miércoles, 16 de diciembre de 2020

LA GUERRA PARA QUE SIRVE -La réplica de un lector cualquiera

 

Hola Ian Morris permíteme que te tutee.

Hace poco, un primo mío, al que aprecio sobremanera,  sabedor de que el tema de la guerra me interesa y preocupa bastante, me regaló tu libro : “Guerra ¿Para qué sirve?.

Yo ya tenía bastante claro que la guerra solo servía para destruir y hacer inmensamente ricos a los fabricantes de armas y a unos cuantos oportunistas comparables a los cuervos y demás carroñeros que se aprovechan de la muerte.

Sin embargo me apresté a leer tu libro que ya en la introducción me aseguraba que la guerra servía para el bien común, nada más y nada menos. Es más  dices que, a largo plazo, la guerra ha servido para que la humanidad sea más rica y viva con más seguridad.


Dices también que si uno es lo bastante afortunado para nacer en un país industrializado en el siglo XX, las probabilidades de morir violentamente eran una media de diez veces menores que las de alguien nacido en una sociedad de la edad de piedra.

Menos mal que luego (pág. 21) dices que la facción perdedora suele vivir en la pobreza durante generaciones pero que con el paso del tiempo, décadas, quizás siglos, aclaras, nace una sociedad más grande y mejora la vida de todos los habitantes de dicha población. Menos mal que específicas que eso sucede a largo plazo.

Yo no sé si tus fuentes mí querido Ian tendrán razón. No sé de donde habrá sacado el aluvión de pruebas  Lawrence Keeley para decir que las sociedades de la edad de piedra eran brutalmente violentas. Seguramente tendrá razón pero de ahí a decir que gracias a las guerras nos hemos vuelto pacíficos va un abismo.

Bueno, voy a evitar enrollarme. Simplemente recordarte unos cuantos datos.

Pitirim Sorokin hizo dos estimaciones, en 1937 y 1962, sacando como resultados que: entre 400 a. C. y 500 dC. los romanos perdieron 885 000 hombres en los campos de batalla y las polis griegas entre 500 a. C. y 146 a. C. 305 000 combatientes.22

·        Guerras púnicas

·        Primera guerra púnica (264 a. C.-241 a. C.): 400 000 muertos, mayoría romanos.2223

·        Segunda guerra púnica (218 a. C.-202 a. C.): 300 000 muertos, un tercio en Italia y otro en Hispania, el resto se reparte en los demás frentes de batalla.22

·        Tercera guerra púnica (149 a. C.-146 a. C.): De los 500 000 habitantes de Cartago solo 55 000 sobreviven a la guerra, los sobrevivientes son esclavizados (445 000 muertos).22

·        Guerra cimbria (113 a. C.-101 a. C.): 275 000 a 310 000 muertos.22

·        Guerra social (91 a. C.-88 a. C.): 300 000 muertos.22

·        Guerras mitridáticas

·        Vísperas asiáticas (88 a. C.): 80 000 a 100 000 ciudadanos romanos muertos.

·        Tercera guerra mitridática (74 a. C.-65 a. C.): 300 000 pónticos y 100 000 armenios muertos.22

·        Primera guerra civil de la república romana: entre 50.000 y 70.000 romanos muertos

·        Guerra de Sertorio (82 a.C.-72 a. C.)

·        Guerras serviles: 1 000 000 de esclavos muertos.2224

·        Guerra de las Galias (58 a. C.-51 a. C.): 400 000 a 1 000 000 muertos y 1 000 000 de esclavizados.22

·        Rebelión de Boudica (60-61 dC.): 70 000 romanos y aliados y 80 000 britanos rebeldes muertos según Tácito.22

·        Guerras judeo-romanas (historiadores modernos tienden a considerar demasiado exageradas el número de muertos para la provincia de Judea , que estaba poco poblada se suelen estimar en 400 000 muertos en total).22

·        Primera guerra judeo-romana (66-73 dC.): 600 000 muertos según Tácito y 1 100 000 muertos y 97 000 esclavizados según Flavio Josefo.22

