miércoles, 4 de junio de 2014

SILA

Lucio Cornelio Sila Félix (Latín: Lucius Cornelius Sulla Felix;1 Roma, 138 a. C. - Puteoli, 78 a. C.), fue uno de los más notables políticos y militares romanos de la era tardorrepublicana, perteneciente al bando de los optimates. Cónsul en los años 88 a. C. y 80 a. C. y dictador entre los años 81 a. C. y 80 a. C.
Tras distinguirse en la Guerra de Jugurta, la Guerra Cimbria, y la Guerra Social, los intentos de Cayo Mario por arrebatarle el control del ejército que debía combatir a Mitrídates VI de Ponto le llevaron a marchar sobre Roma y restaurar el statu-quo anterior por la fuerza de las armas, siendo la primera vez que un ejército romano expugnó la propia Urbe. Dejó Roma en manos de un cónsul popular, Lucio Cornelio Cina, y otro optimate, Cneo Octavio, marchando a combatir a Oriente, pero al poco retornó Mario, que aliado con Cina dio un golpe de Estado. Mario murió al poco tiempo, instaurando Cina un gobierno autocrático de tres años (Cinnanum tempus, 87-84) y persiguiendo a los seguidores de Sila.2
Éste derrotó en Oriente al rey Mitrídates, obligándole a firmar la Paz de Dárdanos en 86 a. C. Su vuelta a Italia precipitó la Primera Guerra Civil (83-82 a. C.), en la que derrotó a los líderes populares Cneo Papirio Carbón y Cayo Mario el Joven, que habían tomado las riendas del Estado, mientras que un tercero, Quinto Sertorio, resistiría durante años a los silanos en Hispania.

SILA
El régimen de Sila se apoyó sobre el terror y, en concreto, en la brutal política represiva de las proscripciones. El día de su entrada en Roma, 2 de noviembre, Sila reunió al Senado para conseguir la ratificación de sus actos realizados como procónsul, pero no logró obtener de los patres los medios legales de practicar una depuración. Al día siguiente, 3 de noviembre, reunió los comicios y profirió terribles amenazas contra sus enemigos. Luego mostró públicamente la proscripción de 80 senadores y de 440 caballeros. Por no haber recibido del Senado el derecho legal de eliminar a sus adversarios, Sila inventaba un medio nuevo de depuración, la proscripción, según él, una purga controlada para evitar mayores matanzas.
El 4 de noviembre se hizo público -proscribere a significa a la vez "publicar" y "proscribir"-, un edicto proconsular que comenzaba justificando las medidas tomadas, antes de enumerarlas: se prohibía proporcionar asilo y ayuda a los individuos que figuraran en la lista, so pena de muerte, y recompensaba con 40.000 sestercios (10.000 denarios) al denunciante y al asesino de un proscrito, prometiendo además la emancipación si el mismo era un esclavo. Los proscritos serían privados de sus tierras y fortunas. Al final venía una lista de 80 nombres pertenecientes al rango senatorial, todos ellos partidarios y antiguos magistrados de Mario y de Cina. Apareció una segunda lista al día siguiente, que contenía 220 nombres de caballeros. Y al día siguiente, una tercera y última con 220 nombres más.Había comenzado ya la caza de los proscritos, avivada por el espíritu de venganza y la codicia por las recompensas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Lucio_Cornelio_Sila

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