viernes, 12 de febrero de 2016

JUSTICIA INJUSTA

Parece una contradicción pero no lo es. La justicia no solamente es injusta cuando se equivoca sino sobre todo cuando sabiendo que está equivocada persiste en el error. Ahí reside la atrocidad de los jueces, que no de la justicia.
veamos unos casos donde jueces inútiles y malvados se han convertido en paradigma de la injusticia condenando a inocentes a una existencia dolorosa e injusta arruinandoles la vida o en el peor de los casos quitándosela.

http://www.comunicacionestian.com/3248-la-justicia-no-tiene-prisa-ni-cuando-se-equivoca

  • caso Wanninkhof: es un caso de error jurídico grave que sucedió cuando, en un ambiente de histeria popular creado por los medios de comunicación y en un juicio plagado de irregularidades por parte de las autoridades judiciales y policiales, Dolores Vázquez Mosquera fue declarada culpable por un jurado popular de la muerte de Rocío Wanninkhof, quien había sido asesinada en octubre de 1999 cerca de Mijas, provincia de Málaga. Unos años después se descubrió el error al resolverse otro asesinato posterior, el de la joven Sonia Carabantes, en agosto de 2003 y descubrirse que el ADN del asesino de Sonia Carabantes coincidía con el ADN encontrado en pruebas del caso Wanninkhof.
 https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Wanninkhof
  • James Richardson, de 77 años de edad, es un hombre natural de Florida que acaba de regresar a su ciudad natal, Arcadia, donde en 1967 fue condenado injustamente y encarcelado por las muertes por envenenamiento de sus siete hijos.
  • Tan solo unos días antes del que se suponía que iba a ser el debut como lanzador de los Tigres de Detroit en 1981, un joven jugador de béisbol con mucho talento de 21 años de edad fue detenido y acusado de asesinato en Florida. William Dillon, ahora de 53 años, fue condenado por el crimen. Supuestamente fue visto en la playa en la que se encontró el cuerpo, a pesar de tener una coartada fiable. No sirvió de nada, ya que un preso, en un ardid para rebajar su condena, mintió y dijo que Dillon le había confesado el asesinato mientras esta a la espera de juicio. Después de estar 27 años tras las rejas, Dillon fue exonerado del delito y quedó libre gracias a la ayuda de las pruebas de ADN y al Proyecto Inocencia, una organización dedicada a investigar casos de personas injustamente condenadas.
  • Kirk Bloodsworth estaba en el corredor de la muerte cuando fue puesto en libertad gracias a unas pruebas de ADN. Fue condenado por la violación y asesinato de una niña de 9 años de edad, en Baltimore, Maryland, en 1985, y pasó casi nueve años en prisión - dos de ellos en el corredor de la muerte - hasta que su abogado encontró la manera de que se realizaran pruebas de ADN, gracias a lo cual se liberó a Kirkblood y la policía pudo encontrar al verdadero asesino
  • En 1994, Robert Dewey fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por un delito que nunca cometió. Fue puesto en libertad 17 años más tarde, cuando la tecnología del ADN pudo demostrar que nada tuvo que ver con el asesinato por estrangulamiento de una joven mujer de 19 años de edad, en Palisade, Colorado
  • Dos adolescentes fueron asesinados a tiros en unas gradas con vistas a una piscina en el Parque Washington, en el South Side de Chicago, en 1982. Anthony Porter fue acusado, condenado y sentenciado a muerte por el crimen. Cincuenta horas antes de que Porter fuera ejecutado con una inyección letal, la Corte Suprema suspendió la ejecución, citando una investigación que aseguraba que su nivel de inteligencia era demasiado bajo como para que entendiera lo que estaba pasando. La suspensión permitido una investigación más completa del caso de Porter, lo que llevó a la retractación del testimonio de un testigo clave que alegó que había sido presionado por la policía para que identifircara a Porter como asesino tras 17 horas de interrogatorio. El verdadero asesino fue encontrado, detenido y condenado. Anthony Porter fue puesto en libertad en 1999.
  • Una chica de 19 años de edad fue encontrada muerta en una zanja en New Jersey en 1994 y Gerard Richardson se convirtió en el sospechoso de ser el autor del crimen. La fiscalía utilizó como prueba para condenarlo la marca de una mordedura. Pero estaban equivocados. Pruebas de ADN realizadas gracias a la organización Proyecto Inocencia lo demostraron en octubre de 2013.  La nueva prueba demostró que la marca de mordedura utilizada para condenar a Richardson pertenecía a otro hombre. Después de casi 20 años tras las rejas, Richardson era un hombre libre. Richardson no habría podido optar a la libertad condicional hasta mayo de 2025.


