martes, 28 de octubre de 2014

IVO ROJNICA

Fue uno de los asesinos del régimen ustacha que administró Croacia para los nazis. Huyó con ayuda de la Iglesia y fue traído a Argentina por el gobierno peronista. Aquí formó familia, hizo fortuna como empresario textil y hasta fue nombrado embajador croata en 1991, pero no asumió.

Rojnica nació en 1913 y para cuando llegaron los camaradas alemanes era un entusiasta camarada de ruta, un ustacha. El movimiento ustacha había nacido con la misma creación de Yugoslavia al fin de la Primera Guerra Mundial, en 1918, como una expresión ultraderechista del rechazo croata a compartir país con serbios y eslovenos. Dirigido por Ante Pavelic, un extremista violento que también encontró casa e impunidad en Argentina, el movimiento mató al rey Alejandro de Yugoslavia en 1934 en un atentado que fue el pico de una campaña terrorista apoyada por la Italia fascista y el Reich alemán.

Ivo Rojnica
Croacia no fue independiente pero sí un protectorado autónomo bajo dominio alemán y con Pavelic a la cabeza. Feliz títere de los alemanes, el Poglavnik –una traducción croata de führer que le sirviera de consuelo– obtuvo carta blanca de Hitler en junio de 1941 para comenzar su masacre contra judíos y serbios ortodoxos. Con entusiasta apoyo de la Iglesia Católica local, los ustachas obligaron a sus enemigos elegidos primero a usar brazaletes especiales, luego a entregar sus propiedades y finalmente a mudarse a campos de concentración en Croacia y Bosnia, con el complejo de exterminio de Jasenovac como instalación estrella.
Fue un Holocausto low tech, sin grandes instalaciones ni novedades tecnológicas como las cámaras de Auschwitz. Los 700.000 ejecutados por el régimen fueron apaleados, fusilados, cortados, hambreados, enterrados y quemados vivos. El investigador argentino Uki Goñi cita en su estremecedor libro La Auténtica Odessa, que hasta los nazis estaban espantados y enviaban a sus superiores en Berlín repetidas protestas por las “atrocidades” causadas “por los instintos animales de los ustachas”. Para 1943, los nazis concluyeron que los ustachas eran más un problema que un aliado y exigieron que los verdugos más notorios fueran expulsados del régimen. Varios huyeron a... a Argentina, dónde más. Ya en tiempos del gobierno militar del GOU encontraron oídos amigos por estas pampas.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-95922-2007-12-09.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario