La Revolución
de Asturias fue una insurrección obrera ocurrida en Asturias en
el mes de octubre de 1934 que formaba parte de
la huelga general revolucionaria y
el movimiento armado organizado por los socialistas en
toda España conocido
con el nombre de Revolución de Octubre de 1934 y que
sólo arraigó en Asturias,1 debido fundamentalmente a que allí la
anarquista CNT sí que se integró
en la Alianza Obrera propuesta por los
socialistas de la UGT y
el PSOE,
a diferencia de lo sucedido en el resto de España. De ahí que la forma de
organización social y política de la Comuna Asturiana —nombre con el que también se conoce a la
Revolución de Asturias, por sus similitudes con la Comuna de París de 1871—2 fuera la instauración de
un régimen socialista3 en las localidades donde
predominaban los socialistas (o los comunistas), como Mieres,
donde se proclamó la República Socialista, o como Sama de Langreo;
o comunista libertario donde predominaran
los anarcosindicalistas de la CNT, como
en Gijón y
sobre todo en La Felguera.4
Detenciones de obreros en Asturias por la guardia civil |
Fue duramente reprimida por el gobierno radical-cedista de Alejandro
Lerroux, contra el que se había lanzado la insurrección por haber
dado entrada en el gobierno a tres ministros del partido no republicano CEDA, recurriendo, por
decisión del general Franco que dirigió las operaciones
militares desde Madrid, a las tropas coloniales marroquíes —los regulares del Ejército de África— y a la Legión procedentes del Marruecos español.5 A pesar de ser derrotada, la
Revolución de Asturias se convirtió en
casi un mito para
la izquierda obrera
española y europea, a la altura de la Comuna de París o el Sóviet de Petrogrado de 1917,6 ya que fue la «última
revolución social, bien que fracasada, del
occidente europeo».7
A día
de hoy, la cuestión sobre las bajas que se produjeron sigue siendo
controvertida: Según el historiador Julián Casanova durante los combates que siguieron al levantamiento
armado murieron 1100 personas entre las que apoyaron la insurrección, además de
unos 2000 heridos, y hubo unos 300 muertos entre las fuerzas de seguridad y el
ejército; 34 sacerdotes y religiosos fueron asesinados.64 Casanova coincide casi completamente con la cifras dadas hace tiempo
por Hugh Thomas que situó el número de víctimas mortales en 2000
personas: 230-260 miembros de las fuerzas armadas (incluyendo Guardias civiles y Guardias de Asalto), 33 sacerdotes, 1500 mineros en los combates y otros 200
durante la represión (entre ellos el periodista Luis de Sirval, quien señaló las torturas y las ejecuciones habidas durante
la represión, motivo por el que sería asesinado por tres oficiales de la Legión).65nota 3 En toda España fueron encarceladas entre 30 00065 y 40 000 personas.66 Miles de obreros perdieron sus puestos de trabajo.67
FUENTE: WIKIPEDIA
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