    • James Bain, un hombre de Florida que fue injustamente condenado a cadena perpetua por allanamiento de morada, secuestro y violación en 1974. Bain mantuvo su inocencia desde el primer día, pidiendo a los tribunales que realizaran la prueba de ADN cuando esta estuvo disponible. Una organización no lucrativa llamada  Proyecto Inocencia de Florida que se dedica a ayudar a exonerar a condenados injustamente, escuchó su caso y decidió ayudarlo. Es una buena hora lo hicieron. Las pruebas de ADN demostraron que Bain nunca pudo haber cometido la violación, y ocho meses más tarde él era un hombre libre. Los 35 años que Bain pasó encerrado es el tiempo más largo que una persona ha estado en prisión hasta finalmente ser liberado gracias a pruebas de ADN. Bain recibió 1,7 millones de dólares del Estado en compensación por el error cometido.
  • Nunca cometió el crimen, pero los policías que lo interrogaron hicieron que se derrumbara psicológicamente hasta el punto de hacerlo confesar algo que no hizo, lo que le costó 20 años de prisión. Eso es lo que le pasó a Juan Rivera, quien fue exonerado en 2012 de su injusta condena de prisión por la violación y asesinato en 1992 de una niña de 11 años de edad, en Waukegan, Illinois. Rivera fue hallado culpable en tres ocasiones, a pesar de que las pruebas de ADN vinculaban la violación con otra persona. En la tercera revisión de caso, el juez dictaminó que no podía ser encontrado culpable más allá de una duda razonable.

  • Después de pasar casi 18 años en la cárcel de una sentencia de 20 por la violación de una ama de casa, dos hombres fueron puestos en libertad y compensados con varios millones de dólares cuando las pruebas de ADN los exoneraron del crimen. Larry Davis y Alan Northrup fueron encarcelados en el condado de Clark, Washington, en 1993, cuando aun no se realizaban pruebas de ADN. Pero cuando este tipo de pruebas se podían realizar, Proyecto Inocencia de Washington se hizo cargo del caso y se puso a trabajar, para finalmente liberar y exonerar a Northrup y Davis en 2010. Cada uno de ellos recibió 5,25 millones de dólares a modo de indemnización.
  • A veces la policía no consigue detener al malo de la película, entonces crea uno. Eso es lo que Daryl Burton alega, que el Departamento de Policía de St. Louis fabricó una serie de pruebas y ocultó otras, lo que dio lugar a su injusta condena a prisión por el asesinato de un hombre en una gasolinera en 1984. Burton fue condenado a cadena perpetua por el crimen, pero fue exonerado en 2008, cuando un juez decretó su libertad, ya que él era un hombre inocente, tal y como mantuvo durante el juicio. Después de 24 años de prisión y dos años de libertad provisional, Burton demandó a la ciudad, a la junta de comisionados de policía y varios funcionarios de policía, alegando que los testigos fueron dirigidos para acusarlo del crimen. También afirmó que la policía creó informes falsos y se ocultaron descripciones de testigos oculares del verdadero asesino, que a su vez fue asesinado en 1986.
 
 

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