viernes, 18 de diciembre de 2015

Ioan Clamparu

Dios me ha dicho que no he hecho nada malo». Estas palabras, pronunciadas el pasado septiembre en un despacho del complejo policial de Canillas, son el epitafio a 25 años de carrera delictiva. 
Ioan Clamparu

Ioan Clamparu (Rumanía, 29 de octubre de 1968) se acababa de presentar en las dependencias del Grupo de Países del Este de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta Central, a sabiendas de que los investigadores, tras siete años fugitivo, le tenían localizado en Portugal.
La Policía Nacional daba así caza al dramático currículum de «Cabeza de Cerdo», uno de los mayores traficantes de mujeres del mundo. Esta misma semana, se conocía la dura sentencia que le imponía la Audiencia Provincial de Madrid: 30 años de prisión, la máxima pena, por cinco de los 350 casos de explotación sexual que se le atribuyen. Entre esta media decena de mujeres valientes que se atrevieron a denunciarle (aunque sólo dos comparecieron ante el plenario, como testigos protegidos), había una que, siendo aún menor de edad, fue obligada a abortar de manera salvaje.
La historia de este sujeto no se podría entender sin los cimientos que sustentaban el régimen comunista de Ceaucescu en su país. En las postrimerías de la atroz dictadura, Clamparu fue encarcelado en 1988 por un homicidio. Allí conoció a algunos de los que luego serían sus colaboradores más estrechos.
La caída del Telón de Acero y el inicio de una transición política en Rumanía, más fachada que otra cosa, creó una amalgama de mafias que no querían perder su trozo del pastel con la llegada de la democracia. Clamparu, entonces guardaespaldas de un destacado político de su país, aún en activo, importante empresario deportivo y con despacho en Bruselas, creció criminalmente a los pechos de políticos maquillados de reformistas y los servicios secretos de aquella época tan oscura del país del Este de Europa.
Era el destino «natural» para jóvenes cuya carrera deportiva prometía (en el mundo de la halterofilia o la lucha libre, como es el caso), pero que entonces no veía otra salida que vincularse al mundo del crimen.

fue detenido en 2001 después de años de búsqueda. Escurridizo y amante de Al Capone, su nombre figuraba en la lista de los criminales más buscados de Interpol.
Era conocido por las brutales palizas que daba a las chicas, la fuerte vigilancia a las que las tenía sometidas y el miedo que inpiraba. En estos momentos cumple 30 años de prisión por los delitos de determinación a la prostitución (cuatro delitos), determinación de menor de edad a la prostitución y al aborto. A pesar de que el líder había sido detenido, la banda siguió actuando hasta que este jueves han sido detenidas seis personas.
"La presión a la que estaba siendo sometido propició un contacto de Clamparu con agentes del Grupo de Localización de Fugitivos" de la Policía Nacional, en el que se acordó su entrega voluntaria, ha precisado.
Ioan Clamparu, alias "Cabeza de cerdo", nacido en Botosani (Rumanía) hace 43 años, era uno de los fugitivos más buscados internacionalmente, ya que tiene varias causas pendientes en España y sendas Órdenes Europeas de Detención y Entrega emitidas por Rumanía e Italia.
Clamparu ha sido condenado por sentencia firme en su país natal por tráfico de seres humanos, delitos relativos a la prostitución y blanqueo de capitales.
El 'modus operandi' era casi siempre el mismo, casi de manual: en Rumanía, captaban a las víctimas, les ofrecían trabajos normales en España y, una vez aquí, las obligaban a hacer la calle como esclavas, con la excusa de que debían abonar la deuda contraída con la organización.
Está acusado de liderar un grupo organizado dedicado a la explotación sexual de jóvenes rumanas en España, a las que ofrecía trabajados supuestamente legales, pero cuando llegaban a España les retiraba el pasaporte y todas sus pertenencias y las obligaba a ejercer la prostitución, quedándose la organización con todas las ganancias obtenidas por esa actividad.
En Italia, entre los años 2000 y 2002, lideró una organización delictiva dedicada al tráfico internacional de drogas en Italia, España y Bulgaria.
Esta organización se servía de refugios para almacenar la cocaína, y disponía de una amplia red de clientes en Milán (Italia).
Clamparu está acusado de ordenar el embarque de 27 kilos de cocaína desde España a Italia, transportándolo a Milán en un camión en el que viajaban correos que fueron detenidos en flagrante delito por la Policía.
Asimismo tiene varias causas abiertas en España, por delitos relativos a la prostitución, delitos de amenazas, y otros delitos conexos.
La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil ha destacado que la difusión de su imagen a través del canal Youtube de la Policía Nacional en noviembre de 2010 acabó con su anonimato y ha sido clave para que finalmente se entregara.

https://lacrimaseca.wordpress.com/2012/02/26/asi-se-fabrica-un-traficante-de-mujeres/

http://www.teinteresa.es/sucesos/Cabeza-obligado-entregarse-presion-policial_0_1294071341.html 

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