·        Guerra de Kitos (115-117): 240 000 muertos en Chipre y 200 000 en Cirene.22

·        Rebelión de Bar Kojba (132-135) 580 000 muertos.22

·        Persecución a los cristianos (30-313): 100 000 cristianos martirizados.22

·        Guerra de Marco Aurelio contra Partia (161-166): 400 000 persas muertos y 100 000 esclavizados.22

·        Invasiones bárbaras (siglos III-V): producto de las invasiones, guerras civiles, hambrunas, pestes, ruina económica y baja en la tasa de natalidad el imperio pudo perder unos siete millones.22

 

Fuente: Wikipedia

 

No te voy a relatar los genocidios, masacres, fenómenos exterminatorios como las cruzadas, la inquisición, el comercio de esclavos, etc, etc.

Cientos de miles de muertos y barbaridades sin cuento sin contar la situación actual africana resultado directo del secuestro y posterior transporte a Asia y a América de sus hombres y mujeres en edad productiva. Sin contar el robo de sus materias primas por los países “civilizados” de Europa.

Por cierto que en África llevan en guerras civiles y de las otras toda la vida. Según tu teoría tendrían que ser los más prósperos y pacíficos del mundo.

Vaya, que si querías demostrar que “ el fin de una sociedad próspera y pacífica justifica los medios que quedan líneas atrás” te ha salido el tiro por la culata.

Un saludo y que sigas disfrutando junto a tu familia y tus perros en las montañas de California pero no vayas a pensar que es gracias a las masacres, batallas y guerras que entre 1850 y 1880 y que se conocen como las guerras indias de California. Claro me dirás que ahora los indios en California están genial, que,  ya en el siglo XX  fueron compensados con dinero y que ahora viven en paz en Los Ángeles muchas comunidades indígenas.

Algunos antropólogos insisten en que la resistencia indígena a menudo se utiliza para camuflar el genocidio en la historia colonial. Por ejemplo, la etapa final de la guerra Modoc se desencadenó cuando los hombres modoc liderados por Kintpuash (alias el Capitán Jack) asesinaron al general Edward Canby en la tienda de la paz en 1873. Sin embargo, no es muy conocido que entre 1851 y 1872 la población modoc disminuyó entre el 75 y el 88 % como resultado de siete campañas anti-modoc iniciadas por los blancos.24​ Hay evidencia de que la primera masacre de los modocs por los hombres blancos posiblemente ocurrió ya en 1840. Según la historia contada por un jefe de la tribu Achumawi (vecina a los modocs), un grupo de tramperos del norte se detuvo junto al lago Tule alrededor del año 1840 e invitó a los modocs a una fiesta. Cuando se sentaron a comer, el cañón fue disparado y muchos indios fueron asesinados. El padre del capitán Jack estaba entre los sobrevivientes de ese ataque. Desde entonces, los modocs resistieron a los intrusos notoriamente.25  

Fuente: Wikipedia

Bueno Ian , Lo siento no me has podido vender la moto de  las bondades y beneficios de la guerra y si estás tan seguro de lo que dices te invito a vivir en Palestina, Siria, Yemen, Sudán, Etiopía, Etc, etc , Ah, perdona, que me has dicho que los beneficios se notan en unos cuantas decenas o ¿son cientos? De años.

Por cierto no tienes más que entrar en la wikipedia para echar un vistazo a las consecuencias de las guerras mundiales y otros conflictos para que no te emociones con los aspectos positivos que no te discuto que los tiene sobre todo para los fabricantes de armas. Ahí te van unos enlaces para que disfrutes:

Consecuencias de la primera guerra mundial


Un saludo

Un lector escéptico

Por si no tuvieses suficiente con mi analisis ahi te va uno más inteligente:

Crítica al libro de Ian Morris, "La guerra, ¿para qué sirve?: El conflicto y el progreso de la civilización, desde los primates hasta los robots", gira en torno a su provocadora tesis: que la guerra, lejos de ser un mal absoluto, ha sido un motor crucial del progreso humano. Morris sostiene que los conflictos a gran escala, al permitir la creación de sociedades más grandes y organizadas, han logrado una reducción neta de la violencia y un aumento de la prosperidad a largo plazo.

