Henry Morgan (Llanrumney, Gales, Reino de Inglaterra, c. 1635 – Lawrencefield, Jamaica, 25 de agosto de 1688), o Sir Henry Morgan, fue un corsario, gobernante y marinero galés. Hijo de un rico labrador, dejó su hogar para acabar residiendo en la isla de Jamaica, donde empezó a asociarse con otros filibusteros de la época, como Christopher Myngs y el neerlandés Eduard Mansvelt, de quien fue seguidor.2
En connivencia con los gobernadores jamaicanos, bajo autoridad británica, y en medio de diversas tensiones políticas con potencias de la época, emprendió varias campañas bélicas contra las posesiones españolas en la zona del mar Caribe. Realizó su primera operación a gran escala en 1668 al saquear la ciudad de Puerto Príncipe (actual Camagüey) en Cuba, y culminó con la atrevida acometida a la ciudad de Panamá en 1670. En este lugar, a pesar de tener las circunstancias en su contra al atravesar el istmo de Panamá a través de la selva, y con evidente desventaja de hombres y armamento,3 demostró sus dotes de mando al encabezar una banda de asaltantes hasta lograr la victoria.
A pesar de los desmanes cometidos durante sus expediciones en América, fue nombrado caballero por el rey Carlos II de Inglaterra el año de 1674, y ocupó el cargo de Teniente Gobernador de Jamaica, donde ejerció la función de perseguir a piratas de la zona.4 En sus últimos años de vida sufrió de una precaria salud. Al morir, sus restos fueron sepultados en el cementerio de Palisadoes de Port Royal.
A pesar de que Morgan fue recibido con honores en Jamaica, las consecuencias del saqueo de Panamá tuvieron repercusión en el gobernador Modyford. Ante los reclamos de España, pues no existía en ese momento conflicto contra Inglaterra, se consideró el ataque como un acto de piratería. Modyford fue llamado ante la justicia británica y fue encerrado en la Torre de Londres por dos años. Pasado el período regresó a Jamaica como Encargado de Justicia.116 Su puesto fue tomado por Thomas Lynch quien, para apaciguar los reclamos españoles, embarcó a Morgan con rumbo a Inglaterra el 6 de abril de 1672. En espera de su condena, el galés no fue confinado, pues pudo deambular en la ciudad de Londres libremente. En enero de 1674, ante amenazas de piratas franceses sobre Jamaica, regresó a la isla. Antes de su partida, el rey Carlos II le nombró caballero y le concedió el cargo de Teniente de Gobernador en Jamaica.117
En la isla sus actuaciones hacia los piratas fueron ambivalentes, pues en unas ocasiones fue benévolo y otras tiránico: no pocas veces mandó ahorcar en la zona de Gallow´s Point, en Port Royal, a quienes se rehusaron a abandonar la piratería.4 En total sirvió por tres periodos en el cargo.118
Después de ejercer en las funciones públicas, prefirió departir con sus viejos camaradas bebiendo en las cantinas de Port Royal, ya que nunca pudo acoplarse con los vaivenes políticos de la isla.20 En sus años postreros, Morgan sufrió de una mala salud debido, probablemente, a su pasado turbulento de abuso de alcohol y noches de juerga. Con el vientre «agigantado por la hidropesía, abotargado y gotoso»,119 murió el 25 de agosto de 1688 en Lawrencefield, Jamaica.120 El día siguiente fue enterrado en el cementerio de Palisadoes cerca de Port Royal,4 localidad que fue destruida por tres fuertes movimientos telúricos cuatro años después, el 7 de junio de 1692;121 sepultando asimismo la tumba del filibustero. Con su esposa Mary Elizabeth no dejó descendencia. Según un historiador jamaicano:
…[Henry Morgan] era más que un bucanero (sic). El mismo hombre que pudo blasfemar, maldecir, beber y fornicar con sus camaradas en cualquier antro, o liderar una banda de delincuentes por millas a través de junglas hostiles y pantanos... también demostró ser un astuto político con una visión amplia, superior a quienes atrajo con su peculiar magnetismo.4
https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Morgan
En connivencia con los gobernadores jamaicanos, bajo autoridad británica, y en medio de diversas tensiones políticas con potencias de la época, emprendió varias campañas bélicas contra las posesiones españolas en la zona del mar Caribe. Realizó su primera operación a gran escala en 1668 al saquear la ciudad de Puerto Príncipe (actual Camagüey) en Cuba, y culminó con la atrevida acometida a la ciudad de Panamá en 1670. En este lugar, a pesar de tener las circunstancias en su contra al atravesar el istmo de Panamá a través de la selva, y con evidente desventaja de hombres y armamento,3 demostró sus dotes de mando al encabezar una banda de asaltantes hasta lograr la victoria.
A pesar de los desmanes cometidos durante sus expediciones en América, fue nombrado caballero por el rey Carlos II de Inglaterra el año de 1674, y ocupó el cargo de Teniente Gobernador de Jamaica, donde ejerció la función de perseguir a piratas de la zona.4 En sus últimos años de vida sufrió de una precaria salud. Al morir, sus restos fueron sepultados en el cementerio de Palisadoes de Port Royal.
A pesar de que Morgan fue recibido con honores en Jamaica, las consecuencias del saqueo de Panamá tuvieron repercusión en el gobernador Modyford. Ante los reclamos de España, pues no existía en ese momento conflicto contra Inglaterra, se consideró el ataque como un acto de piratería. Modyford fue llamado ante la justicia británica y fue encerrado en la Torre de Londres por dos años. Pasado el período regresó a Jamaica como Encargado de Justicia.116 Su puesto fue tomado por Thomas Lynch quien, para apaciguar los reclamos españoles, embarcó a Morgan con rumbo a Inglaterra el 6 de abril de 1672. En espera de su condena, el galés no fue confinado, pues pudo deambular en la ciudad de Londres libremente. En enero de 1674, ante amenazas de piratas franceses sobre Jamaica, regresó a la isla. Antes de su partida, el rey Carlos II le nombró caballero y le concedió el cargo de Teniente de Gobernador en Jamaica.117
En la isla sus actuaciones hacia los piratas fueron ambivalentes, pues en unas ocasiones fue benévolo y otras tiránico: no pocas veces mandó ahorcar en la zona de Gallow´s Point, en Port Royal, a quienes se rehusaron a abandonar la piratería.4 En total sirvió por tres periodos en el cargo.118
Después de ejercer en las funciones públicas, prefirió departir con sus viejos camaradas bebiendo en las cantinas de Port Royal, ya que nunca pudo acoplarse con los vaivenes políticos de la isla.20 En sus años postreros, Morgan sufrió de una mala salud debido, probablemente, a su pasado turbulento de abuso de alcohol y noches de juerga. Con el vientre «agigantado por la hidropesía, abotargado y gotoso»,119 murió el 25 de agosto de 1688 en Lawrencefield, Jamaica.120 El día siguiente fue enterrado en el cementerio de Palisadoes cerca de Port Royal,4 localidad que fue destruida por tres fuertes movimientos telúricos cuatro años después, el 7 de junio de 1692;121 sepultando asimismo la tumba del filibustero. Con su esposa Mary Elizabeth no dejó descendencia. Según un historiador jamaicano:
…[Henry Morgan] era más que un bucanero (sic). El mismo hombre que pudo blasfemar, maldecir, beber y fornicar con sus camaradas en cualquier antro, o liderar una banda de delincuentes por millas a través de junglas hostiles y pantanos... también demostró ser un astuto político con una visión amplia, superior a quienes atrajo con su peculiar magnetismo.4
https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Morgan
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