Edwardd Teller |
Edward Teller1 (Budapest, Hungría; 15 de
enero de 1908-Stanford, California, Estados Unidos; 9
de septiembre de 2003) fue un físico de
origen húngaro, nacionalizado estadounidense en 1941, país al que había
emigrado en 1935 huyendo de las persecuciones de la Alemania de Hitler.
Es especialmente recordado por su vinculación en la fabricación
de la bomba de hidrógeno, por lo que se le
atribuye el sobrenombre de «padre de la bomba H». Su figura pública fue siempre
controvertida a causa de la dureza en sus críticas, en especial contra Robert Oppenheimer, así como sus
decisiones y su personalidad ególatra; pero en
el ámbito científico y académico era considerado como poseedor de una mente
brillante.2 Recibió
importantes honores y fue criticado por muchos de sus compañeros de profesión
por sus actuaciones.
Siendo
un físico de gran talento adquirió una posición preeminente entre la comunidad
científica norteamericana. En 1939, acompañó a Leó Szilárd a ver a Albert Einstein para persuadirle de escribir una carta al presidente Franklin
Roosevelt en la que le sugería el desarrollo de un
programa armamentístico nuclear ante el temor de que la Alemania nazi pudiera
desarrollar tales armas.
Laboratorio de Los Álamos
En 1942,
Teller fue invitado a formar parte del seminario de planificación de verano
de Robert Oppenheimer en la Universidad de California, Berkeley sobre
los orígenes del Proyecto Manhattan, el esfuerzo estadounidense para
desarrollar las primeras armas nucleares.
Unas semanas antes, Teller se había reunido con su amigo y colega Enrico Fermi para
hablar de las perspectivas de la guerra atómica, y
Fermi había sugerido despreocupadamente que tal vez un arma basada en la fisión nuclear podría
utilizarse para desencadenar una reacción de fusión nuclear aún
mayor. Aunque al principio explicó a Fermi por qué pensaba que la idea no funcionaría,
Teller quedó fascinado por la posibilidad y se aburrió rápidamente con la idea
de "sólo" una bomba atómica, aunque ésta aún no estuviera ni cerca de
completarse. En la sesión de Berkeley, Teller desvió la discusión del arma de
fisión a la posibilidad de un arma de fusión, a la que llamó "Súper",
una concepción temprana de la bomba de hidrógeno.45
Una de las actuaciones más criticadas de Teller es durante la
llamada Auditoría
de Seguridad promovida por el FBI en donde formuló una grave
acusación al padre de la bomba atómica Robert
Oppenheimer sindicándolo como espía del comunismo y que fue apoyada
por J. Edgar Hoover, lo que provocó la salida del escenario de
Oppenheimer dejando libre a Teller para coproducir la bomba H, a la cual
Oppenheimer se oponía.
En unas declaraciones que hizo a la prensa, Teller decía que
«lamentaba la decisión de Truman de lanzar la bomba A sobre las ciudades
japonesas» y concluía que «deberían haberse probado primero de una forma que
hubiera impresionado suficientemente a los líderes japoneses como para poner
fin a la guerra». Sin embargo, una vez concluida la Segunda
Guerra Mundial, Teller influyó en el presidente Harry Truman, convenciéndolo de la necesidad de fabricar y
poseer una potente bomba de hidrógeno para proporcionar al país una defensa
nacional fuerte y continuada capaz de intimidar a la Unión
Soviética y de superar el desarrollo de armas nucleares de fisión.
La primera bomba de hidrógeno fue detonada en noviembre de
1952 en el atolón de Enewalk, en el océano
Pacífico. En el desarrollo de este ingenio termonuclear fueron
destacadas las contribuciones de Teller, Stanislaw Ulam, Hans
Bethe (antiguo director de la división técnica del Proyecto
Manhattan) y del joven físico Richard
Garwin. Esta primera bomba H tenía una potencia 2500 veces mayor
que las bombas atómicas lanzadas en 1945 sobre Hiroshima y Nagasaki.
Teller fue también uno de los primeros científicos en sugerir
que la explosión de un arma nuclear en el espacio podría utilizarse para
destruir o desviar de su trayectoria un asteroide en ruta de colisión con la Tierra.
Fuente
https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Teller
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