lunes, 27 de octubre de 2014

GUERREROS UNIDOS

En vísperas de las Navidades de 2009, miembros de la Marina entraron en casa de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y en la refriega el capo murió acribillado por fuerzas especiales. Era el número uno del cártel de los Beltrán. A su muerte empezó la lucha intestina por el poder. De ahí salió la facción Guerreros Unidos —liderada por Mario El Sapo Guapo Casarrubias, arrestado en primavera—, que se hizo fuerte en el Estado de Guerrero y a la que se acusa de la matanza de Iguala.
Guerreros Unidos es un ejemplo de la tipología de un nuevo crimen organizado en auge en México y de sus causas. Al desmembramiento de carteles hegemónicos por la presión del aparato federal le sucede una disgregación del monopolio del crimen. Aparecen, entonces, grupos menos potentes pero dañinos, explica el especialista en seguridad Alejandro Hope. No tienen la capacidad para el narcotráfico internacional de los grandes carteles y, por lo tanto, combinan el negocio de la droga con actividades “predadoras” del territorio: extorsión, secuestro e infiltración en municipios y policías locales; un esquema delictivo que asfixia a la gente común que vive en sus zonas.
En Iguala, en los últimos tiempos, la extorsión se había agudizado como nunca, cuenta un reportero que pide anonimato. “Últimamente, el cobro de piso era espantoso. Le cobraban a todos los negocios, desde los de joyería, porque está en un entorno minero, hasta los comercios chiquitos”.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/07/actualidad/1412703387_057560.html 

http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/10/109482.php 

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