Argumentos a favor

·        Visión a largo plazo: El principal argumento del libro es que, si se mira la historia humana en una escala de miles de años, la tasa de muertes violentas por persona ha disminuido significativamente. . Morris atribuye este fenómeno a las guerras "productivas", aquellas que consolidaron pequeños grupos en grandes estados con leyes y gobiernos capaces de suprimir la violencia interna.

·        Creación de estados: El autor argumenta que la guerra es el mecanismo principal por el cual se han formado los estados centralizados. Estos estados, a su vez, han proporcionado la seguridad y la estabilidad necesarias para el desarrollo de la agricultura, el comercio y la tecnología, lo que ha llevado a una mejora en la calidad de vida de las poblaciones.

·        Estilo de escritura: La mayoría de los críticos elogian la erudición de Morris y su capacidad para presentar un argumento complejo de manera accesible y atractiva. Utiliza una gran variedad de fuentes, desde la arqueología hasta la biología, para respaldar su tesis.


Críticas y objeciones

·        Puntos de datos cuestionables: Los críticos señalan que la evidencia para la violencia en las sociedades prehistóricas a menudo es escasa y se basa en datos "impresionistas", lo que hace que algunas de sus afirmaciones cuantitativas sean difíciles de verificar.

·        Simplificación de la historia: A pesar de la amplitud de la obra, algunos historiadores argumentan que Morris simplifica en exceso la compleja interacción de factores que dan forma a la historia. La guerra, la tecnología, la cultura y la geografía se influyen mutuamente, y atribuir el progreso solo a la guerra es reduccionista.

·        Ignora el sufrimiento humano: La crítica más fuerte es que, al enfocarse en los beneficios a largo plazo, el libro minimiza el inmenso sufrimiento humano causado por la guerra, la destrucción, la esclavitud y las atrocidades que son parte inherente de los conflictos. Se le acusa de ofrecer una visión "fría" o "deshumanizada" de la historia.


En resumen, el libro de Morris es una obra audaz y provocadora que desafía la visión convencional de la guerra. Si bien su tesis ofrece un punto de vista interesante sobre el papel de la guerra en la historia, muchos críticos cuestionan la metodología, la simplificación y la falta de consideración por el coste humano del conflicto.

El problema con la tesis de Ian Morris no es si la guerra ha llevado a una menor violencia a largo plazo, sino si este resultado justifica los medios utilizados. La pregunta ética fundamental aquí es: ¿el fin justifica los medios? La respuesta, desde una perspectiva filosófica y moral, es compleja y depende en gran medida del marco ético que se utilice.


Utilitarismo: el fin justifica los medios

Desde una perspectiva utilitarista, la respuesta podría ser "sí". El utilitarismo, en su forma más simple, sostiene que la mejor acción es aquella que maximiza la utilidad, entendida como el bienestar general o la felicidad para el mayor número de personas. Si se puede demostrar que la muerte de un millón de personas en una guerra lleva a la paz duradera y a la prosperidad de mil millones, un utilitarista estricto podría argumentar que la guerra fue una acción éticamente correcta. Ian Morris, al enfocarse en los beneficios a largo plazo y en la reducción neta de la violencia, se inclina fuertemente hacia este tipo de razonamiento.

Deontología: los medios son lo que importan

En contraste, la deontología, propuesta por filósofos como Immanuel Kant, se centra en la moralidad de las acciones en sí mismas, independientemente de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, la violencia, el asesinato y la destrucción inherentes a la guerra son actos fundamentalmente inmorales. Un deontólogo argumentaría que no se puede justificar el uso de medios inmorales, como matar a personas inocentes, sin importar el resultado final. Para Kant, las personas no deben ser tratadas como simples medios para un fin, sino como fines en sí mismas.


La paradoja moral de la guerra

Aquí radica la paradoja moral de la guerra:

  • Los "fines" son innegablemente positivos: la paz, la prosperidad, el cese de la violencia.
  • Los "medios" son innegablemente horribles: la muerte, el sufrimiento, la destrucción, el trauma.

