del general Máximo Gómez, jefe militar máximo de los independentista, para entonces Weyler ordenó el encierro forzoso a la población rural del occidente cubano en campos de reconcentración, hecho conocido en la historia como la Reconcentración de Weyler.
La proclama que daba inicio a la reconcentración decía:
1. Todos los habitantes de las zonas rurales o de las áreas exteriores a la línea de ciudades fortificadas, serán concentrados dentro de las ciudades ocupadas por las tropas en el plazo de ocho días. Todo aquel que desobedezca esta orden o que sea encontrado fuera de las zonas prescritas, será considerado rebelde y juzgado como tal.
2. Queda absolutamente prohibido, sin permiso de la autoridad militar del punto de partida, sacar productos alimenticios de las ciudades y trasladarlos a otras, por mar o por tierra. Los violadores de estas normas serán juzgados y condenados en calidad de colaboradores de los rebeldes.
3. Se ordena a los propietarios de cabezas de ganado que las conduzcan a las ciudades o sus alrededores, donde pueden recibir la protección adecuada.
El plan de Weyler, al alejar a los campesinos de sus tierras, resultó en la pérdida de las cosechas, provocando una hambruna generalizada, que unida a las enfermedades provocadas por las pésimas condiciones de salubridad en los campos, terminaron diezmando a la población. La situación se complicaba a medida que avanzaba la guerra. Los sufrimientos y calamidades aumentaban por la irregular forma de vida en barracones, almacenes o refugios abandonados, durmiendo en patios o a la intemperie, en condiciones higiénicas deplorables, y sin acceso suficiente a alimentos.
Es difícil determinar con certeza la cantidad de personas reagrupadas como consecuencia de las órdenes dictadas por Weyler. Se estima que para diciembre de 1896 unos cuatrocientos mil cubanos no combatientes se catalogaban como reconcentrados en lugares escogidos o no con ese objetivo. Más difícil aún es establecer las cifras exactas de fallecidos, pero la propaganda antiespañola estima que entre 750.000 y 1.000.000 de cubanos murieron en los campos de concentración creados por Valeriano Weyler (imposible dado que la población de Cuba en 1895 era de 1.500.000 habitantes). Las fuentes más conservadoras establecen la cifra en algo más de 300.000. Aún antes de terminada la guerra cubana, los muertos caídos en el campo de batalla, por las enfermedades y la reconcentración decretada por Weyler, ascendían aproximadamente a la tercera parte de la población rural de Cuba.

http://es.wikipedia.org/wiki/Valeriano_Weyler

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