viernes, 19 de junio de 2015

Rodrigo Calderón

Rodrigo Calderón de Aranda (Amberes, 1576 - Madrid, 21 de octubre de 1621) fue un político y militar español al servicio de Felipe III, quien le recompensó con los títulos de I conde de la Oliva de Plasencia (1612) y I marqués de Siete Iglesias (1614) y valido o favorito del duque de Lerma.

Rodrigo Calderón
En 1598 se encontraba al servicio del duque de Lerma, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, siendo su secretario. La llegada de Felipe III al trono español ese mismo año hizo que el duque de Lerma, quien tuvo gran influencia sobre el rey, fuese nombrado grande de España. Calderón, que era un hombre activo, ambicioso y sin escrúpulos, se convirtió en el hombre de confianza del duque. Fue nombrado conde de Oliva, comendador de Ocaña y secretario de la cámara, o lo que es lo mismo, secretario del rey. Además, contrajo un ventajoso matrimonio en Valladolid con Inés de Vargas y Trejo, heredera del señorío de la Oliva de Plasencia.

Por su personalidad insolente, fue especialmente odiado por los enemigos del duque de Lerma. Dos religiosos, Juan de Santa María, fraile franciscano, y Mariana de San José, priora de La Encarnación, trabajaron con la reina Margarita, bajo cuya influencia Calderón fue relegado de su puesto de secretario en 1612. Sin embargo, conservó el favor del duque de Lerma, un hombre indolente para quien el trabajo de Calderón era indispensable.

Cuando el duque de Lerma fue conducido hasta la Corte en 1618 por las acusaciones de su propio hijo, el duque de Uceda, y del confesor del rey, el dominico Aliaga, Calderón fue utilizado como chivo expiatorio para calmar las voces del pueblo. Fue arrestado la noche del 20 de febrero de 1619 en su palacio de Valladolid y conducido a Madrid1 donde fue salvajemente torturado para conseguir que confesase los cargos que contra él pesaban de asesinato y brujería. Confesó el asesinato de Juaras, pero rechazó firmemente el resto de los cargos que le acusaban de asesinato y brujería.
Murió ejecutado en la plaza Mayor de Madrid el 21 de octubre de 1621, al comienzo del reinado de Felipe IV. Su dignidad y valentía ante la adversidad de la muerte le hizo merecedor del refranero español: "Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca", aunque no fue ahorcado, sino degollado, al ser de condición noble.
Calderón fue un ávido coleccionista de obras de arte. Donó numerosos cuadros al convento de Porta Coeli de Valladolid, que él mismo había financiado. Durante su estancia en Flandes, adonde fue como embajador, compró una importante colección de cuadros de arte flamenco, especialmente de Rubens, entre los que destaca La Adoración de los Reyes Magos, pero también de Jan Brueghel de Velours, Otto van Veen o Pieter van Avont, muchos de los cuales figuran hoy en el Museo del Prado.2 Además compró tapices, joyas y mobiliario.

https://es.wikipedia.org/wiki/Rodrigo_Calder%C3%B3n

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