Aunque se pueda argumentar que la guerra ha tenido consecuencias positivas a largo plazo, eso no la convierte en un "bien". La crítica a Morris no es solo que ignora el sufrimiento humano, sino que, al adoptar una visión puramente utilitarista, minimiza la importancia de la dignidad humana y de los derechos individuales que son violados en cada conflicto. La pregunta persiste: ¿es aceptable construir una sociedad "mejor" sobre un mar de sangre y lágrimas?

La mayoría de las personas, fuera de un estricto marco utilitarista, dirían que no. La historia no es un laboratorio donde se pueda sacrificar a una generación para mejorar la siguiente. Cada vida perdida en la guerra es un fin en sí misma, con un valor intrínseco que no puede ser justificado por la promesa de un futuro mejor.

La relación entre la guerra y el negocio es uno de los aspectos más oscuros y cínicos de los conflictos humanos. Mientras la gran mayoría de la población sufre las consecuencias de la guerra, existe una minoría que obtiene inmensos beneficios económicos.

El Complejo Militar-Industrial

El término más conocido para describir esta relación es el "complejo militar-industrial". Este concepto se refiere a la alianza entre la industria de defensa (empresas que fabrican armas, equipamiento militar y tecnología bélica), los militares y los gobiernos. Juntos, forman un círculo vicioso:

·        La industria armamentista necesita conflictos para vender sus productos. Las guerras y las tensiones geopolíticas son su principal motor de negocio.

·        Los gobiernos son sus principales clientes. Destinan enormes presupuestos a la "defensa nacional", lo que a menudo significa la compra de armas y la financiación de la investigación militar.

·        Los militares tienen un interés en la modernización de sus arsenales y en la justificación de su existencia, lo que a menudo implica la promoción de una amenaza, real o percibida.

¿Quiénes se benefician?

Los beneficiados no son solo las grandes corporaciones como Lockheed Martin, Raytheon Technologies, Boeing o Northrop Grumman, que figuran entre las mayores empresas de armamento del mundo. El negocio de la guerra se extiende a:

·        Bancos y entidades financieras: Que financian la producción y el comercio de armas.

·        Contratistas privados: Empresas que ofrecen servicios de seguridad, logística y apoyo en zonas de conflicto, a menudo a un alto coste.

·        Países productores de armas: Como Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Alemania y otros, que utilizan la exportación de armas como una herramienta de política exterior y una fuente de ingresos.

·        Ciertos políticos y funcionarios: A través de conexiones con la industria de defensa, pueden recibir beneficios o incentivos para aprobar contratos lucrativos.

El ciclo de la rentabilidad

La guerra es un negocio lucrativo por varias razones:

1.     Ensayo y error: Los conflictos armados son el banco de pruebas perfecto para las nuevas armas. Los fabricantes pueden demostrar la "eficacia" de sus productos en situaciones reales, lo que aumenta su valor de mercado.

2.     Destrucción y reconstrucción: La guerra no solo genera ganancias por la venta de armas, sino también por la posterior "reconstrucción". Las empresas de ingeniería, construcción y servicios se benefician de los contratos para reconstruir lo que fue destruido, a menudo con préstamos que endeudan aún más a los países afectados.

3.     Aumento del gasto militar: El miedo y la inseguridad que generan los conflictos llevan a los gobiernos a aumentar su gasto militar, lo que a su vez se traduce en mayores beneficios para la industria de defensa. Es un ciclo que se retroalimenta.

La existencia de un negocio tan lucrativo alrededor de la guerra es una de las críticas más fuertes a la tesis de Ian Morris. Mientras él argumenta que la guerra, en abstracto, ha tenido un efecto "positivo" a largo plazo, esta visión omite el hecho de que la guerra no es un evento natural, sino que a menudo es provocada o prolongada por intereses económicos que tienen poco que ver con la paz o el progreso de la civilización, y mucho que ver con la obtención de beneficios a expensas del sufrimiento humano.

Fuente IA


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